Desde la primer escena de la pelÃcula nos damos cuenta que tenemos ante nosotros una obra donde la imagen, la danza, la música y la fotografÃa son de primerÃsima calidad.
Esas primeras escenas muestran un ballet donde bailarinas y bailarines se mezclan entre sÃ, ellas con un short blanco y ellos con un short negro, sirven que el director introduzca al personaje principal de la pelÃcula, el fotógrafo Diego (Guillermo GarcÃa).
Del ballet la imagen salta a una sala de partos donde vemos a un médico asistiendo a una parturienta sumergida en una bañera y la música del final del ballet, celebra tanto la danza como al nacimiento del bebé.
Después el obstetra está en un restaurant esperando la llegada de Diego. La charla entre éllos es crÃptica, pero en un determinado momento, cuando el médico le hace un comentario sobre una mujer que no ha dejado de mirarlo desde que llegó al restaurant, Diego se levanta de su asiento y le da un beso en la boca como para dejar sin aliento al resto de comensales del restaurant y a los espectadores también.
Y ya está presentado el tema de esta pelÃcula, la homosexualidad. En Venezuela no está aún tolerada como en otros paÃses del mundo. La historia va a girar sobre la intolerancia, en burlas, insultos y hasta en escenas de violencia más absoluta.
La mujer de Diego, que vive en Madrid, lo llama para decirle que tiene una beca para ir a Londres y para esto necesita que él se haga cargo de su hijo durante el tiempo de la beca. Un poco a regañadientes, Diego acepta y asà es como Armando (Ignacio Montes), su hijo, al que no ve desde que tenÃa ocho años, llega a Caracas para vivir con él.
Hay un programa televisivo conducido por una tal Estrellita (Beatriz Valdés), que tiene una absoluta omnipresencia en las comidas familiares. Un poco al estilo Almodóvar, Ferrari no pierde oportunidad para señalar el estilo vulgar y reaccionario de la televisión. En lo primero que vemos, bien grotesco, Estrellita anuncia que el tema del programa será el casamiento entre gays y lesbianas y deja caer la condena sobre el espectador. La cámara va a oscilar entre mostrar el televisor y el set, para dejar ver a los que manejan los carteles indicando al público presente cuando deben reir y aplaudir.
Entre las amigas de Diego están Delirio del RÃo (Hilda Abrahamz), que cuenta su historia diciendo que era Alejo pero como le gustaban los chicos se vestÃa de chica y de tanto ir y venir terminó operándose. Todo un hallazgo de la pelÃcula que con sus presentaciones en el show de una disco pone la nota kitsch y bizarra necesarias para elevar la temperatura de la pelÃcula.
También está Perla Marina (Carolina Torres), ayudante de Diego en su estudio de fotografÃa, que llega cada dÃa con un ojo en compota por las palizas que su pareja le da y de las que élla, aunque se queje, no se puede evadir.
El planteo de Armando al descubrir la homosexualidad de su padre es de abandono total. No sólo dejó de verlo durante todos estos años, sino que la razón eran sus parejas escondidas.
Va a ser un largo camino para Diego conocer a su hijo adolescente y para Armando aceptar la elección sexual de su padre.
La historia se complica y el guión es lo suficientemente afinado como para que el espectador vaya descubriendo de a poco el mensaje del director sobre la tolerancia de la diversidad.
Salvo que el espectador tenga ideas muy rÃgidas e intolerantes, la trama de la pelÃcula lo va a atrapar hasta el final y le va a hacer pasar un muy buen momento, con una mirada sobre la homosexualidad que está muy lejos de la de aquellos maricones grotescos que hacÃan reir al público.
Trailer
Si han visto el trailer, han descubierto el clima que impera en la pelÃcula. Espero que la disfruten.
Mi calificación es de 8 sobre 10.
No hay comentarios:
Publicar un comentario