Margarita (Margherita Buy), no está pasando por un buen momento en su vida. Está por comenzar la filmación de una nueva película y acaba de separarse de su marido Vittorio (Enrico Ianniello). Tiene la cabeza dispersa y complicada y, quizás todo se deba a la internación de su madre Ada (Giulia Lazzarini).
Ada es profesora de latín y gramática ya retirada, pero que vive rodeada de sus libros y cuyo único objetivo es hacer que su nieta Livia (Beatrice Mancini) no repruebe la asignatura.
Margarita va a recibir al actor estadounidense Barry Huggins (John Turturro), quien participará en su película en el rol del empresario que debe echar a buena parte de los obreros de la empresa que ha comprado.
Barry es estadounidense pero merecería ser italiano por sus fanfarronadas e historias absurdas, como las de sus actuaciones en filmes de Kubrick (con quien jamás trabajó).
Mientras tanto el estado de salud de Ada empeora. Giovanni (Nanni Moretti), el hermano de Margarita, pide licencia en su trabajo para ocuparse de su madre. Lo que aparentemente era un problema en el corazón pasa a ser un problema en los pulmones.
El trabajo en la filmación se complica absurdamente porque Barry no recuerda las líneas y para cubrirse inventa diálogos nuevos para enojo de Margarita.
En las escenas en las que debe aparecer manejando un auto, mueve el volante de un lado a otro como si de un auto de calesita se tratara. Los retos de Margarita hacen que en lugar de mejorar empeore cada vez más.
Pero lo que Margarita no entiende es qué sucede con su madre. En sus sueños la ve escapando del hospital pero en realidad ya no puede ni levantarse sola de la cama.
En una conversación durísima con su ex marido, él le dice la verdad sobre su personalidad. De como juzga y desconfía de todo el mundo sin permitir ni el más mínimo error.
Esto le pega duro a Margarita quien lo habla con su hermano y le reprocha que nadie se lo haya señalado antes, a lo que Giovanni responde con una sonrisa de sarcasmo.
Hasta aquí mi crónica. Si hay algo que especializa a Nanni Moretti como director es el delicado manejo que hace de los sentimientos y temores de sus personajes.
Se ve especialmente en los caracteres de Margarita y de Barry. Hasta el espectador más distraído no podrá dejar de sentirse afectado por estas olas de humanidad que desde la película inundan a la audiencia.
Excelentes todas las actuaciones y especialmente bueno el manejo de la cinematografía por parte de Arnaldo Catinari.
Trailer con subtítulos en inglés
Nueve puntos sobre diez para este film que ganó el premio ecuménico en el Festival de Cannes 2016.
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