La filmografía de Ingmar Bergman es tan extensa, que siempre quedan películas para descubrir. "Fresas salvajes" o, como se la presentó en Argentina, "Cuando huye el día", es una de éllas.
El Dr. Isak Borg (Victor Sjostrom) va a recibir un doctorado honoris causa en la ciudad de Lund. Decide hacer el trayecto desde Estocolmo en su auto y es acompañado por su nuera Marianne (Ingrid Thulin).
Este viaje se vuelve de algún modo, por la magia de Bergman, un bucear en los océanos de su memoria para cruzarse con diferentes personajes de su vida. Algunos en la realidad, como la visita que hace a su madre y otros a través de sus sueños y ensueños que lo trasladan a su adolescencia y al prado de fresas salvajes.
Es una de las películas más dulces que haya visto de Ingmar Bergman. A pesar que sus eternos conflictos están expuestos de una u otra manera (dos adolescentes que se suman al viaje discuten sobre la existencia de Dios, solo Bergman es capaz de imaginar algo así), hay una dulzura implícita en el tratamiento que hace de este anciano profesor que ha encallecido su alma y carece de emociones y sentimientos.
Como Bergman es la puerta al agujero negro de las emociones y los sentimientos, el pobre profesor no tiene otro remedio que aprender a lidiar con sus recuerdos, tristezas y alegrías.
Súbitamente, uno recuerda un argumento similar. Es un escritor que decide ir con su auto a recibir un doctorado honoris causa en la universidad donde ha estudiado. Sí, acertaron, es de Woody Allen.
Pero volvamos a Bergman. Tiene que haber querido mucho a esta película para ser tan delicado con el viejo profesor. Si bien algunos personajes quedan por el camino afilando cuchillos y masacrándose, lo más importante es que espiritualmente, el viaje del profesor arriba felizmente al cariño y al amor que parecían totalmente perdidos.
En fin, que se trata de una película muy cálida, imaginativa y mucho más movediza de lo que habitualmente son los dramas existenciales que Bergman suele plantear.
No hay mucho para pensar, pero sí hay mucho para disfrutar y sentir de un modo totalmente abierto y sin resquemores, porque por una vez, el lenguaje de Bergman no lastima.
Diez puntos para "Cuando huye el día-Fresas salvajes" apta para toda persona sensitiva que guste del cine.
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