Barry Levinson saltó a la fama dirigiendo a Robin Williams como el locutor de la radio en "Buenos días Vietnam". Una película muy loca sobre la alienación que fue la guerra de Vietnam que logró, como efecto colateral, resucitar la música de los 60's.
Diez años después hace "Wag the dog".
Sobre la novela de Larry Beinhart, Hilary Henkin y el gran David Mamet escriben el guión en el que se basa esta increíble película. Hay que reconocer a los Estados Unidos que tienen, o bien una increíble hipocresía o una sinceridad a toda prueba.
En "Wag the dog", Winifred Ames (Anne Heche) convoca a la Casa Blanca a una privadísima reunión al politicólogo Conrad Brean (Robert De Niro) debido a la crisis que representa en la campaña presidencial por la reelección que se haya descubierto al presidente toqueteando a una niña exploradora (luciérnaga como aclaran sostenidas veces) y que esto se vaya a hacer público con el escándalo que acarrea.
Para Conrad Brean la solución está, 1, que el presidente se quede al menos un día más en China donde está de visita, para darle tiempo a urdir una campaña paralela, 2, que comiencen a negar que vayan a activar al bombardero B3 (que obviamente no existe pero promete como campaña de terror) y 3, que contraten a un productor de Hollywood para que, dando rienda suelta a su imaginación, prepare los spots para una guerra contra, ¿contra quién puede ser?, contra Albania, donde un grupo terrorista se prepara para invadir Estados Unidos llevando LA bomba en un maletín, que introducirán desde Canadá.
Estas son las bases del plan que presentan a Stanley Motss (el increíble Dustin Hofman), el productor de Hollywood elegido. Inmediatamente Stanley imagina un spot de la guerra con una niña huyendo de los terroristas, con una buena banda musical que prepare el leit motiv de la campaña, algo como "The american dream".
La actriz elegida para protagonizar el spot Tracy Lime (Kirsten Dunst), debe huir con un gato en brazos, que el presidente pide que sea un gato blanco. Ella pregunta si podrá poner este papel en su curriculum y obvio que se le dice que no y además que este papel nunca existió.
El spot es armado por técnicos en computación cambiando el paquete que transporta Tracy por el gato blanco elegido y agregando un fondo de pueblo albanés y ambiente de guerra.
Al día siguiente es proyectado en los programas de noticias de la televisión, como el horror de la guerra en Albania.
Esto es nada más que el principio, porque la aparición de la CIA que apoya al candidato opositor amenaza con desvelar la mentira de la guerra y deben agregar nuevos personajes. Una niña que reibirá al presidente a su regreso para entregarle un ramo de hortalizas, de la fiesta de las cosechas típica albanesa. Al actor Jim Belushi que pide tranquilidad a sus compatriotas (nadie sabía que fuera albanés) y muchas cosas más.
Una película realmente inverosímil, aunque lo más inverosímil es que se desvele el origen de las imágenes publicitarias que manipulan a la opinión pública y son pre-fabricadas "de cartón piedra".
El espectador no va a creer lo que el film le está mostrando, otra que Zeigeist. Y el final es, realmente, de antología.
Una película que no se debe dejar de ver, por su inmejorable hechura y por los sutiles mensajes que envía a los rebaños de gente que cree a pie juntillas lo que la televisión les muestra.
Impresionante, lo repito, la actuación de Dustin Hofman, pero todos los actores están perfectos en sus caracteres. Hay que rescatar la actuación de Woody Harrelson como el sargento Sapato y de William Macy como el agente de la CIA.
Muestra del film
Lo que ves no es lo que sucede
Diez puntos sin dudar para este extraordinario film de Barry Levinson.
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