Basándose en una manga (historieta) de Akimi Yoshida, Hirokazu Kore-eda construye uno de los más humanos y cálidos guiones para el cine que se hayan visto.
Es como poder echar un vistazo sobre la intimidad de estas tres hermanas Sachi (Haruka Ayase), Yoshino (Masami Nagasawa) y Chica (Kaho) sin ser vistos. Conocemos sus debilidades y también sus fortalezas. Son básicamente buenas personas. Su madre se ha ido hace tiempo y ellas conviven en la casa familiar.
Sachi es enfermera especializada, Yoshino es empleada contable que dilapida su dinero manteniendo a novios sin futuro y Chica es lo que llamaríamos, un tiro al aire, con un novio muy parecido a élla.
Reciben la noticia de que su padre ha muerto y como Sachi no puede ir por obligaciones laborales, Yoshino y Chica viajarán para las ceremonias fúnebres.
En la estación de trenes del pueblo las recibe Suzu Asano (Suzu Hirose), su hermanastra, hija del segundo matrimonio de su padre con la mujer por la que abandonó a su familia. Esta mujer murió al poco tiempo de nacer Suzu y su padre se casó por tercera vez.
Sin embargo, la persona que lo cuidó en el hospital en sus últimos tiempos fue su hija Suzu.
Sachi llega finalmente a la ceremonia y cuando se plantea quién hablará por los familiares, la tercera esposa rehusa diciendo que no puede y que quizás sería mejor que hablara Suzu. Sachi interviene diciendo que no estaría bien que no hable un adulto y se propone como oradora, a lo cual la tercera esposa finalmente accede a hablar.
Cuando Suzu las va a despedir a la estación del tren, ya desde arriba del tren Sachi invita a Suzu a que vaya a vivir con éllas. Que lo piense, pero Suzu no necesita pensarlo mucho y accede de buena voluntad.
Pero claro, una cosa es verse para una ceremonia y otra diferente es tener que convivir con las tres hermanas.
Sin grandes elocuencias ni secretos filosóficos, la película transcurre mansamente y se hace carne en el espíritu del espectador.
Hay otras muertes e historias paralelas que van cruzando el espíritu de la trama para enriquecerla humanamente y hasta regresa la madre, después de muchos años a visitarlas.
No creo que algún espectador pueda no apreciar esta maravillosa experiencia fílmica del gran director japonés.
Trailer subtitulado en castellano
Consejos familiares
Como todas las películas japonesas que he visto, la fotografía, el montaje y la ambientación son perfectas, imposible encontrar grietas o rendijas por las que espiar la construcción del film. Hermoso el tema de la banda de sonido de Yoko Kanno.
Ocho puntos sobre diez es mi calificación para esta pequeña joya.
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