Bienvenido a mi mundo

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gracias por la imagen a Germán Banchio

lunes, 28 de septiembre de 2015

Einstein (Liliana Cavani, 2008) 🌟🌟🌟

No debe ser fácil abordar un proyecto biográfico de una de las figuras más prominentes de la humanidad. Albert Einstein, genio o egoísta, luchador de la paz y sin embargo acusado de ser el padre del desarrollo de las armas militares más atroces de la historia.
Sobre un guión escrito por Massimo de Rita, Mario Falcone y la misma directora, Liliana Cavani, con una duración de 3 horas, la película se mueve desde los años de estudiante universitario hasta los últimos días de su vida.
El énfasis está puesto más que en sus descubrimientos científicos, en la vida personal de Albert Einstein (Vincenzo Amato). En su matrimonio con Mileva Maric (la muy sensitiva Maya Sensa) su segundo matrimonio con Elsa Lowenthal (Sonia Bergamasco) y en la relación que mantuvo con sus hijos Hans (Emiliano Coltorti) y el psíquicamente alterado Eduard (Flavio Parenti). Su problemática dependencia de su madre Pauline (Andrea Ferreol) que llevará a cuestas durante toda su vida.
Además de los aspectos personales, una directora como Liliana Cavani no podía menos que radiografiar la historia europea y estadounidense que le tocó vivir a Einstein. Las dos guerras mundiales, el asilo en Suiza, la persecución de los nazis y luego del FBI y los militares estadounidenses.
El horror de la bomba atómica arrojada sobre la población civil de las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, hace que dedique su tiempo a luchar por la paz. Lo que no es visto con buenos ojos por la administración norteamericana que ve a un potencial enemigo comunista en toda persona que critique los hechos de violencia cometidos por sus militares.
Lo que este film expone es que no es suficiente el genio de un iluminado como Albert Einstein para detener a las fuerzas militares que manejan la opinión pública y sus sentimientos.
Es de destacar el esfuerzo de producción que significó recrear ambientes de Berlín, Zurich y Princeton en las ciudades de Belgrado (Serbia) y Barcelona (Cataluña).
Todo está impecablemente puesto en escena y la música de Paolo Vivaldi acompaña maravillosamente las escenas. Lástima que una película de semejantes dimensiones esté hablada en inglés, creo que hubiera sido mejor si se hubiesen utilizado los lenguajes propios de cada lugar geográfico donde se desarrolla la trama.
Quizás lo más criticable sea la escena final donde más allá de la muerte se vuelven a encontrar Mileva y Albert, con la frase "La vida era el sueño, ahora estamos despiertos", por su excesivo misticismo sentimentaloide.
Así como también es mística la carta que le dicta a la enfermera antes de morir: "en el universo, las diferentes dimensiones están conectadas por una armonía dinámica. La humanidad perteneces a la inteligencia cósmica. Nada es casualidad, Dios no tira los dados. Entramos en un espacio eterno interminable de infinitas dimensiones".
En mi opinión es una obra de una envergadura operística, con un despliegue realmente notable de actores, escenarios y situaciones.
"Sobre la estupidez humana"
Es de remarcar que en la película el discurso antisemita de este trailer está dicho por el Dr. Kluge, que luego más tarde será recibido en Estados Unidos con los brazos abiertos.
Ocho puntos sobre diez para esta excelente realización de la notable directora italiana Liliana Cavani.

viernes, 18 de septiembre de 2015

Lo que mis ojos han visto (Laurent de Bartillat, 2007) 🌟🌟🌟🌟

Nada más regocijante que descubrir una pequeña obra de arte detrás de una película desconocida.
Eso es lo que sucede con el film, único hasta el momento, de Laurent de Bartillat, "Lo que mis ojos han visto".
Con un guión propio co-escrito con Alain Ross, el director consigue hacer de su historia un laberinto de misterio y seducción alrededor de la figura del pintor francés Antoine Watteau.
Lucie Audibert (magníficamente interpretada por Sylvie Testud), es una estudiante de historia del arte que está haciendo una investigación sobre las mujeres de Antoine Watteau.
Por extraños motivos, su investigación es descalificada por su profesor Jean Dussart (Jean-Pierre Marielle). A pesar de sus intentos de desanimar a Lucie, el profesor quiere conocer todos sus avances en la historia que élla va tejiendo, un poco por intuición y otro tanto por tener pruebas contundentes.
En paralelo vivimos los problemas anímicos que aquejan a Lucie. Su padre muerto en haciendo alpinismo y su madre actriz, a quien recurre por necesidades económicas.
Un mimo callejero se cruza en la vida de Lucie. Coloca el taburete donde se exhibe como estatua viviente enfrente de las ventanas del trabajo de Lucie. Ella no deja de percibir su mirada y finalmente le habla en un café, para descubrir que Vincent, tal el nombre del mimo, es sordomudo. No por silenciosa es menos válida la actuación de James Thierree.
Vincent sufre un colapso y cae inconsciente en la calle. Lucie que lo ve por la ventana lo acompaña al hospital. Ha tenido un aneurisma cerebral y ha entrado en estado de coma, aparentemente en un proceso inesperado e irreversible.
De una foto que Vincent le dio, de su infancia en el orfelinato, Lucie descubre una pintura en la pared. Se supone que es una obra de Openor. Openor fue amigo y pintor compañero de estilo de Watteau.
Y Lucie va tras la obra de Openor.
Es un acierto total el modo en que está desarrollada la historia y, además, para los amantes del arte es todo un placer la cantidad de obras de Watteau que se muestran en la película, ya que pasan por los ojos investigadores de Lucie.
Un párrafo aparte merece la actuación de Sylvie Testud, quien ha demostrado ser una de las intérpretes con mayor carisma y sensibilidad de los últimos años en el cine francés. En esta película, su rostro angelical es parte imprescindible de la trama.
El espectador que desee ver una trama bien urdida para una historia muy interesante y que involucra al arte de la pintura, no tiene más que ver "Lo que mis ojos han visto", que no va a quedar decepcionado.
Trailer
Nueve puntos sobre diez para esta excelente producción del cine francés.

domingo, 6 de septiembre de 2015

El espejo de los otros (Marcos Carnevale, 2015) 🌟🌟

Marcos Carnevale pone en escena en esta película un guión de su propia autoría. Renovando los cuentos de "Las mil y una noches", concibe el restaurant Cenáculo ubicado en las ruinas de una antigua abadía gótica, donde todas las noches tiene lugar una última cena en la única mesa del restaurant.
Es por lo tanto una historia de despedidas, de muertes y de soledades.
Es el estilo habitual de Marcos Carnevale, que en sus películas monta comedias con un final trágico y de muerte. Así fue en "Elsa y Fred", la última y mejor interpretación de la inigualable China Zorrilla y en "Viudas" con Graciela Borges y Valeria Bertucelli.
Y es también su estilo elegir los mejores actores para jugar los personajes que mueven la película.
Todo eso está en "El espejo de los otros".
Los dueños del restaurant son dos hermanos, personificados por Pepe Cibrián y Graciela Borges. El es quien lleva adelante el restaurant y élla en cambio se ocupa de espiar a los comensales a través del espejo del baño, instalado como metáfora genial, en el confesionario de la abadía.
Entre los comensales están los dueños de un laboratorio de especialidades medicinales con sus esposas, (Luis Machín, Mauricio Dayub, Favio Posca, Carola Reyna, María Socas y Ana Fontán), un matrimonio separado hace años (Oscar Martínez y la más natural de las actuaciones de la película a cargo de Julieta Díaz), una cita a ciegas (Alfredo Casero y Leticia Brédice) y una reunión de amigas (Ana María Picchio, Norma Aleandro y Marilina Ross).
Todo funciona a la perfección en la ficción pese a las actuaciones algo acartonadas, pero el espectador se queda fuera de las historias porque no hay un verdadero compromiso emocional, sino que se intenta el compromiso por la vertiente mental y racional.
Es una pena que Marcos Carnevale quien logró conectarse con la emoción de sus personajes en sus otras películas, se haya visto arrastrado por la ceguera televisiva a hacer de esta película una colección de apuntes inteligentes y hasta diría escabrosos, pero con personajes carentes de humanidad.
Quizás deba rescatar al matrimonio encarnado por Oscar Martínez y Julieta Díaz, de la sequedad del resto y a la impagable actuación de Norma Aleandro.
Un espectador amante del cine va a disfrutar sus detalles y la excelente puesta en escena de los actores, pero va a terminar de verla un poco enojado con el director por intentar embaucarlo con cuentos de ficción literaria.
Trailer
Siete puntos sobre diez para "El espejo de los otros".

miércoles, 2 de septiembre de 2015

El pequeño apocalipsis (Costa Gavras, 1993) 🌟🌟🌟

Es muy extraño ver a Costa Gavras digiendo una comedia. Este director griego se ha especializado en filmes con temática política y casi siempre dramática. Desde "Z" hasta "Desaparecidos".
La película sigue el guión escrito por el director con Jean-Claude Grumberg sobre la novela de Tadeusz Konwicki, a la que se hace continua alusión durante el desarrollo de film. "¿Has leído "El pequeño apocalipsis"?, ¿la de Konwicki?.
Según el guión, en la novela se narra como un escritor se inmoló quemándose a lo bonzo frente al cuartel general del partido comunista en Varsovia.
Para rescatar de un presunto suicidio y volver a motivar a Stan (Jiri Menzel, el director de la recordada película checa "Trenes rigurosamente vigilados"), se le ocurre a Jacques (André Dussollier) que se editen todas sus obras en Francia.
Acompañado por Henri (Pierre Arditi), marido de la ex-mujer de Stan, van a ver a Arnold (Maurice Benichou), un ex-maoísta devenido en experto en comunicaciones para una empresa editora internacional.
Para editar las obras de Stan ("otro polaco, no, ya no venden" va a ser la respuesta de Armold), una brillante idea se le ocurre. Que como en la novela de Konwicki, Stan se queme para promocionar su libro. Pero ¿dónde?, en el Vaticano, durante una reunión por la paz en el mundo entre el papa y los mandatarios del mundo, el "Honorus Pauperus".
Las desventuras de Stan, para no incendiarse, lo hace buscar escritores polacos alternativos que se inmolen en su lugar.
Como piensan que Stan quiso suicidarse, lo hacen seguir por un custodio por todo París.
Una brillante comedia, muy agradable de ver y con toques políticos irónicos, ya que Jacques militó en el Partido Comunista como Arnold, además del famoso "Honorus Pauperus", cuyas escenas son sencillamente geniales y llenas de ironía.
La ex mujer de Stan, Barbara (Anna Romantowska), casada con Henri, protege y cuida de Stan, pero por supuesto está de acuerdo en el holocausto.
Hay escenas brillantes, el "suicidio" de Stan, persiguiendo a un gato es de antología.
El espectador va a disfrutar esta película por un buen rato y de paso verá lo que es buen cine, al que Costa Gavras nos tiene acostumbrados.
Extracto (en francés)
Las actuaciones, especialmente de Dussollier y Jiri Menzel, son desopilantes. Ocho puntos sobre diez para una excelente comedia satírica de Costa Gavras.