Primer largometraje hablado en inglés del director noruego Joachim Trier (sí, es pariente de Lars Von Trier).
En base a un imaginativo guión escrito por el propio director junto a Eskil Vogt, Joachim Trier construye los cimientos de una laberíntica historia que comienza casi al final de la narración, con el nacimiento del primer hijo de Jonah (Jesse Eisenberg).
La madre de Jonah, Isabelle (Isabelle Huppert), una famosa fotógrafa de guerra, ha muerto hace dos años en un accidente automovilístico. En honor al aniversario se va a hacer una muestra de sus principales obras y le han pedido a su compañero de trabajo, Richard (David Strathairn), que escriba un artículo sobre su vida.
Richard aprovecha la visita del marido de Isabelle, Gene (Gabriel Byrne) a las oficinas donde se está preparando la exposición, para decirle que en su artículo cuenta la verdad sobre la muerte de Isabelle. Le pregunta a Gene si sus hijos la conocen y Gene admite que si bien Jonah siempre lo supo, nunca encontró la ocasión para contarle la verdad a Conrad (Devin Druid), el hijo menor, aún adolescente.
Todas las pistas están ya articuladas para que comiencen a vivir por sí mismas y el director deja que las piezas se muevan y se ubiquen desestructuradamente en una película fracturada sobre una historia fracturada de una familia fracurada.
No es fácil seguir la historia, que si bien se muestra linealmente, encierra muchos flashbacks, sueños y fantasías, sobre todo de Conrad, el hijo adolescente.
Sin embargo este Frankestein se incorpora y comienza a caminar, a tientas y cayendo a veces en pozos de silencio, que envuelven un ambiente depresivo donde la pérdida de un ser querido tiñe todos los hechos de la vida de los integrantes de la familia.
Sería completamente inútil tratar de consignar aquí las claves de la historia, ya que hay una sóla, las fotos guardadas en la memoria de la cámara de Isabelle, que cuando son descubiertas por Jonah, también son borradas de la realidad.
Si bien la historia no pierde intensidad, tampoco encuentra la emotividad necesaria para capturar al espectador. Es una historia fría, tan fría como puede ser el artículo que Richard escribe sobre Isabelle para el diario.
Inigualable la banda de sonido de Ola Flottum y la dirección de fotografía de Jacob Ihre.
Pero lo mejorcito son las espléndidas actuaciones de los cuatro protagonistas. Para quien la admire, encontrará a Isabelle Huppert en su mejor momento y con sus hermosos ojos azules.
Trailer
Ocho puntos sobre diez para esta primer obra de Joachim Trier
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