Michael Haneke, el gran realizador austríaco, no es un director del que espero que un día se destape con un musical. Ni siquiera puedo imaginar una película de él en tono de comedia.
Por eso cuando se elige un film de él para ver, hay que estar seguro que se tiene el temple suficiente para aceptar la exposición acerca de los dramas del ser humano. Hubo un caso en que no estuve dispuesto a aceptar su demostración y abandoné la película antes de la mitad, eso fue con "Juegos divertidos", donde la violencia fue superior a mis posibilidades. Quedan advertidos por si se les ocurre verla.
Pero por primera vez en su historial, Haneke se cargo de una película coral. Tal como el nombre lo dice claramente, "relatos incompletos de diversos viajes", las historias se cruzan con los personajes y los personajes con la geografía. Puede comenzar en Paris y terminar en Kosovo o en un país africano.
En la primer escena de la película, hay una niña, sordomuda, que con el juego de las señas intenta hacerse entender por sus compañeros también sordomudos. Muchos arriesgan, es "triste", es "solitario", es "abandonado" y al parecer ninguno acierta, porque la niña continúa negando. Es que el Código es Desconocido.
Esto ni más ni menos, es lo que Michael Haneke intenta comunicar a los humanos a través de estas historias, inconclusas, como la vida, como el eterno sufrimiento de los seres humanos.
También hay otra clave que se muestra recién al final del film. El acceso a los edificios de departamentos en París, se hace ingresando un código. Si el código ha cambiado o uno lo desconoce se va a quedar en la calle si alguien no le baja a abrir. Eso también forma parte del "Código desconocido", quedarse afuera.
Juliette Binoche encarna a uno de los personajes que va de una a otra historia hilvanando los sucesos, como si hubiera alguna otra intención oculta que no fuera la del director. Juliette Binoche es una excelente actriz cuya dramatización está por encima de muchas de las actrices conocidas.
Por lo demás, el resto de la historia se mueve solo a pesar de los actores que son muchos y hasta yo diría del director, creo que cobra una vida independiente más allá del guión escrito por el propio Haneke.
No es una película para emocionarse, porque Haneke jamás hace sonar esas notas, es una película para angustiarse y para sentir nostalgia de todo lo que podría ser y no es.
Quien vea esta película no se va a arrepentir y va a tener tema para meditar durante largo tiempo.
Diez puntos una vez más para Michael Haneke.
de acuerdo contigo soy estudiante de cine y estoy en mi etapa Haneke, me ha dejado aterrado, boquiabierto y con muchas interrogantes.
ResponderEliminar