Este film documental fue la opera prima del director Eduardo Mignogna.
Desde este, su primer encuentro con el cine, Mignogna dejó en claro lo que luego volcaría en sus restantes películas, su inmensa capacidad de transmitir emociones y de hacerlas comprensibles para el espectador.
Es inteligente el planteo utilizado. La vida de Eva Duarte contada a través de testimonios y documentos de la época, en el transcurso del viaje en tren de la adolescente Evita (Flavia Palmiero) desde Junín hasta la ciudad de Buenos Aires.
Entonces vamos a tener testimonios muy valiosos de gente que la conoció personalmente o que vivió con élla ciertos momentos de su vida.
Comienza con los recuerdos de su maestra de escuela, "desde chiquita le gustaba actuar y se la pedían de otros colegios, mandame a la Duarte". O de su amiga de infancia, quien cuenta que nunca más volvió a verla.
Vamos a escuchar desde análisis sociológicos de Juan José Sebrelli y de Juan Pablo Feinman, hasta psicológicos de Arnaldo Rascovski. Intelectuales como los escritores Silvina Bullrich, Ernesto Sábato y Dalmiro Sáens y también de políticos como Arturo Mathov, Jorge Abelardo Ramos o Antonio Caffiero. Algunos de éllos claramente críticos de su figura pública y otros con la suficiente discreción como para no caer en la chabacanería.
Particular interés presenta el testimonio del Premio Nóbel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel. Cuenta que su familia era muy humilde y su padre cayó enfermo y necesitaba jubilarse. Cuenta Pérez Esquivel que él le escribió una carta a Eva Perón y a la semana tenían en su casa a un gestor encargado de tramitarle la jubilación.
Cargados de emotividad están los recuerdos de su amor por Juan Domingo Perón y de cuando tuvieron que separarse durante el viaje de Eva Perón a Europa. Del miedo que tenía Eva Perón por su representación ante los gobiernos europeos.
También hay recuerdos históricos cargados de significación. El movimiento popular del 17 de octubre de 1945 pidiendo por la libertad de Juan Domingo Perón que congregó en la Plaza de Mayo a miles de personas. Está el testimonio del dirigente gremial Cipriano Reyes que cuenta como él fue un poco el artífice de este movimiento popular, único en las historia americana.
También hay escenas tremendas del bombardeo de la Plaza de Mayo en junio de 1955 por parte de militares de la marina argentina, donde hubo centenares de víctimas y que muestra muy a las claras el menosprecio de las clases militares por el ciudadano común.
Y por último el renunciamiento de Eva Perón a su candidatura a la vice-presidencia, renuncia de la cual dice Pérez Esquivel fue presionada no solo por la oligarquía argentina, sino por gobiernos extranjeros, que ya habían participado apoyando directamente a la oposición durante el período eleccionario, tanto que el lema era Perón o Braden, siendo Braden el embajador de EE.UU.
Su enfermedad y muerte, con toda la angustia que estos recuerdos tienen para el pueblo argentino.
Dalmiro Sáenz, parado frente a los muros de lo que fue la residencia presidencial, dice que alguien escribió "Viva el cáncer". Que esto lo sacudió tanto que todavía intenta imaginar quién puede haber sido, hombre, mujer, viejo o joven que escribiera esta frase tan hiriente para la sensibilidad de los seres humanos.
Quien quiera oir que oiga
El guión fue escrito por Eduardo Mignogna con Santiago Oves quien también fue el segundo director de la película. Indudablemente es una película fuera de serie por la emotividad que contiene, aún contando solamente hechos históricos con una visión objetiva, pero con un gran cariño hacia la figura de Eva Perón.
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