Ha habido obras que han encendido luces a mi imaginación durante toda mi vida.
"Los libros de Alicia", de Lewis Carroll, la colección completa de "El Benteveo Amarillo" de Monteiro Lobato, "West Side Story" de Leonard Bernstein y Robert Wise. A todas ellas debo agregar ahora "Isla de Perros".
En esta última obra del director Wes Anderson, es tanto lo que hay de innovación que no termino de maravillarme al recordar sus imágenes.
He tenido que aguantar el olor nauseabundo del pochoclo por haber visto la pelÃcula en una sala colonizada por los yanquis donde se va al cine para comer y tomar gaseosas.
He tenido que lidiar con un público irrespetuoso que se levanta de sus butacas antes de que la pelÃcula termine, ya que algo muy urgente los reclama fuera de la sala o porque en sus hábitos no figura ver una pelÃcula completa, ya que suponen que los tÃtulos finales no hacen parte de la obra.
Si pudieran obviar los tÃtulos iniciales también lo harÃan, pero como eso no forma parte de las costumbres pochocleras, no lo hacen.
Dejando todas esas niñerÃas de lado, la pelÃcula "Isla de Perros" es un compendio de todo lo bueno que se puede hacer en cine. Wes Anderson vuelve con sus eternos temas de simetrÃas y tomas frontales, que evidentemente, en esta pelÃcula aún más, remiten al arte oriental.
Pero no solo es un deleite desde el punto de vista artÃstico, sino que la historia es muy oportuna como retrato de la civilización donde nos toca vivir.
Esos mismos espectadores pochocleros entregarÃan a sus mascotas al ostracismo de una isla de la basura (basura causada por el hombre ya que de refilón se menciona algo semejante a Fukushima), si el mandatario de turno asà lo dictaminara.
Pero aún asà (los mismos perros lo comentan, ninguno de nuestros amos nos ha venido a buscar), todo mal puede revertirse y ese es el mensaje final de Wes Anderson. El público no tolerarÃa un desenlace un poco más real y adecuado a las costumbres neo-liberales.
El reparto de voces es un deleite, aclaro que la única voz que identifiqué inmediatamente fue la aterciopelada voz de Scarlett Johansson. Desde Greta Gerwig dándole su voz a una estudiante de intercambio que está indignada con lo que le han hecho a los perros, hasta Bob Balaban dándole su voz a King, uno de los perros finos que rescatan a Atari (Koyu Rankin) cuando su avión se estrella contra la isla de la basura. Hasta Tilda Swinton da su voz a una bulldog francés a la que llaman Oráculo porque puede predecir el futuro. Esto es porque entiende lo que dicen en la televisión.
Ah, y no me debo olvidar de Yoko Ono poniéndole su voz a la ayudante cientÃfica Yoko Ono.
No es de extrañar que en esta isla de la basura funcionara un parque de diversiones del alcalde Kobayashi al lado de un vertedero radiactivo. Que un tsunami destruyera las instalaciones en combinación con la erupción de un volcán.
Todo está dicho y contado en Isla de Perros, un magnÃfico guión de Wes Anderson, Roman Coppola, Jason Schwartzman y Kunichi Nomura (quien le pone su voz al malvado alcalde Kobayashi). La música, impactante, es de Alexandre Desplat. DeberÃa mencionar a todo el equipo de técnicos y titiriteros, porque el producto final es escelente.
Trailer subtitulado en castellano.
Entrevista a los protagonistas (en inglés sin subtÃtulos)
Haciendo las marionetas (en inglés, sin subtÃtulos)
¿Es necesario que diga cuál es mi calificación? . Diez puntos sobre diez posibles para "Isla de Perros".
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