Ufff. "La pianista" de Michael Haneke, es uno de los films más duros y desagradables que haya visto últimamente. No me cabe la menor duda de la rigurosa seriedad con que Haneke lleva esta historia adelante, pero no es algo fácil de digerir.
La historia cuenta con pelos y señales el sado-masoquismo de esta celosa profesora de piano (Isabelle Huppert) y, por si esto fuera poco, de la madre que modeló su personalidad enferma (Annie Girardot).
Con tanta distancia como es habitual en él, Haneke nos presenta a estos personajes tristes y vacíos de sentimientos que van inundando la pantalla con sus irracionales motivos para vivir.
En la historia por supuesto hay un tercero, que es el estudiante de piano que se enamora de la profesora solo por oirla tocar en un concierto particular (Benoit Magimel).
Los extremos a los que llega esa relación y los sometimientos a una madre obsesiva solo me parece que son superados en "Anticristo" de Lars Von Trier, con la diferencia que Lars Von Trier dota a sus personajes de facetas.
En esta película los personajes no tienen facetas, se mueven siempre instigados por las mismas obsesiones del sado-masoquismo.
Sobre la actuación es imposible criticar nada, porque cada uno de los actores, enmarcado en la idiosincracia del personaje que les ha tocado en suerte vivir, se mueven con absoluta profesionalidad. Los pequeños gestos que hace la profesora de piano son impagables.
De todos modos no recomiendo esta película para quien quiera pasar un momento agradable. No lo va a encontrar. Como mucho va a llegar a su final `para decir, se terminó.
Por este motivo mi calificación es también ambivalente. Aunque se trate de una película excelente y absolutamente bien hecha, no es un film que me gustaría volver a ver. Así que le vamos a dejar 7 puntos de calificación.
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