Cuando una película se anuncia como "basada en hechos reales" automáticamente la descalifico. Todo en las artes está basado en la imaginación del ser humano, al menos hasta ahora, entonces si se utiliza el drama que haya vivido una persona real para escribir una historia, siempre va a ser algo creado por la imaginación. Dicho esto no sigo más con el tema porque no es mi intención.
Este blog se denomina "Cine interesante" (Películas interesantes que voy viendo y lo que aprendo de éllas) y "Las sesiones" se ha ganado su entrada al blog en justa medida.
Si seguimos con los anuncios del cartel (solo para descalificar al marketing del cine), esta película no tiene nada de "hilarious" ni de "heartbreaking". Nada.
Es una película hecha con una infinita sensibilidad, lo que le permite tocar un tema tan escabroso como es la iniciación sexual de un descapacitado, con absoluta ternura y sencillez.
Hay mucho respeto al ser humano, cualidad normalmente ausente del cine de Holywood. Hay mucho tacto y sí, podríamos decir, de alguna manera un humor sano muy agradable.
Siempre me gustó Helen Hunt, desde que hacía aquella inolvidable serie "Mad about you" hasta cuando nos asombró quedándose con un premio Oscar por su caracterización de una vulgar camarera en "Mejor imposible". Desde entonces, cada aparición de Helen Hunt bien vale el costo de una entrada de cine. Y esta película no es la excepción. Muchos de los calificativos positivos que adjudiqué a la película se pueden compartir con la actuación de Helen Hunt. Gracias a élla la película se torna sensible y sencilla. No se transforma en Anna Karenina, no, para nada, es una terapeuta cuya especialización es en el aspecto sexual. Y como le dice el personaje del hijo de Alan Arkin (Adam Arkin) es una santa.
William H. Macy nos ha brindado siempre actuaciones precisas. Esta no se escapa de la regla. ¿Cómo hace un sacerdote católico para aconsejar a un feligrés descapacitado que quiere tener relaciones sexuales?. El lo actúa con el embarazo necesario y la respuesta adecuada. Muy buena actuación.
También John Hawkes merece un párrafo aparte. No es nada fácil personificar a un ser cuya única fuente de expresividad está en el rostro y en un cuerpo tensado hasta no poder más. Claro que siempre este tipo de personificaciones acarrean premios porque a Holywood le encantan los que luchan contra el cáncer o sobreviven a una matanza. Los raptados por un OVNI o comidos por un tiburón. Pero otra vez, indudablemente la dirección de Ben Lewin tiene que ver en esto. A pesar que podría tener primeros planos con lágrimas corriendo por sus mejillas, nada de eso sucede, ni siquiera hay primeros planos, es una película sensible y sencilla, muy bien hecha y por esa misma razón digna de ser elogiada. El timbre de voz que John Hawkes eligió es el exacto y lleva consigo inocencia e ironía.
Del resto del cast rescato a Moon Bloodgood, mezcla de coreana con holandés-irlandés. El personaje que compone tiene una dignidad llevada al extremo que élla ha sabido aprovechar.
Creo que está previsto el estreno en Argentina para fines de marzo. Si es así y tienen ganas, vayan a verla. Se van a llevar una agradable sorpresa.
Es muy difícil calificar una película así, pero digamos que si bien no es el súper-espectáculo también escapa a los cánones de una comedia dramática habitual. Digamos que le adjudico 8 de los 10 puntos en juego.
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