Terrence Malick aparece en mi consideración cuando le otorgan en el Festival de Cannes la Palma de Oro por la película "El árbol de la vida". Ahí descubro que yo ya había visto otra película dirigida por él que era una extraña versión antidisney de "Pocahontas" que se llamó "Nuevo mundo".
Si han visto "El árbol de la vida" y se han quedado en el aire preguntándose y ¿de qué juega esto?, ¿qué hago yo ahora?, vean "Nuevo mundo" y van a ver como un doctor en filosofía vuelto director de cine enfoca el choque de dos culturas, los peregrinos y los habitantes de nuestro continente. Nada que ver con la versión de dibujitos que, aunque con mucha vergüenza y de costadito, ya mostraba el núcleo del problema.
Terrence Malick filma "Nuevo mundo" en el 2005 y hay que esperar seis años, al 2011 para que revele "El árbol de la vida".
Anteriormente, en 1998 había entregado "La delgada línea roja" que tuvo el grave problema de ser confundida como otra película más de guerra al ser estrenada simultáneamente con "Rescatando al soldado Ryan" de Spielberg. Es una deuda que aún tengo para con Terrence Malick.
Pero 20 años antes, sí, 20 años antes, ya había filmado "Días del cielo", también sobre un guión propio y también en esa oportunidad se había llevado del Festival de Cannes el premio al mejor director.
No cabe la menor duda ya, de su trayectoria y de que estamos hablando de un importante director de filmes de autor.
"Días del cielo" es un melodrama ambientado a fines del siglo XIX en una granja del medio oeste estadounidense en las praderas donde se cultiva el trigo y pacen los bisontes.
Una parejita encarnada por Richard Gere y Brooke Adams (qué habrá sido de Brooke Adams, pocas veces he visto un rostro tan expresivo y hermoso) viaja trabajando en lo que encuentran y caen en esta granja donde están reclutando mano de obra para cosechar el trigo.
No dicen que son pareja sino que se presentan como hermanos. El dueño de la granja se enamora de élla y bueno, ya está encendida la hoguera de la historia.
Este romance, que en manos de otros directores podría haber sido un best-seller de amor, sexo y violencia, se transforma en una obra de arte en manos de Malick. ¿Porqué?.
Antes que nada, contrata a Néstor Almendros (el fotográfo de Carlos Saura) reconocido ya mundialmente y a Ennio Morricone para que se encargue de la banda sonora.
Pero lo que es formidable, es la forma en que administra los tiempos. Dando lugar a escenas de una increíble belleza, no postales digo, sino belleza que va más allá de la imagen, que se meten imperceptiblemente con nuestras emociones. Esto en los silencios de la acción. Toda la película está llena de escenas así. Hasta durante una persecución se da el gusto de incluir la presencia de una garza mirando la puesta del sol.
Esta es la razón por la que esta película, ignorada durante años por un pueblo que adora las peleas violentas pero que es incapaz de reconocer lo artístico si alguien no se los dice previamente, ha quedado relegada en la historia del cine.
Intenten conseguirla y verla, van a quedar pasmados por la hermosura de esta película.
Brooke Adams y Richard Gere
Sobre 10 puntos vayan 9 para "Días del cielo".
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