Vemos a un hombre que deja su auto a la entrada de un aeropuerto con las llaves puestas y una tarjeta, ¿olvidada o dejada a propósito?.
El hombre embarca con destino a Japón. Llega a Tokyo y sube a un taxi, el taxi lo deja a la entrada de un bosque a los pies del Monte Fuji. Mientras va entrando vemos carteles de advertencia, ¿puede ser que el hombre haya venido hasta Japón solo para suicidarse?.
En paralelo vamos viendo detalles de la vida de Arthur Brennan (Matthew McConaughey), el hombre en cuestión. Enseñando a alumnos del colegio y luego en su casa, discutiendo con su esposa, Joan Brennan (Naomi Watts), que pareciera ser alcohólica.
Se interna en el bosque y traspasa los límites establecidos para los turistas. Más allá está el bosque donde se pierden los suicidas en la base del Monte Fuji.
Se hunde en la espesura y elige un lugar para comenzar a tomar las pastillas que lo envenenarán, pero una sombra llama su atención. Es un hombre japonés, del que más adelante conocerá el nombre, Takumi Nakawara (Ken Watanabe), que después de intentar suicidarse cortándose las venas, vaga perdido por el bosque. Arthur le indica el camino de regreso, pero al poco tiempo lo divisa cerca suyo nuevamente. Entonces se da cuenta de las muñecas heridas. Le improvisa torniquetes con la corbata del hombre y con una manga de su camisa. Y decide ayudarlo a encontrar la salida.
En varios flashbacks vamos entendiendo la relación tormentosa que tenía con su esposa y como era imposible lograr algo de comunicación entre ambos.
En el camino hacia la entrada del bosque, Arthur resbala y cae en una hondonada donde una rama le atraviesa el costado. Ahora es el turno de Takumi de ayudarlo. Le cuenta que perdió su trabajo y que ya no podía mantener a su mujer y a su hija, por eso intentó suicidarse.
Le dice los nombres de ambas y también le canta una canción de "Un americano en París", "Escalera al paraíso" y le dice el nombre en japonés de la canción.
Todos estos datos serán claves al final de la película.
No debo contar más sin entrar de lleno en el núcleo de la película.
Sobre un estupendo guión de Chris Sparling, Gus Van Sant elabora una impecable película donde la trama y la razón de ser de la película se van descubriendo de a poco, como las capas de una cebolla.
A pesar que gran parte de la película consiste en diálogos o monólogos, no se pierde la tensión en ningún momento y si bien, el argumento no apunta a espantar al espectador, todo podría ser un sueño, solo un mal sueño.
Excelentes las actuaciones de los tres protagonistas con un plus para la excelente Naomi Watts. No es un personaje fácil para interpretar y tiene muchos recovecos del espíritu que quedan excelentemente bien plasmados para la película.
El final es totalmente inesperado, aunque haya varias pistas durante el transcurso de la acción y más de un espectador dejará caer algunas lágrimas por la emoción de las revelaciones.
Trailer subtitulado en castellano
Nueve puntos sobre diez, por haber despertado inesperadamente mis emociones. Una excelente película romántica por antonomasia de Gus Van Sant.
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