El 9 de Mayo de 1978, Aldo Moro fue asesinado en Italia por un comando de las Brigadas Rojas, después de un cautiverio de 55 días. Los captores y asesinos fueron fácilmente detenidos, juzgados y condenados a prisión perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
La ceremonia fúnebre fue oficiada por el propio papa Pablo VI y asistieron todos los dirigentes políticos italianos. La familia de Aldo Moro se negó a que su cuerpo estuviera presente en esa ceremonia y prefirieron algo más íntimo.
La verdad es que lo que los integrantes de las Brigadas Rojas pedían a cambio de Aldo Moro, que era la libertad de presos políticos, no fue aceptado por ningún dirigente político y hasta el mismo papa, cuando Aldo Moro se dirigió a él en una carta para pedir por su intercesión, lo que contestó fue que de rodillas pedía a los captores que lo liberaran SIN CONDICIONES, o sea sin aceptar la liberación de los presos políticos.
En una escena inolvidable, Aldo Moro le dice a sus captores: no se dan cuenta que el estado me va a dejar morir porque le soy más útil como víctima que libre y que ustedes no van a ser considerados como ejecutores sino como asesinos.
Solo un maestro como Marco Bellocchio es capaz de hacer una película sobre estos hechos de tal intensidad . No hay ningún guiño cómplice por parte del director, se limita a presentar la historia tal como teóricamente sucedió, con lo cual eleva el drama humano a alturas increíbles.
Esta película forma parte de una trilogía de filmes con los que Marco Bellocchio describió a la perfección la realidad política y social italiana. A través de éllos inscribió su nombre en el registro de los más grandes directores del cine italiano. Los restantes filmes son "La hora de la religión", sobre un no practicante religioso cuya madre va a ser beatificada por haber sido asesinada por su otro hijo débil mental y "Vencedor" sobre y el hijo de Benito Mussolini y su madre, no reconocidos por él.
En "Buenos días, noche", el cuestionamiento de las conciencias, para los personajes y para el espectador, es continuo y no se termina con el fin de la película. ¿Cuál es la justa medida por la cual un hecho político puede ser justificado?.
Lástima que estos cuestionamientos se dan siempre para los hechos políticos del mismo lado de la humanidad, los que afectan a los dueños del poder.
Prácticamente no hay escenas filmadas fuera del departamento donde Aldo Moro está cautivo. El filmar dentro del departamento hace que la similitud con el ámbito interno de la conciencia se vuelva más y más agudo.
Hay que destacar la actuación de Maya Sansa que personifica a la única mujer del grupo secuestrador y por quien se hacen pasar las mayores objeciones de conciencia. A través de sus circunstancias la mayor parte de la problemática del film está dicha. Roberto Herlitzka personificando a Aldo Moro es tal cual uno se lo imagina. El resto del elenco es también excelente.
Un aplauso en particular para el responsable de la musicalización del film. La elección de temas de Pink Floyd vuelven aún más intensas las situaciones dramáticas. La canción de los partisanos comunistas, "Fischia il vento" (versión italiana de la canción tradicional rusa "Kalinka") durante una boda, hace que el espectador deba cuestionarse qué fue de la realidad política italiana que estaba tan comprometida con los ideales revolucionarios al terminar la segunda guerra mundial y que llega a la realidad demo-cristiana neo-fascista en tan poco tiempo.
Fischie il vento
Y por último, la escena donde el papa Paulo VI recibe la carta de Aldo Moro, vibra de emoción con "La huída" de la Misa Criolla de Ariel Ramírez.
No puedo sino recomendar que vean esta película porque de CINE estamos hablando. Es obvio que mi calificación es de 10 o más sobre los 10 puntos en cuestión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario