No hay grandes altibajos en su transcurrir pero las actuaciones de los dos intérpretes principales son dignas de elogio. En el caso de Audrey Tatou no es una sorpresa, porque todo lo que he visto con élla siempre lo hace bien, pero hay que mencionar la estupenda actuación de Francois Damiens. Sin sus gestos y movimientos la película no sorprendería demasiado.
Es su personaje quien justamente encarna el significado del título de la película.
También hay que mencionar las hermosas canciones escritas e interpretadas por Emilie Simon.
Sobre 10 puntos esta película se lleva un 8. No es la súper película, pero si la ven van a disfrutarla del principio al fin. Está actualmente en cartelera en Buenos Aires, no se la pierdan.
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