Una vez, en un curso sobre "Como ver una película", un conocido crítico argentino aseguró que "una película debe poder llegar a todos y ser entendida por todos, no como las películas de Peter Greenaway para cuya apreciación hace falta ser un conocedor en pintura flamenca del siglo XVI".
Esta afirmación creó una enemistad permanente entre él y yo. No soy un conocedor en pintura flamenca del siglo XVI, ni siquiera me considero un conocedor en pintura. Pero sí soy un conocedor en films de Peter Greenaway y los disfruto como otros podrán disfrutar las películas de Martin Scorsese o de Sylvester Stallone.
Hay una riqueza audiovisual en las películas de Peter Greenaway como no se ha visto en toda la historia del cine. Desde la enajenación de "El vientre de un arquitecto", donde el Panteón romano adquiere proporciones oníricas, pasando por la visceral "El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante" donde a los cambios de ambientes entre el restaurante, el pasillo y la cocina correspondía un cambio en la paleta de colores, hasta llegar a "La tempestad", donde el texto de Shakespeare adquiere dimensiones epopéyicas y por primera vez en el cine, los escenarios se desprenden de las maquetas y cobran movimiento por sí mismos. Luego, en "Escrito en el cuerpo", fue la letra, la escritura, la que adquirió dimensiones propias en la pantalla. Ewan Mc Gregor vio como su cuerpo se transformaba en pizarra para los dibujos artísticos de las letras de Vivian Wu.
Con la trilogía de las maletas de Tulse Luper, Peter Greenaway crea un personaje vivo que cruza la historia europea para terminar siendo una simple marioneta de otro personaje.
Pero Greenaway realmente ama la pintura y, sobre todo, la pintura flamenca del siglo XVI. Por eso la recrea en más de una de sus últimas películas. Y "Goltzius" no es la excepción.
El mismo Hendrick Goltzius (Ramsey Nasr es de paso un actor holandés), es un pintor frustrado que regentea la Pelican Company. En esta empresa ambulante, según declara, viajan dos actores, un escritor y un impresor con sus mujeres y sus amantes. La empresa tiene como fin abrir una imprenta en La Haya y para reunir fondos viaja por Europa haciendo representaciones en vivo de los cuadros que constituirán su obra mayor: "El Antiguo Testamento".
La película se centra en la estadía de la Pelican Company en Colmar, en la región de Alsacia, donde su gobernador, el Malgrave (F. Murray Abraham), declara ser el gobernante más libertario de Europa.
Goltzius le propone al Malgrave invertir en la imprenta, prometiéndole 60 ejemplares del Antiguo Testamento ilustrado a cambio y la puesta en escena, a lo largo de seis noches, de los cuadros que serán incluídos en la obra.
Se vale de la recreación de "El pecado original" (el pecado del voyerismo), "Las hijas de Lot" (el incesto), "David y Betsabé" (el adulterio y el asesinato), "Sansón y Dalila" (la prostitución), "José y la mujer de Putifar" (la seducción de los inocentes a través del poder) y, finalmente en una historia agregada que no pertenece al Antiguo Testamento, "Salomé y Juan el Bautista", para exponer en toda crudeza, el grado de lujuria que impera en las historias bíblicas y el grado de injusticia que justifican.
La historia se vuelve un aquelarre de crueldad y lujuria rozando la pornografía, suave por supuesto, pero si el espectador es sensible a los cuerpos desnudos, le aconsejo que no vea esta película.
Es indecible la velocidad con que la historia se mueve, a pesar de la pesadez histórica, a través de estas historias y sus sucedáneos en la corte del Malgrave.
Las caras de Anne Louise Halsing interpretando a Susannah que interpreta a la mujer de Putifar y a Dalila, son impagables.
La escenografía que, como en "La tempestad", camina por la película es algo así como un gigantesco hangar donde están montados los diferentes escenarios y hasta el río que va a dar al Rin.
Pero atención, no es una visión surrealista, para nada. Es una visión realista de la crueldad del género humano y de la violencia que es capaz de suscitar para saciar su lujuria.
La escenografía, el vestuario, la música y la fotografía merecen por sí mismas consideraciones especiales.
La escenografía de Ana Buljan, promueve el espacio dentro del espacio y los escasos muebles que utiliza son estrictamente los necesarios. El vestuario de Blanka Budak y Marrit Van der Bugt tiene su inspiración más genuina en la obra de Rembrandt y Rubens, La música es algo sensacional. Compuesta por Marco Robino está interpretada con el sonido incisivo del grupo Architorti. La fotografía, de Reinier van Brummelen explota todas las condiciones de la luz en interiores y recrea las atmósferas puramente pictóricas y fílmicas de las obras de Peter Greenaway.
Trailer subtitulado en italiano
Luego de "La ronda de noche", donde toda la película se basa en la famosa obra de Rembrandt para recrear aspectos de su vida, Peter Greenaway nos trae a su propio pintor, Goltzius, en una película donde su genio escapa de lo terrenal para incursionar en el ámbito de lo eterno.
Diez puntos sin lugar a dudas para este film inconmensurable.
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