Desde el título, esta película apunta a los dos significantes que van a jugar los roles principales en la trama. "Mamá", como madre y "mama" como teta.
Empieza mal el film para Magda (Penélope Cruz). Se entera que su marido se ha ido de vacaciones con una alumna de la facultad donde es profesor y su ginecólogo (Asier Etxeandía), le descubre dos bultos en la mama, uno casi superficial y el otro más profundo. Esto tiene como resultado que le efectúen una serie de estudios y biopsias para determinar si son o no cancerígenos.
A los dos días tienen los resultados, son malignos y se debe extirpar todo el seno. Inicialmente se le hará una quimioterapia para frenar el avance de los tumores.
La angustia de Magda es quién se hará cargo de su hijo Dani (Teo Planell). Por de pronto decide que lo dejará ir con unos amigos a pasar el verano para no tener complicaciones ni tener que darle explicaciones.
En un partido de fútbol conoce a un técnico del Real Madrid, Arturo (Luis Tosar) quien le dice que le ve mucho futuro a Dani y que le gustaría probarlo para que juegue en las divisiones infantiles.
Mientras están viendo el partido, Arturo recibe un llamado telefónico que le hará perder el conocimiento. Su mujer y su hija han tenido un accidente automovilístico. Su mujer está en coma y su hija, muerta.
Magda acompaña a Arturo al hospital donde está internada su mujer y ya no volverá a dejarlo.
Pero mientras tanto la quimioterapia va haciendo sus efectos destructivos en el cuerpo de Magda y cada día está un poco más desmejorada, hasta que finalmente Arturo se da cuenta y le pregunta la razón y Magda le cuenta que tiene cáncer de mama.
La historia que se desarrolla es un melodrama con extremos bien definidos. El amor de madre de Magda, en la mejor actuación que he visto de Penélope Cruz y el extremo de sus temores fundados a la muerte. Es extraordinario como transmite sus miedos interiores.
El éxito total del director Julio Medem (Los amantes del círculo polar), es haberse atrevido a este guión tan bizarro y no dejar que la historia zozobre en los pantanos de la tristeza, sino que el instinto vital es guía permanente para los personajes.
Con algunas tomas un poco atrevidas, hay una pequeña perdida en Siberia, que juega su papel simbólico durante toda la película y los latidos del corazón de Magda, rojos hasta enceguecer al espectador.
Maravillosa la banda de sonido de Alberto Iglesias, tiñe las escenas de emotividad y sin que el espectador entienda muy bien cómo y cuando, se encuentra sumergido en un ambiente cálido y vital, a pesar del lúgubre tema que se está desarrollando.
Trailer
Siete puntos sobre diez para este excelente film de Julio Medem.
Parece ser un tema muy difícil, bien desarrollada habrá que verla
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