Agnes Varda hace gala de su creatividad una vez más a sus casi 90 años. JR es un fotógrafo muralista que la ha asombrado con sus obras. Esto es las fotos que JR toma las revela a tamaños gigantescos y eso le permite crear murales.
Juntos ponen en marcha un proyecto de ir sin rumbo fijo, descubriendo uno tras otro los lugares queridos por éllos para encontrarse con gente, fotografiarla y dejar sus retratos murales pegados sobre sus casas o ciudades.
Esto que parece a primera vista ser de una simpleza tal vez graciosa o divertida, por las artes de Agnes Varda se convierte en una pelÃcula amena y emotiva, donde la simplicidad de las gentes y de sus lugares, cobran la mayor importancia para la percepción de los espectadores despiertos y dispuestos a dejarse llevar.
Con cada entrevista, la memoria se apodera de cada encuentro y asà sean cabras o estibadores del puerto de Le Havre, no hay espacios vacÃos de contenidos.
A medida que transcurre la pelÃcula, la medida emocional va creciendo, hasta que se produce un desborde emotivo que sacude a la misma Agnes Varda. No entiendo como puede actuar un desborde emocional y estarse filmando al mismo tiempo y ser absolutamente sincera y real.
Carente de paisajes grandilocuentes, los recuerdos se transorman en imagenes y las imagenes en recuerdos. JR es su contrapunto perfecto. El mantiene en equilibrio a esta viejecita del pelo a dos colores para que no trastabille en medio de sus historias emotivas.
Creo que hasta el espectador más prosaico se verá obligado a dejarse llevar por los recorridos de estos quijotes del arte.
Trailer
Nueve puntos sobre diez para este mágico documental de la genial Agnes Varda.
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