Bienvenido a mi mundo

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gracias por la imagen a Germán Banchio

jueves, 30 de mayo de 2013

El viento nos llevará (Abbas Kiarostami, 1999)

Ver un film de Kiarostami es saber que uno se va a encontrar hipnotizado con una historia que solo cuenta mínimos detalles de los cuales uno debe extrapolar la posible realidad.
En el caso de "El viento nos llevará", es más lo que se oculta que lo que se muestra.
Hay todo un mundo de personajes alrededor del "ingeniero" de esta historia, a los que nunca vamos a ver en toda la película, pero sin embargo van a estar intensamente presentes.
Llega a su punto cúlmine cuando para conseguir leche, entra a un sótano donde una muchacha ordeña una vaca a la que no vamos a ver jamás el rostro. Solo es una figura medio a oscuras, que nos mueve a intentar meternos en ese lugar para poder mirarle a los ojos.
El ingeniero llega a un pueblo con un objetivo que nunca se va a explicitar completamente, él mismo no se lo puede explicar a su gente. Al chico que los conduce a la casa donde van a permanecer le dice que el objetivo es secreto, pero que puede decir que fueron a buscar tesoros.
Todo esto pinta una historia kafkiana donde nunca se sabe muy bien qué es lo que está sucediendo, aunque las escenas son de lo más explícitas. Tal es así que el mismo personaje llega a dudar de sí mismo y de que lo que está haciendo tenga algún sentido.
Pero para todo esto, a esa altura, Kiarostami acumuló centenares de pequeñas cosas, de personajes que se explican tal vez solo por mirar a la pantalla, en un pueblo que podría estar sacado del neolítico. Con casas sobre casas y terrazas que miran a otras casas y en esas otras casas otras historias están sucediendo.
Lo más que llegamos a entender es que hay una persona de edad que está enferma, las acotaciones son tan leves que es más lo que uno imagina que lo que realmente se muestra.
Hay un campesino que está cavando una tumba en el cementerio al que nunca vamos a ver pero que mantiene extensos diálogos con el ingeniero.
Y todo esto con una fotografía excelsa que hace de esos más que humildes lugares, bellezas escénicas.
Behzad Dorani es el actor que carga con todas las vicisitudes de este kafkiano ingeniero y lo hace maravillosamente.
9 puntos sobre 10 son los que le adjudico a este film.

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