La primera pregunta que surge es el porqué del título, "Sieranevada". Busqué y encontré la respuesta en un inteligente reportaje hecho al director, Cristi Puiu.
"Es una reflexión sencilla: ¿Por qué se cambian los títulos de las
películas en cada país? Me saca de quicio. Desde un principio pensé:
"Escogeré un título que funcione en cualquier idioma". Luego decidí
escoger un título que no puede cambiarse. Lo interesante de SIERANEVADA
es que, normalmente, son dos palabras, "Sierra Nevada", aunque en rumano
es una sola palabra, tal como se pronuncia. Entonces decidí alterarlo
quitando una erre para que me dijeran: "Pero no se escribe así". Ya, ¿y
cómo se escribe en japonés? ¿En georgiano? Es de tontos, me recuerda la
expresión "The devil is a bookkeeper” (el diablo es un contable)."
Definitivamente el cine rumano se ha convertido en este nuevo siglo XXI en uno de los más importantes a nivel mundial. No es sólo por el reconocimiento en festivales, sino por la universal aceptación de una problemática que es ante todo humana. El origen latino de la sociedad rumana la emparenta con la mayoría de las sociedades europeas y por lo tanto con latinoamérica. La sociedad rumana ha vivido las dictaduras férreas de los tiranos comunistas y por lo tanto aprendieron a subsistir robando lo que se puede.
El cine rumano por lo tanto es la antítesis de las películas de galaxias, súperheroes y otras tantas invenciones del cine comercial que se come con pochoclo y se olvida después de visto.
En este film, el director retrata una tradición totalmente rumana. A los cuarenta días del fallecimiento de una persona, se reúnen sus familiares y amigos para compartir una ceremonia religiosa y una comida social. Durante esos cuarenta días el fantasma del difunto ha recorrido el lugar donde vivía y ha visto pasar a sus seres queridos.
Los ojos del difunto en este caso son los de la cámara. Instalada en el hall de un departamento, los personajes se pasean delante de élla, entran y salen de los cuartos, abriendo y cerrando puertas. A veces las puertas quedan abiertas, entonces el espectador-cámara puede oir y ver lo que sucede en la habitación. Otras veces las puertas se cierran y solo queda imaginar lo que sucede detrás de esas puertas.
La familia del muerto es muy numerosa. Básicamente son tres hermanas, sus hijos, parejas y algunos amigos. Los amigos son los más discretos, porque no tienen reproches que hacerse. Lary (Mimi Branescu) es quien abre y cierra la película. Es un médico bonachón, que aún recuerda a su padre como el que se acostaba con cuanta enfermera nueva conocía en el hospital. Esto le cuenta a su mujer, se lo contó a los 18 años su tía que trabajaba con el padre en el hospital. La mujer le pregunta si no se lo dijo a su madre. No, dice Lary, de todos modos élla lo sabía. "Cómo lo sabés", no lo sé pero ella lo sabía. Tal como sé que vos sabés cuando te estoy mintiendo.
Sandra (Judith State) oficia de dueña de casa. Su marido es también médico y tienen una pequeña a la que intentan hacer dormir durante toda la película. Cuando se despierta llorando. Sandra la saca en brazos de su habitación, la pasea un poco y la vuelve a depositar. Sandra es ultra religiosa, por lo tanto discute a muerte con su tía Evelina (Tatiana Iekel) quien defiende la causa del comunismo y ventila todas las cosas buenas que el comunismo trajo a la sociedad.
El primo más chico de Lary, Sebi (Marin Grigore) está empeñado en dilucidar el atentado de las torres gemelas, pero solo tiene como documentos probatorios de la falsedad del atentado, los videos que ve por Internet. La película sucede a los pocos días del asunto de Charlie Hebdo en París y este también es un motivo de conversación. La hermana menor, Cami (Ilona Brezoianu), llega trayendo a una amiga croata que o está borracha o está drogada y, para desesperación de la madre de todos éllos Nusa Mirica (Dana Dogaru), vomita sobre el traje del muerto.
No puedo ni quiero describir las miles de situaciones que acontecen en esta película de tipo coral, donde la vacuidad de los seres humanos está en carne viva.
"Sus personajes, además de hablar, discutir e insultarse, se interesan
también mucho por la comida, un elemento importante y sociable de la
película.
Sí, y sin embargo nadie consigue comer. Una comida es un rito en
cualquier cultura porque está presente en todas partes. Nos reunimos
alrededor de la mesa. Lo simplificaré diciendo que la mesa es una
tradición que aporta un falso sentimiento de solidaridad. No se trata
solo de alimentos, de lo que necesita el cuerpo, y que en la película se
hace urgente porque acaban teniendo realmente hambre. Sirve para
mostrar que cuando los personajes tienen hambre, se olvidan de la
solidaridad y de la amistad."
Entrevista al director Cristi Puiu sobre la película.
Trailer subtitulado en castellano
Diez puntos sobre diez para esta magnífica realización de Cristi Puiu cuyas imagenes quedarán dando vueltas por la imaginación de los espectadores duarnte largo tiempo.
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