A pesar del título, "Holy motors" es un film francés. Absolutamente francés.
Este fue mi primer encuentro con el director Leos Carax (real nombre Alexandre Dupont).
En su corta vida, "Santos motores" lleva ganados premios en todos los festivales en los que se presenta, desde Cannes hasta Los Angeles, desde Sitges hasta Vancouver.
Vemos un día en la vida de Mr. Oscar (magistralmente personificado por Denis Lavant), desde la mañana hasta que regresa a su ¿familia? a dormir. Y, ¿a qué se dedica Mr. Oscar?, esa es la intriga de la película y cuando uno cree que está a punto de descubrirlo el misterio nuevamente se cierra sobre sí mismo.
Película intrigante al máximo, puede decepcionar si lo que uno quiere es tenerlo todo explicado. Pero si a uno le gusta el cine y le despiertan curiosidad los diferentes lenguajes cinematográficos, esta película le va a encantar y lo va a asombrar.
Además las historias que se presentan son todas magníficas. Lindan en lo surrealista, pero como siempre están paradas en París, por donde circula todo el día la limousine de Mr. Oscar, no llegan a ser consideradas como absurdas. De karateca a asesino, de Quasimodo a matón, de padre abandónico a amante sin esperanza, por todos estos caracteres circula Mr. Oscar, siempre acompañado de su chofer, Celine, personificada por Edith Scob.
En otros personajes marginales aparecen Eva Mendes y, caso raro, Kylie Minogue, que también canta la canción.
¿Quiénes somos?
No es una película que se parezca a nada que yo haya visto antes y, realmente, aunque quisiera, no puedo explicarla. Es un film para disfrutar, del principio al fin.
Está claro que sobre 10 puntos, para mí, se merece 9 puntos.
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