Esta es una melancólica y meditativa comedia sobre las decadencias de las sociedades humanas.
En base a la novela de Eugen Ruge, Wolfgang Kohlhasse escribió un guión más que interesante sobre los últimos tiempos de una familia alemana comunista.
La mayor parte de la película transcurre en el Berlín comunista en el año 1989 para la celebración de los 90 años del dirigente Wilhelm Powileit (Bruno Ganz).
En la celebración organizada por su mujer Charlotte (Hildegard Schmahl) participan su familia, sus amigos, vecinos y autoridades del estado.
Todos menos su nieto Sascha (Alexander Fehling) quien, pese a la promesa hecha a su padre Kurt (Sylvester Groth) el día anterior de visitar a su abuelo para la celebración, ha preferido huir hacia el occidente.
Entonces, a pesar de los desbordes familiares de la madre rusa de Sascha, Irina (Evgenia Dodina), de las atenciones de las enfermeras que cuidan de Wilhelm, de los miembros del comité que hacen entrega a Wilhelm de la condecoración La Estrella de la Amistad, del regalo que Wilhelm hace a su bisnieto (una iguana disecada) que su madre Melitta (Natalia Belitzki) que ha preferido quedarse en lugar de desertar con Sascha, promete cuidar, la película trata de los tiempos de las luces menguantes, o sea el melancólico fin de una República Democrática Alemana anquilosada y sin posibilidades de evolucionar.
Futuro que también es inminente para la U.R.S.S.
En 1991, la madre de Irina, Nadeshda Ivanovna (Nina Antonova) quiere volver a su pueblo natal en Rusia, Slava, e Irina la acompaña.
Y las reflexiones del relator son "Tuvimos la capacidad de creer, creer que lo que queríamos sería justo como queríamos. Hemos echado todo a perder."
Trailer en castellano
Ocho puntos sobre diez a esta oda a la caída de la República Democrática Alemana, nunca mejor presentada que en nuestros tiempos actuales de luces menguantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario