Jane Austen es una escritora cuya propia historia se ha vuelto tan atrayente para el cine como sus novelas. En este caso la autora del guión es Gwyneth Hughes, quien consigue extraer a los vericuetos de la vida madura de Jane Austen tanto atractivo como el que la propia autora puso en sus novelas.
Demás está decir que sus novelas, o más bien los sentimientos de los personajes de sus novelas, son utilizados constantemente para reforzar el desarrollo de la historia que se está contando. Es que los personajes de Jane Austen son irresistibles y hay una fuerza vital tan grande en sus novelas, que a pesar de estar describiendo las circunstancias de la mujer en la Inglaterra rural de fines del siglo XVIII, son objeto de identificación para los seres del siglo XXI.
En un diálogo en esta película hay un personaje que le dice a Jane Austen, más o menos así, "todos tenemos nuestros dolores, nuestros pesares, lo que hemos dejado de hacer y lo que no podremos hacer nunca, entonces tus novelas nos devuelven la esperanza de que aún todo es posible, ese es tu don".
Esta película en particular, va más allá de las emociones amorosas y refleja algo, que para Jane Austen fue tanto o más importante que su vida amorosa, la realidad económica en la que personas de la clase media rural de esa época vivían, para las cuáles un problema económico acarreaba la pérdida total de seguridad. Pero, por supuesto, no está tratado en el lenguaje del FMI, sino con toda la humanidad y franqueza que este tipo de problemas permite abordar. Jane Austen, cuyas novelas se siguen vendiendo a carradas en el siglo XXI, había ganado 160 libras por "Orgullo y prejuicio".
La realización de este film es notable, porque consigue otorgar verosimilitud a todas las circunstancias que describe y abre el corazón en canal más de una vez para mostrar las profundas heridas y los maravillosos placeres de los que el alma puede resultar impactada.
Además de estar muy impresionado por la realización de Jeremy Lovering, es necesario rescatar la interpretación de Olivia Williams, encarnando a Jane Austen y de la maravillosa Greta Scacchi en el rol de su hermana, Cassandra.
Todos los detalles están en sus lugar y es una película que se disfruta del principio al fin sin perder atractivo por el hecho de tratarse de una cuasi biografía, de la cual ya conocemos el final.
Desconozco si será fácil de conseguir, ya que es una realización de esa magnífica mecenas de las artes que es la BBC para televisión. Entre paréntesis, es una demostración más de cómo la televisión puede, cuando se quiere, ser bien utilizada, sin necesidad de exacerbar las bajas pasiones del ser humano.
Vayan 9 puntos para "Jane Austen recuerda".
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