Hablar de "Siempre Alice" es hablar de Julianne Moore, que es la cara visible de Alice.
Sin embargo más deberíamos hablar de los directores, Glatzer y Westmoreland, quienes fueron pareja hasta la muerte de Richard Glatzer, que sucumbió a los efectos de ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica, enfermedad neurológica paralizante), en marzo del 2015.
Juntos escribieron el guión de "Siempre Alice" adaptando una novela de la neuróloga y novelista Lisa Genova y juntos lo llevaron al film.
Juntos debieron haber visto recibir a la extraordinaria protagonista Julianne Moore el premio Oscar a la mejor actuación femenina del 2014.
Para quien no lo ha escuchado aún, el argumento de "Siempre Alice" describe la evolución y declive del Alzheimer en una joven profesora de lingüística de la Universidad de Columbia.
Como es un tema tan movilizante para nosotros, seres humanos que aún rechazamos la enfermedad y la muerte como si de castigos se tratara, es muy difícil llevar este tema a una película sin rozar los bordes de lo lacrimógeno y teatral.
Sin embargo los directores salen indemnes de la experiencia. Nada hay de fácil ni lacrimógeno en el film y si el personaje emociona, es por la brillante actuación de Julianne Moore.
Junto a élla, en una aún más difícil personificación, se luce Alec Baldwin, como el amante esposo de Alice. No es un personaje fácil de sacar adelante, no tiene parlamentos importantes, no dice verdades ni mentiras, no es dueño de las grandes frases, pero su actuación es perfecta.
Y he dejado para el final a la más que brillante Kristen Stewart. Evolucionando a pasos agigantados de ser la protagonista de la saga para adolescentes "Crepúsculo", Stewart asume un más que difícil rol en la película, al ser la contracara de Alice, su hija rebelde e idealista Lydia. Esta joven actriz, a sus 24 años tiene en su haber dos personajes importantísimos: uno como contrafigura de nada menos que Juliette Binoche en "Las nubes de Sils Maria" y el segundo como Lydia, secundando la mejor actuación de la carrera de Julianne Moore en "Siempre Alice".
Como vemos, esta película está llena de emoción por dónde uno quiera buscar. Desde los autores y directores, hasta los actores. Esta fue la quinta vez que Julianne Moore era nominada para los premios Oscar sin haberlo conseguido anteriormente ("Boogie nights" de Paul Thomas Anderson, "El fin de un asunto amoroso" sobre la novela de Graham Greene de Neil Jordan, "Las horas" de Stephen Daldry, y "Lejos del paraíso" de Todd Haynes). Ya en el festival de Cannes 2014 había ganado la Palma de Oro por su actuación en "Mapa de las estrellas" de David Cronenberg.
Es una película imperdible. Debe ser vista, aunque más no sea para que los enfermos de Alzheimer sean visualizados. Nadie coloca moños en su nombre, pero es una enfermedad tan dolorosa o más que el mismo cáncer.
Clip
Ocho puntos sobre diez para esta excelente película.
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