Oliver es el típico adolescente de 15 años que emipieza a ir sumergiéndose en las aguas pantanosas del mundo de los adultos. Tiene una novia (por fin tiene una novia) que también es una adolescente y juega con la relación queriendo presentarse como experta.
En el medio de la historia están los padres de Oliver y un vecino que resultará ser antiguo pretendiente de la madre de Oliver.
Historia muy bien llevada a través de las vicisitudes de los adolescentes, el colegio y los compañeros. Hasta donde pueden moverse y qué resulta de todo eso.
Desde quererse matar hasta intentar salvar el matrimonio de sus padres vandalizando la casa del vecino, Oliver va a intentar varios caminos.
Richard Ayoade sale indemne de la aventura de llevar esta historia a una película. El problema es que la historia no da más que para eso.
Las actuaciones son muy buenas. El resto de los componentes están todos bien, la música, la fotografía, pero hasta ahí nomás. No es una película que uno no vaya a olvidar. Pero si estoy seguro que quien la vea va a pasar un grato momento, sin complicaciones.
Creo que le caben 7 puntos de calificación y conste que la califiqué. Hay otras películas de las que ni me molesto en escribir una opinión.
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