Rob Reiner tiene una larga trayectoria como director cinematográfico y cada año suma una nueva comedia dramática a la lista de excelentes películas realizadas. Para muestra sobra un botón, él dirigió "Cuando Harry conoció a Sally".
En esta última realización utiliza una historia ya muy gastada, la de un anciano cínico desilusionado de la vida que al encuentro con una familia de vecinos libre vuelve a recuperar su imaginación.
En el caso de este personaje es fundamental ya que es un escritor.
Pero lo importante es cómo se va haciendo la historia y de qué manera un montón de líneas generadas por el anciano empiezan a brotar y a florecer. Este florecimiento provoca que él mismo florezca.
Para conseguir que la historia se sostuviera hacía falta contar con Morgan Freeman en el protagónico. Sin él la película no sería lo que es. Su natural humanismo le da múltiples facetas a su personaje.
Lo acompañan Virginia Madsen, Emma Fuhrman, Madeline Carroll y Nicolette Pierini encarnando a la madre e hijas de la familia de vecinos.
Es una película muy agradable para ver y que no requiere grandes dotes de observador ya que la historia se va contando sola. Sobre 10 puntos creo que 7 es la evaluación más correcta.
Que no se trate de una obra de arte no significa que no sea una película digna de verse.
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