Los directores Dorota Kobiela y Hugh Welchman escribieron un guión sobre las circunstancias de los últimos días y la muerte de Vincent Van Gogh, basándose en las cartas que este escribiera a su hermano Theo.
Pero lo más importante es que concibieron la película como una increíble obra de arte. Durante seis años, sobre las actuaciones de los actores, 125 pintores trabajaron en la confección de 65.000 pinturas al óleo que son las que hacen la película. Asombroso.
Esto podría ser simplemente un dato anecdótico para los Guinness si no fuera porque el resultado final de la película lo superó y se transformó realmente en una obra de arte. Seductora, misteriosa. Hay mucha información que no es de conocimiento público sobre los últimos días de Vincent Van Gogh.
La historia comienza con el cartero Roulin (Chris O'Doud) encomendando a su hijo, Armand Roulin (Douglas Booth) entregar en mano la última carta que Vincent (Robert Gulaczyk) escribiera a su hermano Theo (Cezary Lukaszewicz), porque el correo la devuelve por no poder encontrar al destinatario. Le pide que viaje a Paris y le entregue la carta en mano a Theo. Armand no quiere encargarse, pero su padre lo convence.
Una vez en París, Armand encuentra a Pere Tanguy (John Sessions) proveedor de materiales para todos los pintores en Paris, actividad muy en boga en ese período. A través de Pere Tanguy se entera que poco tiempo después de conocerse el suicidio de Vincent, la salud de Theo decayó terriblemente hasta que finalmente murió. Le aconseja visitar al Dr. Gachet en Auvers, pueblo donde murió Vincent, que era casi un hermano para él.
Armand viaja a Auvers y es entonces cuando su vida empieza a entrelazarse con la de Vincent. En Arlés, lo detestaba y fue uno de los que firmaron para expulsarlo del pueblo luego de que el pintor se cortara la oreja, pero en Auvers empieza hasta a sentir simpatía por su genio.
El Dr. Gachet (Jerome Flynn) no está en el pueblo y va a regresar en dos o tres días, es lo que le cuenta su ama de llaves (Helen McCrory) quien evidentemente detestaba al pintor. También conoce a la hija del Dr. Gachet, Marguerite Gachet (Saoirse Ronan, quien hasta pintada consigue mover sentimientos en el espectador). Finalmente se aloja en la misma posada donde se alojaba y murió Vincent. Allí se va a enterar de muchas cosas, historias y murmuraciones pueblerinas, de la encantadora Adeline Ravoux (Eleanor Tomlinson) hija del dueño del lugar.
Muchos personajes más van a desfilar por la historia y la verdad del suicidio de Van Gogh tiende a diluirse. Como todos los hechos, este también pierde autenticidad cuando es transmitido y tiene muchas interpretaciones según las simpatías o antipatías de quien lo cuenta.
El espectador se va a ver enredado en la historia, casi un thriller, donde va a tratar infructuosamente de rescatar la verdad.
Algo curioso, las escenas de flashbacks están pintadas en blanco y negro. Hay muchos paisajes que el espectador conocedor de la obra de Van Gogh va a reconocer. La iglesia de Auvers sin ir más lejos o los campos de donde vuelan cientos de cuervos.
La música de Clint Mansell merece un párrafo aparte. Para imágenes de tal belleza solamente su música puede equilibrar los sentidos.
Creo que la mayoría de los espectadores van a sentirse subyugados con la película. Primero, porque la figura de Vincent Van Gogh es querida por todos y segundo, porque es tal el cúmulo de belleza que se respira del film que es imposible pasar por alto semejante obra de arte.
Especial de la Deutsche Welle sobre el estreno mundial
Diez puntos sobre diez es mi calificación para esta increíble realización.
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