"Tío Vania" es uno de los hitos fundamentales en la obra de Anton Chejov y un apreciado hito para quienes hacen teatro. Un grupo de teatro, dirigido por André Gregory, está en los ensayos finales de la obra en la sala del viejo teatro Victoria, de la calle 42 de New York.
De entrada se describe la calle 42 de New York y los actores que llegan a la sala como parte del gentío que se mueve por las calles.
El teatro Victoria está a punto de venirse abajo. Han colocado redes sobre el salón del teatro para evitar que pedazos de yeso impacten en el piso. El escenario está inusable porque corre riesgos de desmoronarse.
Pero la cámara de Louis Malle capta este ensayo completo y como resultado tenemos una obra fundamental en la historia del cine.
"Vania en la calle 42" fue la última película filmada por Louis Malle y es donde el ojo del espectador de Malle más se acerca a los actores y los mira de cerca en los inolvidables diálogos del "Tío Vania".
La adaptación de "Tío Vania" fue hecha por David Mamet, un buen referente a la hora de conseguir guiones.
Chejov en su obra diserta sobre las relaciones humanas en el amor y en la muerte y el envejecimiento. Todo dicho con una humanidad pavorosa y con un sentido que escapa al tiempo (la obra data en 1897). Las gotas de amargura que el texto llora con el género humano, están suavizadas por la dulzura de los personajes, por su falta de agresividad.
Todos los personajes son inolvidables y en la puesta en escena de André Gregory, todos están interpretados con suaves maneras y todo el encanto que el teatro permite.
Además al estar la sala del teatro abandonada, la oscuridad del salón hace que la interpretación se vuelva veraz, como lo hace también la cámara que registra los diálogos y el avance dramático del texto.
No se concibe que la película haya sido fruto de montaje, todo parece desarrollarse con absoluta naturalidad a través de los actos de la obra. Los cortes son producto de los cortes de la obra en sí.
Creía que era imposible lograr algo más de Julianne Moore y esta película lo logra o lo logra el director del grupo de teatro o lo logra la propia Julianne Moore. Sus gestos imperceptibles, la sonrisa que cubre los malos humores, son para la cámara de cine, imposible registrarlos en el teatro.
Brooke Smith es toda una revelación. Logra extraer el alma de su personaje, Sonia y la exhibe ante la pantalla con absolutos encanto y elocuencia.
Wallace Shawn, es el Vania perfecto. Con todo el dolor que el personaje rezuma, este pequeño gran actor, hace con el resto del reparto, la síntesis perfecta.
George Gaynes, excelente como el médico Serybryakov, un personaje ecológico, inaudito para fines del 1800 y aún para el año que se filma esta película, o bien digamos, el ensayo de la obra teatral.
Al ser un ensayo, la escenografía es mínima y el vestuario es el que los actores llevan puesto. Todo torna más verosímil la idea de que se está filmando un ensayo.
Pero dicho bien claro, "Vania en la calle 42" NO ES TEATRO FILMADO. Nada más lejos de esta afirmación. La cámara hace su trabajo con primeros planos y se concentra en los personajes-actores todo el tiempo.
Trailer del film
Quedé absolutamente impactado por el drama "Tío Vania" y por la representación teatral del grupo de actores bajo la dirección de André Gregory y, por sobre todas las cosas, por la maestría del realizador, Louis Malle, a la hora de condensar todos estos valores en un film.
Imperdible para quienes gustan del buen cine. Diez puntos para él.
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