El cartel de la película dice "Poderosa, Cautivante, Hipnotizante". Y no es simplemente un anuncio de marketing, es verdad.
El director Ang Lee nos tiene acostumbrados a sorprendernos con sus películas. Desde "El banquete de boda" donde un chino de Taiwan residiendo en Nueva York para poder vivir sin persecuciones su homosexualidad, recibe la visita de sus padres que ignoran sus inclinaciones y debe presentarles a una "novia" armada de urgencia. Pasando por su versión de Jane Austen "Sentimiento y sensibilidad" con las estupendas actuaciones de Emma Thompson y Kate Winslet. La asombrosa "El tigre y el dragón" donde reveló a occidente la estética que el cine de Hong-Kong había desarrollado y llevó a las artes marciales chinas a un nivel de un alto desarrollo artístico. "Secreto en la montaña (Brokeback Mountain)" donde por primera vez desarrolló con humanidad una relación amorosa homosexual. En fin, toda su cinematografía es asombrosa. "Billy Lynn" no es la excepción a esta regla.
Basada en una novela de Ben Fountain y con un increíble guión de Jean-Christophe Castelli, Lee describe una escena y sólo con esta muestra es suficiente para percibir lo que se maneja alrededor de la guerra de Irak y su relación con el pueblo estadounidense.
Billy Lynn (Joe Alwyn) es un cabo de un escuadrón denominado "Bravo" que participó en una escaramuza con iraquíes. Como resultado de que alguien estuviera filmando el arrojo de Billy cuando saltó fuera del lugar donde estaban atrincherados para auxiliar a su sargento Shroom (Vin Diesel) y que el video se difundiera en los Estados Unidos, todo el escuadrón es llevado para hacer presentaciones especiales ante el público estadounidense. Sí, así como lo oyen, así es descripto con la mayor naturalidad en la película y así debe haber sido en la realidad. El sargento Dime (Garrett Hedlund) cree que Billy tiene capacidad para ser militar y lo retiene a toda costa con las amenazas de costumbre dentro de las fuerzas armadas, esas donde la valentía y el arrojo priman sobre cualquier otra aptitud. Pero Billy a sus 18 años, está absolutamente conmocionado por lo que le ha tocado vivir en Irak y, aunque no lo puede discernir, siente que algo no está bien.
Su hermana Kathryn (Kristen Stewart) aún convalesciente por haber sido atropellada por un camión, quiere convencer a Billy que no vuelva al frente, que ya ha hecho bastante y que vale mucho más hacer frente a la lucha cotidiana por sobrevivir en los Estados Unidos, que matar a gente de Irak para beneficio de las petroleras.
Pero el centro de la película está en la participación del escuadrón en un show deportivo-televisivo, donde se mezcla el futbol americano con el show de las porristas, la actuación de Destiny's Child cuando una de sus integrantes era Beyoncé y la participación del escuadrón a quien hacen vestir con ropas de fajina para parecer más reales. El dueño de toda esa superproducción es un magnate financiero interpretado por Steve Martin quien quiere contratar al escuadrón para filmar una película sobre la batalla por la que pretende pagarles una cifra irrisoria.
Como el espectador adivinará, como toda la historia está enhebrada de ironías dolorosas y sarcásticas hacia el público estadounidense, no es de asombrar que la película haya pasado sin pena ni gloria por las pantallas del mundo.
Excelente la música de Jeff y Michael Danna y la versión de "Heroes" por Scala y Kolacny Brothers, como es de destacar el montaje entre las escenas del show y la memoria de Billy de los hechos como realmente sucedieron.
Trailer en inglés
Scala ·Heroes"
Nueve puntos sobre diez por la asombrosa honestidad de Ang Lee al trasladar esta novela al cine con tanta autenticidad.
Bienvenido a mi mundo
sábado, 30 de diciembre de 2017
viernes, 22 de diciembre de 2017
Puente de las Artes (Eugene Green, 2004) 🌟🌟🌟🌟🌟
Eugène Green es, probablemente, el cineasta más singular de
los que hacen cine en estos inicios del siglo XXI.
Nacido en 1947 en Nueva York, hace muchos años que sólo se refiere a ese país como Barbaria y a su lengua como lengua bárbara. Así pues, la que considera su verdadera fecha de nacimiento es la de la marcha de su país de nacimiento, 1968.
A los 21 años y después de transitar por media Europa a finales de los sesenta, se nacionalizó francés y adoptó esa lengua hasta convertirse en el gran recuperador de la expresión oral y escénica del teatro francés del Grand Siècle.
Enamorado de la literatura y de la cultura portuguesa rodó en Lisboa, en portugués, A Religiosa Portuguesa (2009) basada en las cartas de sor Mariana Alcoforado; en Italia y en italiano La Sapienza (2014) y su único documental hasta el momento Hitza egin– Faire la parole (2015) testimonia su amor por la lengua y la cultura vasca, a la que ya había dedicado una novela: La Bataille de Roncevaux (2009) y donde había situado uno de sus mediometrajes: Les signes (2006). Estamos pues ante un personaje de inabarcable curiosidad que, de la misma forma que ha ido desarrollando su vida por una amplia geografía, ha ido ampliando cada vez más su lenguaje expresivo, integrándolos los unos y los otros en sus experiencias sucesivas, pero teniendo siempre un tronco común, básico y fundamental: la Palabra.
En este film, Green demuestra lo que es su lenguaje cinematográfico. Utilizando una estética bizantina, sus personajes, en la mayor parte del film, hablan directamente a la cámara y eso hace que el espectador se sienta de alguna manera parte del film.
Con cuatro personajes principales, Pascal (Adrien Michaux), Christine (Camille Carraz), Sarah (Natacha Regnier) y Manuel (Alexis Louret), teje y deshace en su propio guión una filosofía de vida empapada en el mundo artístico. Christine estudia filosofía y su principal obsesión es aprobar sus examenes para mantener lo que ella llama, su dignidad. La enoja mucho la actitud de abandono de su pareja, Pascal, estudiante de literatura, quien enojado con su profesora que le ha encomendado una tesis sobre un tema que él no quiere abordar, se deja a sí mismo al sueño y la decidia. Sarah, una soprano con una voz importante, sufre las agresiones de su profesor, a quien denomina "el innombrable" (Denys Podalydes), un homosexual que no tolera el virtuosismo femenino de Sarah y la ahoga con sus críticas e insultos. Sarah quiere salir adelante, por eso se mantiene calma y se esfuerza en dar lo mejor de sí misma. Jean-Astolphe Mereville (Olivier Gourmet) es un amigo de Gui-gui (el innombrable) y nos muestra la opinión de Green sobre el amaneramiento en el mundo de las artes en una ridícula actuación de Jean-Astolphe personificando a Fedra para su taxi-boy, a quien quiere hacer su asistente. Muy bien le dice el taxi-boy, pero la tarifa del sexo sigue siendo 500.
Manuel, es la pareja de Sarah, pero élla está deshaciendo su relación en la medida que no puede manejar la situación con su profesor. Manuel se desespera por ayudarla a salir adelante.
Hay una escena, en la que Pascal asiste invitado por un amigo a una función de teatro No japonés. Es muy interesante, porque los espectadores del film no la vamos a ver sino a través de las miradas de los espectadores en el teatro, de los que el director hace un cameo constante, y de carteles que anuncian los hechos que se desarrollan en la escena. Me trajo a la memoria a la posterior obra de Abbas Kiarostami, "Shirin", en la que a través de las miradas y las reacciones de 114 actrices iraníes y Juliette Binoche, vamos a apreciar la representación del poema iraní Shirin.
En el argumento de la obra japonesa, está contado el drama que, detrás de todas las escenas hieráticas y las miradas profundas, se desarrolla en la película.
Demás está decir que el cine de Eugene Green no está hecho para todo el público. Si bien no es intelectualoide, el modo en que se presentan los hechos no es el más abordable para el gran público. Eso no quita que espectadores sensibles se sientan hipnotizados por el ritmo y la cadencia de la película.
Especial mención requiere la inclusión de "Il lamento della ninfa" del compositor barroco italiano Claudio Monteverdi. Es parte de la seducción que el film ejerce sobre los espectadores.
Por esa razón en su cine hay tantas palabras de lenguas diversas y aparecen personajes portadores de lenguas antiguas que sobreviven en su lucha por seguir siendo Palabra/Parole y no ser arrastrados hacia la Palabra/mot o, peor todavía, hacia su desaparición como lengua. Como la mujer que canta en kurdo en una de las muchas escenas mágicas. Por eso mismo tiene esa estrecha vinculación con la cultura vasca a partir de su lengua, en la que perviven los misterios más antiguos y se concreta una memoria colectiva que se remonta a tiempos inmemorables.
Por esa misma razón en su cine sólo aparece su lengua materna, el inglés, en algún momento de sarcasmo, como en la escena del australiano que quiere visitar la capilla de Sant’Ivo en La Sapienza. El inglés parece ser, únicamente, la lengua de las colonias y como tal, una lengua sin memoria y sin historia, o sea compuesta sólo de mots y no de Paroles y sin capacidad, por tanto, para convocar lo misterioso.
Trailer en francés
Lamento della ninfa
Diez puntos sobre diez para esta esplendorosa obra cinematográfica.
Nacido en 1947 en Nueva York, hace muchos años que sólo se refiere a ese país como Barbaria y a su lengua como lengua bárbara. Así pues, la que considera su verdadera fecha de nacimiento es la de la marcha de su país de nacimiento, 1968.
A los 21 años y después de transitar por media Europa a finales de los sesenta, se nacionalizó francés y adoptó esa lengua hasta convertirse en el gran recuperador de la expresión oral y escénica del teatro francés del Grand Siècle.
Enamorado de la literatura y de la cultura portuguesa rodó en Lisboa, en portugués, A Religiosa Portuguesa (2009) basada en las cartas de sor Mariana Alcoforado; en Italia y en italiano La Sapienza (2014) y su único documental hasta el momento Hitza egin– Faire la parole (2015) testimonia su amor por la lengua y la cultura vasca, a la que ya había dedicado una novela: La Bataille de Roncevaux (2009) y donde había situado uno de sus mediometrajes: Les signes (2006). Estamos pues ante un personaje de inabarcable curiosidad que, de la misma forma que ha ido desarrollando su vida por una amplia geografía, ha ido ampliando cada vez más su lenguaje expresivo, integrándolos los unos y los otros en sus experiencias sucesivas, pero teniendo siempre un tronco común, básico y fundamental: la Palabra.
En este film, Green demuestra lo que es su lenguaje cinematográfico. Utilizando una estética bizantina, sus personajes, en la mayor parte del film, hablan directamente a la cámara y eso hace que el espectador se sienta de alguna manera parte del film.
Con cuatro personajes principales, Pascal (Adrien Michaux), Christine (Camille Carraz), Sarah (Natacha Regnier) y Manuel (Alexis Louret), teje y deshace en su propio guión una filosofía de vida empapada en el mundo artístico. Christine estudia filosofía y su principal obsesión es aprobar sus examenes para mantener lo que ella llama, su dignidad. La enoja mucho la actitud de abandono de su pareja, Pascal, estudiante de literatura, quien enojado con su profesora que le ha encomendado una tesis sobre un tema que él no quiere abordar, se deja a sí mismo al sueño y la decidia. Sarah, una soprano con una voz importante, sufre las agresiones de su profesor, a quien denomina "el innombrable" (Denys Podalydes), un homosexual que no tolera el virtuosismo femenino de Sarah y la ahoga con sus críticas e insultos. Sarah quiere salir adelante, por eso se mantiene calma y se esfuerza en dar lo mejor de sí misma. Jean-Astolphe Mereville (Olivier Gourmet) es un amigo de Gui-gui (el innombrable) y nos muestra la opinión de Green sobre el amaneramiento en el mundo de las artes en una ridícula actuación de Jean-Astolphe personificando a Fedra para su taxi-boy, a quien quiere hacer su asistente. Muy bien le dice el taxi-boy, pero la tarifa del sexo sigue siendo 500.
Manuel, es la pareja de Sarah, pero élla está deshaciendo su relación en la medida que no puede manejar la situación con su profesor. Manuel se desespera por ayudarla a salir adelante.
Hay una escena, en la que Pascal asiste invitado por un amigo a una función de teatro No japonés. Es muy interesante, porque los espectadores del film no la vamos a ver sino a través de las miradas de los espectadores en el teatro, de los que el director hace un cameo constante, y de carteles que anuncian los hechos que se desarrollan en la escena. Me trajo a la memoria a la posterior obra de Abbas Kiarostami, "Shirin", en la que a través de las miradas y las reacciones de 114 actrices iraníes y Juliette Binoche, vamos a apreciar la representación del poema iraní Shirin.
En el argumento de la obra japonesa, está contado el drama que, detrás de todas las escenas hieráticas y las miradas profundas, se desarrolla en la película.
Demás está decir que el cine de Eugene Green no está hecho para todo el público. Si bien no es intelectualoide, el modo en que se presentan los hechos no es el más abordable para el gran público. Eso no quita que espectadores sensibles se sientan hipnotizados por el ritmo y la cadencia de la película.
Especial mención requiere la inclusión de "Il lamento della ninfa" del compositor barroco italiano Claudio Monteverdi. Es parte de la seducción que el film ejerce sobre los espectadores.
Por esa razón en su cine hay tantas palabras de lenguas diversas y aparecen personajes portadores de lenguas antiguas que sobreviven en su lucha por seguir siendo Palabra/Parole y no ser arrastrados hacia la Palabra/mot o, peor todavía, hacia su desaparición como lengua. Como la mujer que canta en kurdo en una de las muchas escenas mágicas. Por eso mismo tiene esa estrecha vinculación con la cultura vasca a partir de su lengua, en la que perviven los misterios más antiguos y se concreta una memoria colectiva que se remonta a tiempos inmemorables.
Por esa misma razón en su cine sólo aparece su lengua materna, el inglés, en algún momento de sarcasmo, como en la escena del australiano que quiere visitar la capilla de Sant’Ivo en La Sapienza. El inglés parece ser, únicamente, la lengua de las colonias y como tal, una lengua sin memoria y sin historia, o sea compuesta sólo de mots y no de Paroles y sin capacidad, por tanto, para convocar lo misterioso.
Trailer en francés
Lamento della ninfa
Diez puntos sobre diez para esta esplendorosa obra cinematográfica.
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Alexis Louret,
Camille Carraz,
Denys Podalydes,
Drama poético,
Eugene Green,
Francia,
Natacha Regnier,
Olivier Gourmet
lunes, 18 de diciembre de 2017
En la vía láctea (Emir Kusturica, 2016) 🌟🌟🌟🌟🌟
Me saco el sombrero ante esta nueva genialidad de Emir Kusturica.
El director que ha legado a la historia del cine joyas como "Underground" y "Gato negro, gato blanco", vuelve recargado.
Leí en un artículo que la filmación de esta maravilla le llevó cuatro años. Pues no han sido en vano. Las imágenes que en un poco más de dos horas se acumulan en el cerebro del espectador, siempre y cuando este no sea un descerebrado, van a calar hondo en su modo de mirar y apreciar el mundo.
Evidentemente este es el camino que ha seguido Emir Kusturica, convertido ahora en el centro y alma de su película también personifica a su héroe. Es un lechero que lleva leche a los soldados bajo las bombas y balas de esa imposible guerra que significó la atomización de la Yugoslavia (la unión pan-eslava de países europeos). Viaja montado en un burro y protegido por un paraguas, con la compañía de un halcón amigo que adora posarse en su cabeza. Como un renacido Francisco de Asís, habla con los animales y se maravilla de una serpiente que bebe leche. Durante la primera media hora, la pantalla se verá habitada por imágenes delirantes, surrealistas y conmovedoras de personas y animales en medio de la guerra.
Un personaje le dice al otro, "y cómo sabes que es un halcón peregrino y no un águila" y el otro le contesta "por nuestros cuentos populares".
Esa es la inmensa sabiduría que Kusturica tiene para ofrecer al mundo y vaya si lo hace.
La novia de Kosta, el lechero, Milena (Slovoda Micalovic) está también un poco loca y salva a una vieja de las garras de un reloj de péndulo que enloquece y captura a las personas entre sus cuerdas. Según dice Kosta, es un reloj austro-húngaro.
Milena quiere casarse el mismo día que su hermano Zaga (Predrag Manojlovic) y le consigue como novia a una italiana )Monica Bellucci) que se ofrece voluntaria para el casamiento porque, sabremos después, está huyendo de los soldados de los cuerpos de paz.
Es inevitable que Kosta se enamore de la italiana y durante toda la película el espectador va a vivir sobresaltado por esta historia de amor y guerra, amor y belleza, amor y entrega.
Un homenaje a la imaginación de los seres humanos con su locura bélica y otros, que destruye todo a su paso. La muerte del burro es particularmente dolorosa y prefigura las posteriores.
En este canto desgarrador a la vida, Kusturica trata de brindarnos, como dice al principio, tres historias reales y muchas fantásticas.
La música, que es siempre un elemento primordial en sus películas, es esta vez de su hijo, Stribor Kusturica. La dirección de fotografía de Martin Sec y Goran Volarevic y el majestuoso montaje, es muy difícil enhebrar tantas imágenes fantásticas, estuvo a cargo de Svetolik Zajc.
Trailer en castellano
Es imposible ser equitativo cuando de Emir Kusturica se trata, así que no es de extrañar que mi calificación sea de 10 puntos sobre 10. Espero que muchos espectadores la encuentren tan fascinante como yo.
El director que ha legado a la historia del cine joyas como "Underground" y "Gato negro, gato blanco", vuelve recargado.
Leí en un artículo que la filmación de esta maravilla le llevó cuatro años. Pues no han sido en vano. Las imágenes que en un poco más de dos horas se acumulan en el cerebro del espectador, siempre y cuando este no sea un descerebrado, van a calar hondo en su modo de mirar y apreciar el mundo.
Evidentemente este es el camino que ha seguido Emir Kusturica, convertido ahora en el centro y alma de su película también personifica a su héroe. Es un lechero que lleva leche a los soldados bajo las bombas y balas de esa imposible guerra que significó la atomización de la Yugoslavia (la unión pan-eslava de países europeos). Viaja montado en un burro y protegido por un paraguas, con la compañía de un halcón amigo que adora posarse en su cabeza. Como un renacido Francisco de Asís, habla con los animales y se maravilla de una serpiente que bebe leche. Durante la primera media hora, la pantalla se verá habitada por imágenes delirantes, surrealistas y conmovedoras de personas y animales en medio de la guerra.
Un personaje le dice al otro, "y cómo sabes que es un halcón peregrino y no un águila" y el otro le contesta "por nuestros cuentos populares".
Esa es la inmensa sabiduría que Kusturica tiene para ofrecer al mundo y vaya si lo hace.
La novia de Kosta, el lechero, Milena (Slovoda Micalovic) está también un poco loca y salva a una vieja de las garras de un reloj de péndulo que enloquece y captura a las personas entre sus cuerdas. Según dice Kosta, es un reloj austro-húngaro.
Milena quiere casarse el mismo día que su hermano Zaga (Predrag Manojlovic) y le consigue como novia a una italiana )Monica Bellucci) que se ofrece voluntaria para el casamiento porque, sabremos después, está huyendo de los soldados de los cuerpos de paz.
Es inevitable que Kosta se enamore de la italiana y durante toda la película el espectador va a vivir sobresaltado por esta historia de amor y guerra, amor y belleza, amor y entrega.
Un homenaje a la imaginación de los seres humanos con su locura bélica y otros, que destruye todo a su paso. La muerte del burro es particularmente dolorosa y prefigura las posteriores.
En este canto desgarrador a la vida, Kusturica trata de brindarnos, como dice al principio, tres historias reales y muchas fantásticas.
La música, que es siempre un elemento primordial en sus películas, es esta vez de su hijo, Stribor Kusturica. La dirección de fotografía de Martin Sec y Goran Volarevic y el majestuoso montaje, es muy difícil enhebrar tantas imágenes fantásticas, estuvo a cargo de Svetolik Zajc.
Trailer en castellano
Es imposible ser equitativo cuando de Emir Kusturica se trata, así que no es de extrañar que mi calificación sea de 10 puntos sobre 10. Espero que muchos espectadores la encuentren tan fascinante como yo.
sábado, 16 de diciembre de 2017
La perdida ciudad de Z (James Gray, 2017) 🌟🌟🌟
Es realmente lamentable que la producción haya querido hacer pasar una película biográfica sobre el explorador británico Percival Fawcett, por una nueva versión de Indiana Jones. El título de la película ya es muy triste. Peores aún son los afiches.
Basándose en la novela de David Grann, el director escribe el guión para su película.
Lo más interesante que podría aportar la biografía de Fawcett, es su voluntad inquebrantable de encontrar esta ciudad perdida, que él mismo llamaba "Z", en el centro del Amazonas y eso está bastante bien plasmado gracias a la interesante actuación de Charlie Hunnam.
También es inquietante el espejo de la sociedad victoriana llena de prejuicios y carente de instrucción.
La primera vez, el mayor Fawcett es enviado a la selva boliviana para trazar la frontera cartográfica entre Bolivia y Brasil, porque los intereses británicos en la explotación del caucho lo requieren.
Fawcett contrata a Henry Costin (Robert Pattinson) quien se convertirá en su fiel compañero de expedición.
Hay mucho metraje dedicado a la navegación por el río Verde, que es la frontera natural entre los dos países y a las desventuras en sus encuentros con aborigenes. Metraje que a mi criterio podría haberse reducido a la mitad. En el camino por la selva, Fawcett encuentra restos de cerámica esparcidos por el suelo y esto le hace pensar en la mítica cultura desconocida por los europeos que habita, o habitó, el corazón del Amazonas.
Pero se acaban los víveres y solo gracias a la caza eventual de un jabalí se aseguran el regreso a la civilización.
En Londres es recibido como un héroe por los habituales creadores de ilusiones de nuestra sociedad. Pero cuando en un discurso en la Sociedad Geográfica, se atreve a mencionar los restos de cerámica hallados en medio de la selva, la turbamulta se burla de sus aseveraciones. Esos indígenas son incapaces de hacer ni siquiera una olla de cerámica.
Pero a través de sus aseveraciones, la Sociedad Geográfica le encomienda una segunda expedición a la selva amazónica. Su esposa Nina (Sienna Miller) que ha dado luz a su segundo hijo Bryan durante su ausencia, pretende acompañarlo, pero Fawcett no la acepta, ya que el lugar de las mujeres es en su casa, cuidando a los hijos. En realidad gracias a las investigaciones de su mujer, Fawcett se hace de un documento histórico brasileño, donde se describe la ciudad perdida de Z.
En cambio se une a la expedición James Murray (Angus Macfadyen), cuya fama proviene de haber sido compañero de Shackleton en su espedición al polo sur. Sin embargo Murray es una desgracia para la segunda expedición. Se come todos los víveres después de huir despavorido de una aldea aborigen cuyos habitantes son antropófagos.
Esta segunda expedición termina mal para Fawcett y Costin y, además debe hacerse cargo de las acusaciones de Miller de haberlo abandonado y de las quejas de su hijo mayor Jack (Tom Holland) quien le reclama por haber dejado a la familia. Esto todo cuando recibe la carta de reclutamiento para la guerra mundial de 1914.
En medio del horror de la guerra de trincheras, el espectador cinéfilo va a tener un hermoso regalo. Como madame Kumel, una adivina que predice el futuro a los soldados, actúa nada más y nada menos que Elena Solovey (actriz favorita de Nikita Mikhalkov en sus primeras películas).
Realmente la película está muy bien filmada y todas las escenas son absolutamente creíbles, pero la duración es, a mi criterio, excesiva y solo aporta tedio al total de la obra. De todos modos, es una película interesante de ver, sobre todo para aquellos que no conozcan en detalle la vida de Percy Fawcett.
Excelente la fotografía de Darius Khondji.
Trailer subtitulado en castellano
Documental sobre Percival Fawcett
Siete puntos sobre diez es mi calificación para este interesante film.
.
Basándose en la novela de David Grann, el director escribe el guión para su película.
Lo más interesante que podría aportar la biografía de Fawcett, es su voluntad inquebrantable de encontrar esta ciudad perdida, que él mismo llamaba "Z", en el centro del Amazonas y eso está bastante bien plasmado gracias a la interesante actuación de Charlie Hunnam.
También es inquietante el espejo de la sociedad victoriana llena de prejuicios y carente de instrucción.
La primera vez, el mayor Fawcett es enviado a la selva boliviana para trazar la frontera cartográfica entre Bolivia y Brasil, porque los intereses británicos en la explotación del caucho lo requieren.
Fawcett contrata a Henry Costin (Robert Pattinson) quien se convertirá en su fiel compañero de expedición.
Hay mucho metraje dedicado a la navegación por el río Verde, que es la frontera natural entre los dos países y a las desventuras en sus encuentros con aborigenes. Metraje que a mi criterio podría haberse reducido a la mitad. En el camino por la selva, Fawcett encuentra restos de cerámica esparcidos por el suelo y esto le hace pensar en la mítica cultura desconocida por los europeos que habita, o habitó, el corazón del Amazonas.
Pero se acaban los víveres y solo gracias a la caza eventual de un jabalí se aseguran el regreso a la civilización.
En Londres es recibido como un héroe por los habituales creadores de ilusiones de nuestra sociedad. Pero cuando en un discurso en la Sociedad Geográfica, se atreve a mencionar los restos de cerámica hallados en medio de la selva, la turbamulta se burla de sus aseveraciones. Esos indígenas son incapaces de hacer ni siquiera una olla de cerámica.
Pero a través de sus aseveraciones, la Sociedad Geográfica le encomienda una segunda expedición a la selva amazónica. Su esposa Nina (Sienna Miller) que ha dado luz a su segundo hijo Bryan durante su ausencia, pretende acompañarlo, pero Fawcett no la acepta, ya que el lugar de las mujeres es en su casa, cuidando a los hijos. En realidad gracias a las investigaciones de su mujer, Fawcett se hace de un documento histórico brasileño, donde se describe la ciudad perdida de Z.
En cambio se une a la expedición James Murray (Angus Macfadyen), cuya fama proviene de haber sido compañero de Shackleton en su espedición al polo sur. Sin embargo Murray es una desgracia para la segunda expedición. Se come todos los víveres después de huir despavorido de una aldea aborigen cuyos habitantes son antropófagos.
Esta segunda expedición termina mal para Fawcett y Costin y, además debe hacerse cargo de las acusaciones de Miller de haberlo abandonado y de las quejas de su hijo mayor Jack (Tom Holland) quien le reclama por haber dejado a la familia. Esto todo cuando recibe la carta de reclutamiento para la guerra mundial de 1914.
En medio del horror de la guerra de trincheras, el espectador cinéfilo va a tener un hermoso regalo. Como madame Kumel, una adivina que predice el futuro a los soldados, actúa nada más y nada menos que Elena Solovey (actriz favorita de Nikita Mikhalkov en sus primeras películas).
Realmente la película está muy bien filmada y todas las escenas son absolutamente creíbles, pero la duración es, a mi criterio, excesiva y solo aporta tedio al total de la obra. De todos modos, es una película interesante de ver, sobre todo para aquellos que no conozcan en detalle la vida de Percy Fawcett.
Excelente la fotografía de Darius Khondji.
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Documental sobre Percival Fawcett
Siete puntos sobre diez es mi calificación para este interesante film.
.
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James Gray,
Robert Pattinson,
Sienna Miller,
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jueves, 14 de diciembre de 2017
Que tengas dulces sueños (Fai Bei Sogni) (Marco Bellocchio, 2016) 🌟🌟🌟🌟
Marco Bellocchio se ha convertido desde la desaparición de Federico Fellini, Michelangelo Antonioni y Luchino Visconti, en el realizador de cine más importante del cine italiano del siglo XXI.
Se ha especializado en sus filmes en indagar en la psicología familiar. Padres, hermanos e hijos pasan por su lupa y adquieren una nueva dimensión humana sin necesidad de apelar a dramatismos ni a situaciones bizarras.
En este, su último film, su personaje es Massimo (Valerio Mastandrea, Nicoló Cabras (niño) y Dario dal Pero (adolescente). Massimo ama con locura a su madre (Barbara Ronchi) y su madre a su vez juega con él todo el tiempo. Una noche, Massimo se despierta para ver salir a su padre (Guido Caprino) acompañado de otra gente y a sus padrinos (Arianna Scomegna y Bruno Torrisi) que se hacen cargo de él diciéndole que su madre está en el hospital.
Finalmente al regresar su padre a la casa, lo lleva a hablar con el cura (Roberto de Francesco) quien le cuenta que finalmente Dios ha escuchado las plegarias de su madre y se la ha llevado al cielo.
Massimo reniega del cura y le dice que cómo sabe lo que Dios y su madre hablaban.
A pesar de su rechazo, tiene que despedir al ataúd donde se supone que está su madre, en realidad él no la ha vuelto a ver.
Esta es la tragedia de la infancia de Massimo. Vemos que en la actualidad está levantando el departamento de sus padres y nos enteramos que debe vaciarlo durante el fin de semana. Le llega un envío por correo conteniendo una caja de fósforos que perteneció a su madre. Esto le ocasiona un ataque con palpitaciones, ahogos y sudores que terminan por llevarlo al hospital en el que lo atendió telefónicamente una doctora. Finalmente encuentra a la doctora Elisa (Berenice Bejo), quien con toda calma le dice que lo que sufrió fue un ataque de pánico. Luego se lo cruza por la calle y le dice que si le vuelve a suceder que llame a un amigo o a un familiar al que lo unan lazos de afecto y él le pregunta si puede llamarla a élla.
La historia de Massimo adulto tiene varios flashbacks, de cuando fue corresponsal en Sarajevo y fotografió el cadaver de una mujer muerta mientras en otra pieza su hijo está abstraído con los jueguitos electrónicos. O de cuando presenció el suicidio de un alto industrial (Fabrizio Gifuni) que le estaba pidiendo que escribiera sus memorias.
Toda la historia está hilvanada en función de los recuerdos y emociones de su vida y, como dice en determinado momento, ahora que es más viejo que su madre cuando murió debe verlo todo de otra manera.
El espectador va a seguir los vericuetos de la odisea emotiva de Massimo y se va a involucrar irresistiblemente con el personaje.
Impecable la realización fílmica, así como la dirección de fotografía de Danielle Cipri y la banda de sonido de Carlo Grivelli.
Trailer subtitulado en castellano
Esta hermosa película merece una calificación de 8 puntos sobre 10 y no habrá espectador que quede decepcionado después de verla.
Se ha especializado en sus filmes en indagar en la psicología familiar. Padres, hermanos e hijos pasan por su lupa y adquieren una nueva dimensión humana sin necesidad de apelar a dramatismos ni a situaciones bizarras.
En este, su último film, su personaje es Massimo (Valerio Mastandrea, Nicoló Cabras (niño) y Dario dal Pero (adolescente). Massimo ama con locura a su madre (Barbara Ronchi) y su madre a su vez juega con él todo el tiempo. Una noche, Massimo se despierta para ver salir a su padre (Guido Caprino) acompañado de otra gente y a sus padrinos (Arianna Scomegna y Bruno Torrisi) que se hacen cargo de él diciéndole que su madre está en el hospital.
Finalmente al regresar su padre a la casa, lo lleva a hablar con el cura (Roberto de Francesco) quien le cuenta que finalmente Dios ha escuchado las plegarias de su madre y se la ha llevado al cielo.
Massimo reniega del cura y le dice que cómo sabe lo que Dios y su madre hablaban.
A pesar de su rechazo, tiene que despedir al ataúd donde se supone que está su madre, en realidad él no la ha vuelto a ver.
Esta es la tragedia de la infancia de Massimo. Vemos que en la actualidad está levantando el departamento de sus padres y nos enteramos que debe vaciarlo durante el fin de semana. Le llega un envío por correo conteniendo una caja de fósforos que perteneció a su madre. Esto le ocasiona un ataque con palpitaciones, ahogos y sudores que terminan por llevarlo al hospital en el que lo atendió telefónicamente una doctora. Finalmente encuentra a la doctora Elisa (Berenice Bejo), quien con toda calma le dice que lo que sufrió fue un ataque de pánico. Luego se lo cruza por la calle y le dice que si le vuelve a suceder que llame a un amigo o a un familiar al que lo unan lazos de afecto y él le pregunta si puede llamarla a élla.
La historia de Massimo adulto tiene varios flashbacks, de cuando fue corresponsal en Sarajevo y fotografió el cadaver de una mujer muerta mientras en otra pieza su hijo está abstraído con los jueguitos electrónicos. O de cuando presenció el suicidio de un alto industrial (Fabrizio Gifuni) que le estaba pidiendo que escribiera sus memorias.
Toda la historia está hilvanada en función de los recuerdos y emociones de su vida y, como dice en determinado momento, ahora que es más viejo que su madre cuando murió debe verlo todo de otra manera.
El espectador va a seguir los vericuetos de la odisea emotiva de Massimo y se va a involucrar irresistiblemente con el personaje.
Impecable la realización fílmica, así como la dirección de fotografía de Danielle Cipri y la banda de sonido de Carlo Grivelli.
Trailer subtitulado en castellano
Esta hermosa película merece una calificación de 8 puntos sobre 10 y no habrá espectador que quede decepcionado después de verla.
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