Basada en una idea original de Malcolm McDowell, "O Lucky Man", es la Odisea de un joven héroe de la sociedad británica de los años 70.
Idealista y ambicioso, obtiene su primer trabajo gracias a su sonrisa y allí va a ejercer sus dotes de vendedor. A los pocos días de asentado en su zona le comunican que debe extender su zona al norte también. En busca de la entrada a una base militar, lo detienen por espía y lo llevan encapuchado a interrogar. Bajo los efectos de la picana eléctrica confiesa lo que quieran sus captores. Firma una confesión, pero en ese momento suena la alarma de evacuación y sus interrogadores huyen, solo queda la mujer de la cafetería que dice, "siempre dejan todo sucio".
Allí comienza la pesadilla donde un poco arriba a los tumbos, siempre en función de su idealismo y su ambición, vuelve a caer un poco más abajo.
Al final de su recorrido, de vuelta en Londres, tras haber pasado unos años en la cárcel, sale otra vez lleno de ideales y ambiciones y esta vez la caída es completa.
Vagando sin rumbo por la ciudad encuentra un hombre que distribuye volantes de una búsqueda de actores y se presenta. Al director de la selección, casualmente el mismo director Lindsay Anderson, le gusta su mirada y lo hace llamar, le sacan fotos con libros bajo el brazo y con una metralleta (un deja vu de su anterior película juntos "If..."). Le piden que sonría y él dice con qué motivo, no importa el motivo, que sonría, dice que no tiene razón de sonreir, el director entonces le pega un carpetazo en la cabeza y, lentamente, mientras la cámara se acerca, empieza a esbozar una sonrisa.
Esto es sólo un extracto muy reducido de lo que esta inmensa película alberga. Es tan actual hoy como en 1973 y las costumbres y errores de nuestra sociedad no han cambiado mucho. Es más diría que se han intensificado.
La música es algo especial, ya que los clips musicales de la banda de Alan Price están fundidas con el argumento de la película. Las letras son muy elocuentes. "Si tienes un amigo en quien confiar, eres un hombre de suerte, si tienes una razón para vivir y no morir, eres un hombre de suerte".
Es una maravilla descubrir a una Helen Mirren terriblemente joven y a un elenco que va rotando en los diferentes caracteres que hay en la película. Ralph Richardson por ejemplo hace de vecino del cuarto de hotel y del multi-millonario sin prejuicios.
Es muy difícil no emocionarse con el carpetazo final, ya que todos, de una manera u otra, hemos vivido el purgatorio de los males de este mundo y muchas veces no tenemos un motivo para sonreir.
Alan Price - O Lucky Man!
Diez puntos para esta genial realización de Lindsay Anderson, donde todos los males de nuestro mundo tienen cabida. Experimentos genéticos, explotación del empleado, guerras en países tercermundistas, millonarios inescrupulosos, ejércitos de salvación sin salvación posible. Bandas de vagabundos sucios y violentos. Todo pasa por el lente de Lindsay Anderson en "Un hombre de suerte".
Coincido, es una de las mejores pelis que vi.
ResponderEliminarPatricia
Increíble participación del carismático Malcolm Mcdowell
ResponderEliminarmaravillosa película, muy bien resumida.
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