Cedric Klapisch es uno de mis directores favoritos desde que conocí sus filmes "El albergue español" (también llamada "Piso compartido") y su secuela, "Las muñecas rusas".
Es un director cuyas películas se basan casi siempre en guiones propios y al que le gustan las composiciones corales, o sea un guión donde una multitud de personajes se cruzan y viven sus vidas en simultáneo a la del personaje protagonista. A mí también me gustan las películas corales, no por nada fui seguidor ferviente de Robert Altman hasta su muerte y lo soy de Alain Resnais.
En esta película se trata de una muchacha treintañera que pierde a su gato y a la par que va cruzándose con multitud de personas que intentan ayudarla o a veces meterse en su vida, vamos descubriendo la soledad del individuo en una ciudad. En esta película lo que el personaje de Chloé recorre es su barrio y su gente.
En ritmo de comedia, pero sin perder la compostura por eso, la película se desliza apaciblemente mostrando la vida y devenir de estos parisinos.
Ninguno de éllos tiene el porvenir asegurado, ninguno de éllos está en una situación límite, con excepción probablemente del gato Gris Gris que obviamente es negro.
Es una película que nos habla de lo importante que es la esperanza, la esperanza de encontrar al gato o a lo que sea, y de los altibajos que el individuo va sorteando a medida que vive.
Muy bueno todo el reparto, todos éllos se merecen un premio honorífico pero es Garance Clavel quien sostiene el peso del melodrama de Chloé.
Hay una serie de hallazgos imperdibles como en todas las películas de Klapisch que el espectador curioso va a detectar fácilmente. El pasaje del personaje del baterista que encarna Romain Duris, infaltable en las películas de Klapisch, es uno de estos hallazgos.
Se merece fácilmente un 8 por no exagerar mi entusiasmo.
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