Bienvenido a mi mundo

Bienvenido a mi mundo
gracias por la imagen a Germán Banchio

lunes, 30 de diciembre de 2013

Nashville (Robert Altman, 1975)

"Nashville" es la película más anarquista de toda la amplia filmografía de Robert Altman. El guión y la película en sí tienen varias capas que van superponiéndose para lograr el más acabado producto operístico que se haya visto en el cine.
La película comienza con un vehículo de propaganda recorriendo la ciudad con altoparlantes por los que difunde el discurso de un político del "Replacement party", que, para la realidad política bipartidaria estadounidense, se aferra a cosas concretas y esgrime argumentos muy bien logrados desde el punto de vista del ciudadano común "cómo puede ser que un auto cueste más que el viaje de Colón para descubrir América" o "porqué la gente no entiende la letra del himno, porque fue escrita por abogados".
Mientras el vehículo va difundiendo su discurso nos topamos con la segunda capa, el aparato discográfico de la música "campestre" (country music), que es el gran negocio de Nashville.
En una sesión de grabación de Haven Hamilton (impecable actuación de Henry Gibson) se infiltra Opal (Geraldine Chaplin), periodista de la BBC que está realizando un documental. El personaje de Opal es lo más surrealista que haya cruzado las películas de Altman. Aparece en todas las secuencias del film como un fantasma alegórico. Hay quién le pregunta qué es la BBC. En un cementerio de automóviles Opal tiene su momento de oro en el film recitando un discurso sobre un posible cementerio de elefantes, donde élla misma se corrije, "no, eso es demasiado racista".
Haven Hamilton, cantante que basa su negocio en su actitud racista y machista, recorre también varias de las secuencias del film. Está pegado a la cantante folk de mayor suceso, Barbara Jane (Ronee Blakley), quien regresa de su estadía en una clínica de reposo y la reciben en el aeropuerto las autoridades municipales, un desfile de porristas y la televisión local. Barbara Jane está mal de la cabeza, pero canta de una manera hipnótica.
Las letras de las canciones son groseramente sensibleras. "Mi daddy murió en los brazos de mi mammy y yo los recuerdo así y hoy están conmigo aquí" o "No puedo dejar a mi esposa, por tres razones, que son Jimmy, Kathy y la dulce Lorelei".
La tercera capa son la gente común que vaga alrededor de las secuencias del film tratando de ocupar un lugar para ser vistos. Martha (auto renombrada L.A. Joan, en la increíble presencia de Shelley Duvall) que llega a Nashville para ver a su tía enferma pero escapa detrás de todo hombre que se le cruce. El hombre del triciclo motorizado (Jeff Goldblum) que recorre también todos los escenarios de la película. El mujeriego cantante folk Tom Frank (perfecto en la piel de Keith Carradine) que persigue hasta el atosigamiento a la mujer (Lili Tomlin) de un manager de eventos (Ned Beatty).
Hay aún una cuarta capa más y es toda la maquinaria del espectáculo que promueve a los artistas en recitales gratuitos, eventos políticos, bares y cantinas.
Detrás de todo esto, Robert Altman lanza de cuando en cuando frases que son un latiguillo lacerante para la estupidez del circo humano.
La música es una de las grandes dueñas del film y hasta podemos descubrir el aspecto musical de la gran Karen Black. En apariciones especiales están Elliot Gould y Julie Christie (no sé quien es pero ganó un Oscar dice de élla Haven Hamilton).
Hay una canción que recorre varios espacios en la película y es la que Albuquerque (Barbara Harris) canta luego del atentado en el Partenón de Nashville. El estribillo dice "Eso no me preocupa, eso no me preocupa, tú dirás, que no soy libre, pero eso no me preocupa".
It don't worry me
Inolvidable secuencia de "Nashville". Cien puntos para esta increíble película.

jueves, 26 de diciembre de 2013

Si la semilla no muere (Daca bobul no moare) (Sinisa Dragin, 2010)

El director nacido en Serbia, Sinisa Dragin, escribe y realiza este film que se mueve entre las márgenes del río Danubio, de Serbia a Rumania, de Rumania a Kosovo.
Narra las historias de dos padres en busca de sus hijos. Uno de origen serbio que va a Rumania a buscar el cadáver de su hijo fallecido en un accidente automovilístico y el otro, rumano, que busca a su hija desaparecida, estudiante en Bucarest.
El botero que los cruza les cuenta la historia de una iglesia, sumergida en el río, de la que se oyen las campanas cada tanto. Era una antigua iglesia ortodoxa de madera que como el emperador austro-húngaro tenía prohibido a los rumanos construir iglesias ortodoxas, compraron una y en la primavera de 1778, comenzaron a moverla.
La poética de esta película es de tanto nivel que el alma se queda azorada con las imágenes y situaciones que atraviesan la pantalla. Recupera lo mejor del cine de Kusturica, que es mezclar con humor hechos inverosímiles con la realidad descarnada de lo que está sucediendo.
La fotografía es de primer nivel y las escenas filmadas en el río despliegan una hermosura tal que el espectador queda embobado.
Pero las historias son crueles y muestran el tráfico humano a través de las fronteras trazadas arbitrariamente por los poderes políticos de turno.
En Kosovo, se muestra a los estadounidenses de las fuerzas armadas de la ONU en un burdel regenteado por un matón sin corazón. Para llegar a Kosovo, dos de los personajes cruzan la frontera vestidos de cura, pero claro, son descubiertos y llevados presos.
Los desenlaces son tristes, con muertes, pero como se lee en la pantalla, "En verdad os digo que si la semilla del grano no cae en la tierra y muere, no es más que una semilla; pero si muere, producirá una abundante cosecha." Juan, 12:24.
El espectador va a agradecer esta recomendación. "Si la semilla no muere" es una brillante realización que hechiza el alma y los sentidos.
Trailer
Diez puntos para este film serbio- rumano de Sinisa Dragin.

El olor de la papaya verde (Tran Anh Hung,1993)

Mui es una niña que viene de su pueblo a Saigón para trabajar como sirvienta en una casa de clase media en el año 1951. O sea que esta historia transcurre antes que la guerra de guerrillas iniciara las acciones para independizar a Vietnam del colonialismo francés.
Pero no hay ningún mensaje político en la película, la primer vietnamita de la que tenga memoria, antes yo diría que el mensaje es filosófico o místico.
Mui hace sus tareas con alegría y placer. Ama el olor del fruto de la papaya verde y después de rayar la pulpa, abre el fruto en dos para admirar sus semillas. Es ajena a las maldades que le hace el niño menor de la casa, pero no puede evitar estar en contacto con los dramas familiares que acontecen en la familia donde está sirviendo.
Cada tanto, el marido, que pasa sus días tocando el laúd, toma todo el dinero y desaparece por un tiempo. La mujer debe sobrevivir como puede con su tienda de venta de telas. La suegra le dice que es por culpa suya, que no ha sabido mantener a su marido.
A Mui le gusta observar la naturaleza. Las ranas en las hojas, los grillos y hasta las hormigas en su trabajo sin fin.
Al realizador la historia le presta la oportunidad deseada para filmar esa casa increíble, llena de escaleras, rejas y ventanas. Así filma desde el primer piso lo que se ve a través de una ventana que está sucediendo en la calle. En un estilo muy "Fassbinder", el ojo de la cámara gira a través de los ambientes y alrededor de las personas y construye con los colores y las sensaciones, una sinfonía de amor a la vida.
Los dramas, las muertes y los dolores, pasan, como pasa la vida misma y Mui recibe de su ama la promesa que visitará a su madre en tres años.
Cuando se le cae un jarrón de porcelana costosísimo y se rompe en mil pedazos, el ama le acaricia la cabeza y le dice que no se preocupe, pero Mui llora por el dolor de la pérdida.
La vida transcurre y en la última parte de la película, vemos como Mui, ya una joven formada, pasa a trabajar en la casa de un pianista, amigo del hijo mayor de la casa anterior. Mui está secretamente enamorada del pianista. Este empieza a prestarle atención, la dibuja y Mui descubre el dibujo que ha hecho de élla.
La música, hermosamente entrelazada con las imágenes, trae al espectador una suavidad más donde reclinar el alma. Deliciosamente dulce y llena de paz, "El olor de la papaya verde" merece ser vista sin lugar a dudas.
Escena
Véase en esta escena el magnífico uso del punto de vista de la cámara, enfocando a través de una puerta al pianista y al fondo, a través de un pasillo, a Mui haciendo sus tareas.
Diez puntos sin dudarlo para "El olor de la papaya verde"

viernes, 20 de diciembre de 2013

Un asunto real (En Kongelig Affære) (Nicolaj Arcel, 2012)

El cine dinamarqués, casi siempre intimista, se atreve a una gran superproducción.
Una historia de época, narra hechos reales que sucedieron en el siglo XVIII, en la corte dinamarquesa.
Carolina Mathilde (Alicia Vikander), una princesa inglesa, se convierte en reina consorte del rey Christian VII (Mikkel Boe Folsgard) sin siquiera conocer a su marido. Su madre le dice que no tenga miedo, que si consigue que el rey vaya a su cama en la primera noche, va a ser un gran éxito.
Pero el éxito se convierte en amarga desilusión por parte de la reina por los modales de su marido.
En esos años Europa toda está viviendo la aparición de las ideas políticas de la ilustración. Los escritos de Juan Jacobo Rousseau y de Voltaire encienden la imaginación de la gente que quisiera vivir en una sociedad un poco más justa.
Como el rey está buscando un médico, le recomiendan al Dr. Struensee, un doctor alemán que trabaja en el hospital de Copenhage. El Dr. Struensee (Mads Mikkelsen) es un hombre de la ilustración, habiendo publicado incluso manuscritos con sus ideas. Se gana enseguida la buena voluntad del rey y se convierte en su consejero político. También se gana la buena voluntad de la reina, al aconsejar la vacunación de su hijito contra la viruela que está haciendo estragos entre los niños de Copenhage.
Pero su proyecto de vacunar masivamente a la población es rechazado por el consejo de administración. Este consejo está formado por Bernstoff y Hoegh-Guldberg, el primero político y el segundo religioso, los dos al servicio de la reina viuda que conspira para derrocar a Christian y poner en su lugar a su hijo.
Inevitablemente el Dr. Struensee y la reina Carolina van a iniciar una relación amorosa clandestina y ya están todos los condimentos necesarios para hacer de esta película una trama interesante y que cautiva del principio al fin.
La fotografía, los escenarios y el vestuario son de primera calidad y así también lo es la dirección de los actores.
La música es de Gabriel Yared, quien compuso innumerables bandas de sonido para películas, entre ellas, "El paciente inglés".
Trailer subtitulado
Ocho puntos para "Un asunto real". Una película amena, romántica y política que hace disfrutar el tiempo que dura.

martes, 17 de diciembre de 2013

Hannah Arendt (Margarethe Von Trotta, 2012)

Margarethe Von Trotta es una realizadora alemana cuyo lenguaje cinematográfico está dedicado a la reconstrucción de personajes femeninos de la vida real que se hayan distinguido por su labor intelectual y política.
En "Hanna Arendt" elige a esta significativa filósofa y pensadora alemana cuyo pensamiento libre la lleva a enfrentarse con la comunidad judía mundial.
El film comienza con una escena que pretende ser el rapto de Adolf Eichman en Argentina hecho por efectivos del Mosad, quienes lo trasladan a Israel donde va a ser juzgado.
Hanna Arendt solicita ser corresponsal de un diario americano en lo que denominan "el juicio del siglo".
Y el juicio a Adolf Eichman queda muy lejos de ser el juicio a los actos delictivos cometidos por el jerarca nazi para poner sobre el tapete nuevamente el holocausto. Pero lo sorpresivo es que Hannah se encuentra en Eichman con un burócrata cuya facultad de pensar fue eliminada por la ideología nazi y aduce haber actuado cumpliendo ordenes, por "obediencia debida", latiguillo al que luego los tristes militares argentinos se acoplaron para evitar ser juzgados.
Es más, Hannah Arendt elabora que muchas de las muertes de judíos se debieron a lo que los mismos líderes judíos llamaron colaboracionismo. Hannah elabora que entre la rebelión y el colaboracionismo debe haber varias etapas intermedias y no fueron la especialidad de los líderes judíos.
Todo esto escrito en forma de ensayo, es publicado por el The New Yorker, e inmediatamente desata las iras de la comunidad judía en contra de Hannah Arendt a quien automáticamente retiran los honores de su actividad docente y literaria para transformar en una "putita nazi".
La directora muestra sin piedad las reacciones del rebaño humano cuando encuentra alguien a quien poner en la mira del odio. La persecución que se desata sobre Hannah por parte de los pequeños seres que claman por los grandes editoriales con lemas ya aprobados y uniformizados y no por un artículo elaborado filosófica e individualmente.
A todo esto, Hannah lo utiliza para construir su teoría de la "banalidad del mal". El mal no es obra de Satanás y sus seguidores (Hitler y las SS), sino de la gente común, que accede porque no tiene tiempo para pensar, o a quienes el sistema ha extirpado la facultad de pensar.
Hay muchas grandes ideas que se aplican a nuestra realidad actual dichas en esta película.
La "banalidad del mal" diseñada por las mentes nazis para ser exportada a todos los países europeos se cierne hoy como una realidad impuesta por las grandes corporaciones.
En la película Hannah dice que el mal no fue enviar a los judíos a un campo de concentración (o de internación como se denominaron en Francia), sino hacerles sentir que su vida no valía nada, que eran total y absolutamente prescindibles para el género humano. Eso que hoy se vive en las grandes empresas como herramienta para torcer voluntades y destruir a los espíritus libres. La desvalorización del ser humano, que lo lleva inexorablemente a la abolición de su pensamiento individual.
La realización del guión de este film es en sí una obra de arte. Llevar las ideas, los pensamientos políticos y humanos de Hannah Arendt a un guión fílmico resulta ser la mayor proeza de la realizadora.
La magnífica personificación que hace Barbara Sukowa de la pensadora judía la hace merecedora de muchos más premios que los ya recibidos.
A su lado Axel Milberg, compone a Heinrich Blucher, el compañero de vida de Hannah Arendt con magnífico acierto y simpatía personal. Y Janet McTeer, la excelente actriz inglesa, aporta su naturalidad para el personaje de Mary McCarthy, compañera en la universidad donde enseña Hannah Arendt.
Es imposible despegarse de la pantalla durante toda la duración del film. Los diálogos y las escenas son tan imponentes y atractivos que se disfrutan con total interés. Sí, no es una película pochoclera, no, de ninguna manera. Pero como en mis crónicas no incluyo a este tipo de películas, quien me lea estará habituado a este tipo de cine y en este caso, puedo recomendar esta película con total seguridad.
Entrevista a Hannah Arendt
Más de diez puntos a esta realización excepcional.

lunes, 16 de diciembre de 2013

Cafe de Flore ( Jean-Marc Vallée, 2011)

Durante los primeros veinte minutos el argumento de "Cafe de Flore", es un tanto, bastante caótico. La historia mostrada con pantallazos de realidad y recuerdos entremezclados, no se hace presente ni se vuelve una secuencia de hechos, causas y efectos. Luego la historia se empieza a ordenar y reconocemos que hay dos historias, la de Jacqueline y su hijo con síndrome de dawn, Laurent (Vanessa Paradis y Marin Gerrier) y la de Antoine Godin (Kevin Parent), felizmente casado durante veinte años con Carole (brillante actuación de Helene Florent), con dos hijas, que se enamora de Rose (Evelyne Brochu) y deja su familia y su casa para ir con Rose.
Las dos historias van evolucionando por su lado y nos queda la incógnita de en qué punto del universo escrito por el mismo director, van a confluir.
El punto de confluencia es el plato fuerte de esta película. De como se llega a descubrir esa relación entre las dos historias y lo que ese descubrimiento depara a los personajes.
Si bien, como ya dije, el comienzo del film es bastante críptico, una vez que las historias se ordenan, el guión empieza a fluir con mayor felicidad.
Está bien que el caos aporta la complejidad emotiva del que la película carece. Los sentimientos, muy importantes para el significado de esta historia, no fluyen ni aparecen en los personajes. Aún con esta sequía emotiva, las historias son lo suficientemente atrayentes como para despertar la curiosidad del espectador.
De algún modo es una historia de misterio la que se cuenta en "Café de Flore" y el misterio siempre resulta atrayente.
La fotografía es excelente, el montaje, un tanto abrupto en algunas secuencias, en general acompaña el ritmo impactante de la película.
Siete puntos sobre diez para "Café de Flore".

viernes, 13 de diciembre de 2013

Las manzanas de Adam (Anders Thomas Jensen, 2005)

Anders Thomas Jensen es conocido como guionista de la mayoría de las películas de Suzanne Bier y de gran parte de filmes daneses e ingleses de este milenio. En esta película, además de escribir el guión, ejerce la dirección. Y con gran acierto.
"Las manzanas de Adam" cuenta la historia de un preso neo-nazi, Adam (Ulrich Thomsen), sentenciado a trabajos comunitarios en la iglesia de un presbítero ciegamente devoto, Ivan (Mads Mikkelsen).
Es tal la devoción de Ivan que niega su realidad e inventa historias para cambiar el curso de los hechos. Para él, todo es obra del diablo que quiere apartarnos de nuestra meta.
Para Adam, todo esto es una paparruchada imbécil y le resulta imposible contener sus deseos de descargarse violentamente sobre Ivan.
Cuando Adam va descubriendo las desgracias que jalonan la vida de Ivan, es irresistible demostrarle que si hay alguien que lo persigue, ese alguien es Dios. Adam, que acaba de leer el libro de Job en una biblia que Ivan dejó en su cuarto y que cada vez que se cae, cae abierta en el libro de Job, está absolutamente convencido de que es Dios quien atrae los males sobre la inocente humanidad.
Este es a grandes rasgos, el núcleo de la historia brillantemente desplegada a lo largo de 1,30 horas en "Las manzanas de Adam".
Queda a riesgo del espectador el juicio de valores respecto a las actitudes frente a la vida de Adam (el diablo, según él mismo lo confiesa) e Ivan, el párroco que construye su vida alrededor del amor de Dios, sin el cual naufragaría como un bote en una tormenta en alta mar.
La interpretación y la dirección de actores es un plus de esta película. Cada uno en su rol nos deja absolutamente convencidos de la veracidad de los acontecimientos.
Trailer
Nueve puntos sobre diez para esta nueva demostración de calidad del cine danés.

Shuga (Darezhan Omirbayev, 2007)

Estos son mis primeros contactos con el cine kazaco. Del mismo director había visto "La ruta", película ascética donde los sueños y las fantasías toman lugar en espacios de una realidad tan vacía y seca como la de los paisajes kazacos.
"Shuga" sigue las mismas huellas. Basada en la novela "Anna Karenina" de Leon Tolstoi, la trama es simplificada a lo necesario e imprescindible. Los personajes hablan muy poco y sus diálogos están vacíos de contenidos. Pero Shuga, como su antecesora Anna Karenina, termina suicidándose.
Lo curioso de ver en "Shuga" es la transcripción de una novela del siglo XIX a la realidad actual de un país asiático absolutamente desconocido para la sociedad occidental.
El viaje que hace Anna Karenina de San Petersburgo a Moscú, aquí es reemplazado por un viaje, también en tren, de Astaná, la nueva capital del país, a Alma-Aty, la antigua capital.
La modernidad del país está acentuada en todos los aspectos de la película. Como los personajes pertenecen a familias acomodadas, sus viviendas se ven sino lujosas, la característica del film es el ascetismo, ultra modernas.
Pero Shuga, a diferencia de Anna Karenina, es una rara avis en manos del destino. Vronsky es en su versión kazaca, un hijo de padres acomodados, que no trabaja y consigue a Shuga con solo viajar toda la noche en auto acompañando el tren donde Shuga regresa a Astaná. Luego la lleva a París donde hay una escena muy curiosa de un equipo de filmación.
Son interesantes algunas tomas, algunos enfoques y lo novedoso de la transcripción. Pero se pasa del límite con su austeridad. El relato de Tolstoi, siglo XIX, muy cargado de personajes secundarios, queda despojado de significado.
Es Vronsky quien conduce a Shuga hacia su muerte, aunque no esté muy bien explicado, ya que el director confía en el conocimiento de la novela del espectador. Shuga ha abandonado a su hijo y a su marido. De este último personaje, todo lo que la película muestra, es a un señor mayor jugueteando con un jueguito electrónico. Y el hijo aparece en dos escenas para abrazar a Shuga diciendo "madre".
Seis puntos para esta película kazaca.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

En el camino (Walter Salles, 2012)

"En el camino" podría ser entendida como una road movie. Pero no lo es. Es la versión fílmica de la novela de Jack Kerouac sobre su peregrinación juvenil y su relación con Neal Cassady, en la novela llamado Dean Moriarty.
La elección del apellido Moriarty nos da una pista. En las novelas de Arthur Conan Doyle, Moriarty es quien quiere destruir al héroe de sus novelas, Sherlock Holmes. Y eso es lo que escribe Sal Paradise (Jack Kerouac).
Pero como es la novela de Sal Paradise, él puede mencionar sólo aquellos aspectos de la personalidad de Dean Moriarty, que él estima fueron perjudiciales y hasta nocivos para su búsqueda del destino.
Entonces, la película está basada en una novela, en la que el personaje de Sal Paradise es el foco de la realidad y todos los demás son personajes girando a su alrededor.
Pero hete aquí, que entre esos personajes están también Allen Ginsberg (Carlo Marx en la novela), excelente personificación de Tom Sturridge y William S Burroughs (Old Bull Lee en la novela) genial actuación de Viggo Mortensen.
Entonces no todos en la novela o digamos película, son invenciones de Sal Paradise, pero sí son sus miradas, lo que él escribe de sus personajes.
Sam Riley (Sal) y Garrett Hedlund (Dean) son los actores que llevan el peso de la película y lo hacen excelentemente. Los desbordes de Dean están magníficamente actuados por Hedlund o bien magníficamente filmados por Salles.
Estupenda realización de Walter Salles, el principio es un tanto confuso, hasta tanto se delinean los personajes y salen al camino, explícitamente.
Luego, el ritmo es rápido y a veces hasta delirante. Hay drogas y mucho sexo, muchísimo sexo, pero contado nomás, ya que todo es la mirada de Jack Kerouac.
La música, imprescindible, es de Gustavo Santaolalla.
Trailer
Ocho puntos para este último film del brasileño Walter Salles.

martes, 3 de diciembre de 2013

50/50 (Jonathan Levine, 2011)

Esta película es una inusual contribución del cine estadounidense al mundo cinematográfico. No por estilo ni lenguaje cinematográfico, que son absolutamente comunes, sino por el tema que trata.
Adam, es un muchacho de 28 años que gusta de la vida sana y trabaja con seriedad como periodista para una radio. Como tiene fuertes dolores en la espalda acude a una consulta médica. A consecuencia de los estudios radiográficos se detecta que tiene un raro tipo de tumor cancerígeno ubicado junto a la columna vertebral. El médico aconseja iniciar un tratamiento con quimioterapia y postergar la operación. Cuando Adam le pregunta cuáles son sus expectativas de curación, el médico responde, 50/50. De allí el título de esta película.
Lo que se va a desarrollar en la película es la evolución de Adam (interpretado por Joseph Gordon-Levitt, lejos ya del personaje histriónico de "3rd. rock from the sun") consigo mismo y con sus relaciones.
Su pareja, Rachael (Bryce Dallas-Howard), que promete que se va a quedar a su lado y lo cumple mientras puede. Su mejor amigo (Seth Rogen), del que el argumento nos lleva a dudar de su verdadera amistad todo el tiempo, ya que lo muestra con Adam para compartir su marihuana medicinal y para conquistas utilizando el latiguillo de "tengo cáncer". Su madre (Anjelica Houston) que vive dedicada a cuidar a su marido que padece un Alzheimer avanzado. Y por último, su terapeuta, una psicóloga en entrenamiento, Katherine (Anna Kendrick), que también hace lo mejor que puede para ayudar a Adam.
El guión está perfectamente logrado para no necesitar de flash-backs ni de pesadillas ni de fantasías. Adam, después de todo, es un muchacho absolutamente normal a quien el cáncer tomó desprevenidamente.
Sin golpes bajos, sin necesidad de frases de auto-ayuda, la película nos guía en la evolución de la aceptación o no, de Adam, del curso de su enfermedad.
Muy bien actuada, con música muy agradable y dejando que las emociones afloren normalmente en el espectador como consecuencia de las imagenes más que de los textos.
Recomiendo esta película para quien quiera disfrutar de un ameno espectáculo que, si bien no se caracteriza por su profundidad, sí lo hace por la naturalidad con que los hechos son presentados.
50/50
Siete puntos para una comedia de hechos cotidianos no de todos los días.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Amor es todo lo que necesitas (Den skaldede frisor) (Susanne Bier, 2012)

Susanne Bier es una de las grandes directoras de cine de nuestra época. Junto con Anders Thomas Jensen, su habitual colaborador, escribió el guión de esta sencilla comedia romántica, ambientada en algún pueblo de la costa de Italia.
Pero la película comienza con la protagonista, Ida, (una excelente interpretación de Trine Dyrholm), en el consultorio de un hospital. El médico le dice a Ida que no hay metástasis del tumor, así que la quimioterapia ha dado buen resultado. Que por el momento está dada de alta.
Regresa Ida a su casa contenta con la noticia y encuentra a su marido Leif (Kim Bodnia) haciendo el amor con una empleada de contabilidad: Thilde (Christiane Schaumburg-Muller).
Lo que podría ser una fiesta se convierte en una tragedia, cuando Leif le dice que durante toda su quimioterapia hizo el amor con Thilde y que se vaya sola a Italia, que él va a viajar por su cuenta.
El motivo del viaje a Italia es el casamiento de su hija Astrid (Molly Blixt Egelind) con Patrick (Sebastian Jessen).
El padre de Patrick es Philip (Pierce Brosnan) e Ida choca el auto de Philip en el estacionamiento del aeropuerto. Así es como se conocen y viajan juntos a Italia.
La película nos va a contar los prolegómenos y los pormenores de la fiesta y ceremonia de casamiento de Astrid y Patrick y nos va a descubrir, con una deliciosa cadencia, la relación que se entabla entre Philip e Ida, sobre todo desde que Leif arriba a la casa acompañado por Thilde quien dice ser su prometida.
"Amor es todo lo que necesitas" es una deliciosa comedia dramática, donde no hay gags cómicos, sino situaciones que se plantean en las relaciones de los personajes.
Filmada en un palacio-casona con un gran huerto de limoneros alrededor, a orillas del mar en la costa italiana, tiene todo lo necesario, fotografía, ambiente y música, para deleitar al espectador.
Al mismo tiempo, la historia se asienta sobre bases sólidas, no son situaciones inventadas para justificar la película, sino hechos que nos pueden suceder a cada uno de nosotros.
Una muy grata película, muy bien dirigida y realizada. La música muy buena, es de Johan Soderqvist, habitual compositor de las bandas sonoras de películas dinamarquesas.
El mejor trailer.
Les recomiendo ver este trailer. Contiene la esencia de la película.
Ocho puntos para esta comedia romántica de Susanne Bier.


sábado, 30 de noviembre de 2013

Besos para todos (La Buche) (Daniele Thompson, 1999)

Llega la Navidad y todos nos ponemos un poco sensibles. Pero para la familia que retrata Daniele Thompson, esta magnífica realizadora monegasca, es un punto de corte.
Hay muchas historias que han quedado en el camino de los años y que reviven todas juntas frente a los conflictos que se desatan al llegar la Navidad.
Comienza el film con las escenas del entierro del marido de Yvette (Francoise Fabian). La nota de humor negro es que cuando bajan el ataúd, comienza a sonar su celular. Debe ser Janine, dice Yvette. Janine era la primera mujer del muerto e Yvette no le avisó, "dejará de sonar cuando se agote la batería".
Las tres hijas de Yvette son bien distintas. Sonia (Emmanuelle Beart), es la esposa de un ejecutivo y como tal se comporta. Louba (Sabine Azema) canta en un restaurante ruso, pues el padre de ellas, Stanislas (Claude Rich) es de origen ruso. Milla (Charlotte Gainsbourg), la más joven, es la oveja negra de la familia.
En la casa de Stanislas, hay un taller donde está viviendo Joseph (Christopher Thompson). Hijo de una antigua amante de Stanislas, se ha separado de su mujer y de su hijita de 5 años.
Louba está embarazada pero no sabe cómo decírselo a su amante Gilbert (Jean-Pierre Darrousin) cuya legítima mujer también está esperando a un cuarto hijo. Como Gilbert trabaja en una inmobiliaria, utilizan los departamentos que tiene para mostrar para sus encuentros.
La primer película de Daniele Thompson ya nos muestra su filiación de Alain Resnais. Una gran película coral donde los personajes siguen cada uno su camino y se cruzan en las alegrías y las aflicciones.
La Navidad es el detonante de muchas verdades no dichas y secretos escondidos.
Todo esto matizado por el verdadero cine francés, el de las realidades cotidianas y los sentimientos sin exacerbar, hace que la película sea un vehículo para emociones que pueden ser compartidas por todos los espectadores.
La buche
Ocho puntos para La Buche.

viernes, 29 de noviembre de 2013

Aquel martes, después de Navidad (Radu Muntean, 2010)

Hay algo que conmueve en esta película y es la simplicidad con que las escenas se suceden y la vida transcurre.
El film comienza con escenas de Paul (Mimi Branescu) y Raluca (Maria Popistasu) luego de hacer el amor. Lo que todavía no sabemos es que Raluca es la amante de Paul.
Nos vamos a enterar de a poco, por intermedio de los diálogos entre Paul y Raluca.
Luego vamos a acompañar a Paul y a su esposa Adriana (Mirela Oprisor) a hacer las compras de los regalos para Navidad en un centro comercial.
Hasta ese momento Paul no se siente externamente exigido por la necesidad de tomar una decisión. Y la película avanza.
Mientras Paul lleva a su hija Mara al consultorio odontológico, Adriana lo llama para avisarle que sale antes del trabajo y que los va a encontrar en el consultorio. Pero sucede que Raluca es la odontóloga que atiende a Mara.
Las escenas que podrían ser tensas, son manejadas con absoluto desapego por la cámara. Solo el tono de la voz de Raluca nos da indicios de la situación por la que está pasando.
Y es entonces que Paul empieza a tener problemas de conciencia.
De como se suceden las situaciones en "aquel martes", es que trata esta película, apelando en todo momento a la veracidad y al ojo del espectador que asiste a estas situaciones sin movilizarlo ni apelar a sus emociones.
Sensacional manejo de una historia que podría ser dramática sino fuera porque está contada desde el escaparate.
Trailer
Las consecuencias del adulterio de Paul se descargan sobre el espectador y el film termina, dejándo a todos los personajes en una situación desamparada.
Ocho puntos para esta excelente película rumana.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Reconstrucción (Christoffer Boe, 2003)

El cine, como séptimo arte, debe mucho en su construcción, a la literatura. Muchas veces hermosos filmes han tenido como origen una excelente, o no tanto, novela.
Sin embargo, salvo para algunos realizadores amantes del surrealismo, es poco y nada lo que el cine llega a absorver de las estructuras literarias.
"Reconstrucción" es la excepción. Desde su primer escena la pseudo-realidad fílmica se ve alterada por un cambio de rumbo en la narración de la película. "Un hombre solo, no, en realidad, no estaba solo.".
De ahí en más, Christoffer Boe  nos va a deleitar con cambios de rumbo y figuras dignas de la mejor novelística contemporánea. Es casi un Julio Cortázar describiendo en "Rayuela" a sus personajes. Y así los hace viajar por una realidad onírica, pero no por eso menos real. Ojo, no estoy diciendo que la película esté repleta de sinsentidos, todo lo contrario, pero los sentidos son maleables. Y en una película se puede manipular la memoria y la causalidad.
Así el pobre Alex (Nicolaj Lie Kaas) va a dejar a su novia Simone para ir al encuentro de Aimée. Tanto Simone como Aimée interpretadas por Maria Bonnevie.
¿Dos personajes distintos en la novela? o quizás ¿el mismo personaje con dos avatares?. Y, en realidad, Alex existe, o es una creación literaria de August, el marido de Aimée.
La dirección, magnífica, nos lleva con brillantes apuntes cinematográficos, a estar magnetizados por la dilación que la relación de Alex sufre. "¿Vamos a Roma?", le pregunta en un primer encuentro a Aimée. Un primer encuentro que luego repetirá con variaciones para deleite del espectador.
Es una película fácil de ver si uno acepta las reglas de magia que el director ha planteado con franqueza desde la primer escena. Si uno quiere explicaciones y una regla estricta de causa-efecto, se va a frustrar, porque no es eso lo que la película tiene para ofrecer.
Hermosos apuntes de sonido con el "Adagio para cuerdas" de Barber acompañan la dramaticidad de algunas escenas, solo lo suficiente para crear la expectativa de belleza.
La fotografía es impecable al igual que el montaje, del que depende en mucho el suceso de este film.
Primeros 6 minutos de "Reconstrucción"
Diez puntos para esta hermosa realización cinematográfica que nos devuelve al mundo de los cuentos y de los sueños y del buen cine.

martes, 26 de noviembre de 2013

El Gran Viaje (Ismael Ferroukhi, 2004)

La familia de Reza, cuyo padre es marroquí, vive hace largos años en Francia. Reza, ha nacido allí.
El padre decide hacer su peregrinación a La Meca y quiere viajar en auto. El hermano mayor de Reza es quien va a manejar ese largo trayecto, 6000 millas, pero, justo antes de partir, pasa un semáforo en rojo y pierde su licencia de conducir. El padre decide entonces que sea Reza quien conduzca el auto en ese gran viaje.
Reza es un adolescente a punto de finalizar su escuela secundaria y lo que menos ganas tiene es de ir a La Meca. Sobre todo por su novia, Lisa. La voluntad del padre se impone y Reza termina conduciendo.
Porqué hacer ese largo viaje en auto y no en avión. La respuesta del padre es:
"El agua del océano se evapora y se convierte en nubes. Y mientras se evapora, se refresca. Es por eso mejor ir en tu peregrinaje a pie que a caballo; y mejor a caballo que en auto; y mejor en auto que en barco; y mejor en barco que en avión."
Las imposiciones de su padre durante el viaje se vuelven insoportables para Reza. Van a ser muchos los pormenores que sucedan a causa de su rebeldía durante el largo viaje.
En Serbia se pierden por un camino secundario. En Bulgaria se congelan al cruzar los montes Balcano. Y la entrada a Turquía es de lo más tempestuosa.
Pero a fuerza de la tozudez de su padre y de darse la cabeza contra la pared, nuestro héroe va a aprender muchas cosas en este largo viaje.
La película es muy interesante, aunque no novedosa, pero muy fácil de disfrutar y de seguir. El ritmo es el adecuado y no es lo que llamarían una road movie, porque gracias a la intercesión de la religión musulmana muchas costumbres bloquean los puntos comunes de ese tipo de cine.
La fotografía es hermosa y los grandes paisajes ayudan con su grandiosidad.
Es de destacar la participación de equipos cinematográficos y de producción en Serbia, Bulgaria y Turquía, aunque muchos de los exteriores desérticos pertenecen a Marruecos.
Las emociones de los desencuentros entre padre e hijo van llenando la película de sentimientos encontrados.
El gran viaje
Ocho puntos sobre diez para este film vencedor de los festivales de Venecia y Mar del Plata.

domingo, 24 de noviembre de 2013

La mejor oferta (Giuseppe Tornatore, 2013)

Mr. Virgil Oldman es un conocedor de arte y rematador de profesión. Es muy buscado por las galerías de arte para evaluar objetos o pinturas descubiertos. Mr. Virgil Oldman es interpretado por Geoffrey Rush y nunca otro actor podría haberlo hecho como lo hace él.
Un día recibe un llamado de una heredera huérfana que quiere evaluar los objetos que posee en su casona para una eventual venta. Y este llamado va a trastornar toda su ordenada vida.
De allí en más la película se centra en su relación con esta heredera huérfana que no deja que nadie la vea jamás. Y como esto encaja con sus propias obsesiones de no tocar nada, siempre usa guantes.
La escenografía es muy importante. Los objetos de las galerías de arte, las pinturas rescatadas del olvido.
La casona donde vive Claire (Sylvia Hoeks), tal el nombre de la huérfana enclaustrada en sus habitaciones, está llena de objetos de arte, y es en el sótano, donde Virgil con buen ojo de coleccionista, descubre unos engranajes de relojería. Se los lleva a un conocido que repara cualquier cosa (Robert, un perfecto Jim Sturgess) y este descubre que son parte de un autómata, un robot, del siglo XVII.
Pero Virgil se está obsesionando más y más con Claire e intenta por todos los medios que salga de su encierro. Es perfectamente razonable que se enamore de élla.
El resto de la historia son las idas y venidas de la tasación, la creación del catálogo de las piezas y el profundo enamoramiento, probablemente por primera vez en su vida, de Mr. Oldman.
Pero "La mejor oferta" no es una historia de amor, sino un thriller de misterio con suspenso disimulado detrás de los vericuetos de la relación entre Virgil y Claire.
El final es abrupto y cae sobre el espectador desprevenido. No hay avisos, salvo una frase que dice un amigo de Virgil, Billy (eficaz Donald Sutherland), "todo es falsificable, hasta el amor".
La fotografía es de un preciosismo encantador que los italianos saben hacer a la perfección. La música es de Ennio Morricone y con eso está todo dicho.
Trailer de la película.
Nueve puntos para esta realización de Giuseppe Tornatore.

sábado, 23 de noviembre de 2013

Gebo y la sombra (Manoel de Oliveira, 2012)

Siempre una nueva película de Manoel de Oliveira es un milagro de belleza, misterio y de supervivencia.
"O Gebo e a Sombra" lo confirma. Extraída de la obra teatral de Raul Brandao, la puesta en escena parece sacada del libro de los muertos. Tragedia sin límites, la sombra avanza para comérselo todo, para matar o para robar. Los diálogos son menudos, sin frases importantes, pero con contenidos emotivos que recurren a las grandes tragedias griegas.
La iluminación y fotografía es de una acogedora calidez en este submundo tan sórdido de Gebo y su familia.
Un párrafo aparte merecen los actores. No ha sido la especialidad del director portugués la dirección de actores, sin embargo, siempre en todas sus películas, están todos correctos.
En este caso es sobre éllos que descansa el peso de la película. Hablada en francés para encontrar un espacio en común para actores de tan diferentes nacionalidades.
Michael Lonsdale, es quien encarna a Gebo y su tono de voz, que es casi un susurro pidiendo perdón es importantísimo para la trama.
Claudia Cardinale, en el rol de la madre y mujer de Gebo, es la Madre por antonomasia, sumiendo a su familia en la desdicha.
Leonor Silveira, como la nuera silenciosa y callada que cuida de sus padres adoptivos, resume en esta película toda su experiencia encarnando un personaje de muy diferente psicología a todo lo que había hecho hasta ahora.
Jeanne Moreau, es la vecina de las historias de pueblo, que sufre de palpitaciones a cambio de unas galletas. Luis Miguel Cintra acertadísimo en el personaje de Chamiço, quien viene a la casa por un café.
Y, por último, el núcleo de la historia, Ricardo Trepa, el nieto de Manoel de Oliveira, como el hijo pródigo que regresa sólo a traer más males a su familia.
De una cadencia lenta y sinuosa, como las últimas páginas de la muerte, es esta hermosa película.
A pocos días de su cumpleaños 105 (11 de diciembre), celebro haber visto esta su última (al menos por ahora) película.
No es necesario que mencione calificación ya que toda medición de mi parte está de más para una obra de arte.
Tributo a Manoel de Oliveira

jueves, 21 de noviembre de 2013

Crónica de una muerte anunciada (Francesco Rosi, 1987)

La dirección de Francesco Rosi sin lugar a dudas era la más apta para trasladar a la imagen cinematográfica la novela de Gabriel García Márquez, "Crónica de una muerte anunciada".
Muy acertadamente elige como locación, un pueblo colombiano, en la márgen de un río. Por este río, al menos visualmente llegan las novedades al pueblo.
Pero la crónica de refiere a otra cosa. Los hermanos de Angela Vicario (bellísima Ornella Muti) para vengar su honor, han jurado matar a Santiago Nasar. Y así lo sabe todo el pueblo.
Un pueblo que está convulsionado por la llegada del obispo, obispo que ni siquiera va a bajar del barco que lo traslada sino que impartirá su bendición mientras el barco pasa por el muelle.
Esto hace que la noticia no llegue al interesado sino a último momento y él elige salir al ruedo.
Ya el alcalde les había requisado los cuchillos a los hermanos Vicario, pero estos consiguen cuchillos nuevos.
Quien inicia el relato es un amigo de Santiago Nasar, que vuelve al pueblo para hacerse cargo del hospital local. Y así nos va contando los hechos como sucedieron desde que llegara al pueblo Bayardo San Román (un increíble Rupert Everett) en busca de una novia con la que casarse. Apenas ve a Angela Vicario, se jura que ella va a ser su mujer.
Aunque élla al principio no lo quiere, acaba cediendo a las presiones de su familia y de sus amigas. Bayardo San Román pareciera tener todo el dinero del mundo y con ese dinero compra lo que quiere.
Hay imagenes de un paseo en barca por el río de Angela y Bayardo que son maravillosas. La dirección de cámaras de Francesco Rosi embellece aún más la imagen y no permite que se impregne del fatalismo del destino de esta muerte anunciada.
Como García Márquez lo ha hecho en toda su obra, esta muerte anunciada, es el reflejo de tantas muertes anunciadas en los países de nuestro continente latinoamericano. Todos conocen el futuro atroz al que se avanza con paso firme, pero nadie puede hacer nada para impedirlo. Ni curas ni el alcalde, ni los comerciantes, ni el pueblo mismo.
Todos esperan con horror que maten a Santiago Nasar.
El nudo de la película.
Diez puntos sin vacilar para esta joya de la cinematografía, "Crónica de una muerte anunciada".

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Elena (Andrei Zvyagintsev, 2011)

Ante todo hay que destacar la perfección con que ha sido realizada esta película. La fotografía, los tiempos y su ritmo, las actuaciones, la dirección de cámara y de los actores y la música.
La primera escena nos deja ver una casa de alto nivel adquisitivo y como está amaneciendo a través de las ramas de un árbol. Ya esta primera escena nos llena de maravilla.
Y luego nos iremos adentrando en la historia de Elena magníficamente interpretada por Nadeshda Markina. Una mujer mayor, que fue enfermera y atendió a su actual marido, Volodya (Andrei Smirnov) cuando sufrió una intervención por peritonitis y hace ya 3 años que se han casado.
Para Elena su mayor preocupación es la familia de su hijo Sergei (Aleksei Rosin) y su manutención. Sergei no tiene trabajo así que Elena lo mantiene, a él y a su familia, con su jubilación. También hace algunos gastos extra con su tarjeta de crédito, que son pagados sin saberlo por Volodya.
Volodya no ve con buenos ojos ese comportamiento de parásitos de Sergei y su familia. Pero Elena le reprocha que él no mira la conducta abandonada de su hija Tatyana (Evgeniya Konushkina).
Ahora la preocupación de Sergei es que Volodya les preste dinero para conseguir librar a su hijo de 17 años del servicio militar, ya que es un riesgo enviar a un chico al ejército.
Elena lo habla con Volodya, pero él sostiene que debería ser preocupación de su padre liberar a su hijo del servicio militar y que es lo mejor que le podría pasar.
Estos son los términos del planteo de conductas entre los personajes de Elena.
Volodya sufre un ataque cardíaco y queda dependiendo de su mujer. Elena va a una iglesia a poner velas al santo que intercede por la salud de los enfermos.
Cuando Volodya vuelve a su casa, Elena vuelve a preguntar por el pedido de Sergei y ahí nos enteramos que ya le debe dinero que pidió y nunca devolvió.
Todo esto desata el conflicto que Elena resuelve con frialdad.
El planteo de las escenas es formalmente perfecto. La música, que nos prepara para el ataque cardíaco de Volodya y para los restantes momentos de tensión de la película, es del magistral Philip Glass. Es curioso encontrar su música en una película de origen ruso, pero es única para realzar la dramatización de una imagen pobre en sentimientos.
A la conclusión de la película nos preguntaremos si ese es el pobre estado actual de la situación social en Rusia, resultado del liberalismo para la población en general.
Diez puntos para "Elena", una genial obra maestra de este nuevo director ruso.
Trailer con la música de Philip Glass.

jueves, 14 de noviembre de 2013

El hombre de la tierra (The man from Earth) (Richard Schenkman, 2007)

En un inteligentísimo guión escrito por Jerome Bixby, "El hombre de la tierra" comienza como la fiesta de despedida a un profesor (John) que deja el colegio donde enseña para mudarse a otro sitio.
Algunos de los profesores compañeros, llegan hasta su casa, situada en un páramo, para despedirlo y preguntarle por las razones de su partida.
Alguien insinúa que para él los años no pasan, que se lo ve igual que cuando llegó. Entre las cosas que está mudando aparece un aparente cuadro de Van Gogh, dedicado al dorso en francés.
En su casa tiene un buril del período prehistórico. Cuando le preguntan dónde lo obtuvo, contesta que lo compró en una tienda de baratijas.
Y de pronto, frente a la andanada de preguntas, decide contar parte de la verdad de su historia.
Viene de hace 14.000 años, cuando fue un Cro-Magnon. Todos consideran que es una broma, pero él insiste en dar detalles de lo que ha sido su vida durante los 14.000 años que lleva viviendo.
Debido a que no envejece, tiene que mudarse periódicamente y cambiar de nombre y hasta de profesión.
Las preguntas y respuestas y los juegos de malabarismo con los hechos históricos, crean una historia interesantísima, donde nadie está seguro de nada, de si John miente o está diciendo la verdad. El mismo corrobora que sus recuerdos son muchas veces vagos, por el tiempo que ha pasado.
En un increíble juego de imaginación, el argumento de Jerome Bixby confunde incluso al espectador, que prefiere creer en la historia del Cro-Magnon, en lugar de lo que la razón le indica.
Con pobrísimos elementos, apenas el decorado del salón de una casa y exteriores pobrísimos, toda la magia de la película se asienta en la historia que se está contando.
Cuando afirma haber aprendido de Buda, todos se convulsionan. Y ni decir con algunas otras revelaciones de personajes históricos que conoció o, incluso, fue.
Para disfrutar sin grandes pretensiones. No es el cine para interpretar, simplemente es una historia muy bien contada y que logra mantener la atención del espectador.
Siete puntos para "El hombre en la tierra".

domingo, 10 de noviembre de 2013

Un domingo en el campo (Bertrand Tavernier, 1984)

¡Ah!, es un placer ver un film así. Lleno de la magia del otoño en la campiña francesa y de la magia melancólica de un pintor, el señor Ladmiral, que en un domingo de principios del siglo XX, recibe a sus hijos de visita en su casa del campo.
Como cada domingo, su hijo Gonzague (Michel Aumont) viaja con su mujer y sus tres hijos, Emile, Lucien y Mireille, desde París en tren, a pasar el día con su padre (Louis Ducreux).
Gonzague trabaja en una oficina y su mujer, Marie-Therese (Genevieve Mnich) fue asistente en esa misma oficina, pero desde que tuvo a sus hijos dejó de trabajar para dedicarse a su casa.
Muchas de estas pequeñas notas de sus vidas nos son contadas por una voz en off que llena los agujeros de la historia.
Lo bucólico del lugar, la siesta luego del almuerzo, todo, se ve perturbado por la intempestiva llegada de Irene (Sabine Azema). Irene llega conduciendo su auto y con su flamante perro llamado Caviar.
Despierta a los durmientes, abraza y besa a Mireille y a su padre, y juega con su perro Caviar.
Luego, en una escena de maravillas, que ya querría haber tenido Renoir presente para pintarla, lleva a su padre a una taberna al borde del río, donde hay músicos y la gente baila, los valsecitos franceses.
Ella pide una copa de cerezas con aguardiente y él una de menta.
Hay un pescador que está rondando a la mujer del dueño de la taberna y le regala un pescado. Mientras que el dueño lo espanta.
Todo esto, con una dulzura, con un amor a la vida y con una falta de aceleración total. Nada es compulsivo, nada es ruidoso ni estridente.
Y finalmente Irene se va, tan repentinamente como llegó, en su auto. Gonzague y su familia se quedan a cenar con su padre que pide que no lo dejen solo y luego parten de regreso en el tren.
De vuelta de la estación, el señor Ladmiral, decide descartar el cuadro que estaba pintando y coloca una tela en blanco sobre el atril.
La música es de nada más ni nada menos que de Fauré y agrega una nota deliciosa a la fotografía y el ritmo de la película.
La fotografía es una delicia, tanto de los matices soleados del jardín y del parque, como de los interiores cargados de objetos hermosos, pinturas, muebles y hasta mantones.
Es una película que todos debieran ver, para reconciliarse con la vida y decidir que cuando la muerte llegue, ojalá nos encuentre así, como al señor Ladmiral, en su casa y visitado por sus hijos.
Irene y sus recuerdos
"Un domingo en el campo" se lleva los diez puntos en mi calificación.



sábado, 2 de noviembre de 2013

Vania en la calle 42 (Louis Malle, 1994)

"Tío Vania" es uno de los hitos fundamentales en la obra de Anton Chejov y un apreciado hito para quienes hacen teatro. Un grupo de teatro, dirigido por André Gregory, está en los ensayos finales de la obra en la sala del viejo teatro Victoria, de la calle 42 de New York.
De entrada se describe la calle 42 de New York y los actores que llegan a la sala como parte del gentío que se mueve por las calles.
El teatro Victoria está a punto de venirse abajo. Han colocado redes sobre el salón del teatro para evitar que pedazos de yeso impacten en el piso. El escenario está inusable porque corre riesgos de desmoronarse.
Pero la cámara de Louis Malle capta este ensayo completo y como resultado tenemos una obra fundamental en la historia del cine.
"Vania en la calle 42" fue la última película filmada por Louis Malle y es donde el ojo del espectador de Malle más se acerca a los actores y los mira de cerca en los inolvidables diálogos del "Tío Vania".
La adaptación de "Tío Vania" fue hecha por David Mamet, un buen referente a la hora de conseguir guiones.
Chejov en su obra diserta sobre las relaciones humanas en el amor y en la muerte y el envejecimiento. Todo dicho con una humanidad pavorosa y con un sentido que escapa al tiempo (la obra data en 1897). Las gotas de amargura que el texto llora con el género humano, están suavizadas por la dulzura de los personajes, por su falta de agresividad.
Todos los personajes son inolvidables y en la puesta en escena de André Gregory, todos están interpretados con suaves maneras y todo el encanto que el teatro permite.
Además al estar la sala del teatro abandonada, la oscuridad del salón hace que la interpretación se vuelva veraz, como lo hace también la cámara que registra los diálogos y el avance dramático del texto.
No se concibe que la película haya sido fruto de montaje, todo parece desarrollarse con absoluta naturalidad a través de los actos de la obra. Los cortes son producto de los cortes de la obra en sí.
Creía que era imposible lograr algo más de Julianne Moore y esta película lo logra o lo logra el director del grupo de teatro o lo logra la propia Julianne Moore. Sus gestos imperceptibles, la sonrisa que cubre los malos humores, son para la cámara de cine, imposible registrarlos en el teatro.
Brooke Smith es toda una revelación. Logra extraer el alma de su personaje, Sonia y la exhibe ante la pantalla con absolutos encanto y elocuencia.
Wallace Shawn, es el Vania perfecto. Con todo el dolor que el personaje rezuma, este pequeño gran actor, hace con el resto del reparto, la síntesis perfecta.
George Gaynes, excelente como el médico Serybryakov, un personaje ecológico, inaudito para fines del 1800 y aún para el año que se filma esta película, o bien digamos, el ensayo de la obra teatral.
Al ser un ensayo, la escenografía es mínima y el vestuario es el que los actores llevan puesto. Todo torna más verosímil la idea de que se está filmando un ensayo.
Pero dicho bien claro, "Vania en la calle 42" NO ES TEATRO FILMADO. Nada más lejos de esta afirmación. La cámara hace su trabajo con primeros planos y se concentra en los personajes-actores todo el tiempo.
Trailer del film
Quedé absolutamente impactado por el drama "Tío Vania" y por la representación teatral del grupo de actores bajo la dirección de André Gregory y, por sobre todas las cosas, por la maestría del realizador, Louis Malle, a la hora de condensar todos estos valores en un film.
Imperdible para quienes gustan del buen cine. Diez puntos para él.

martes, 29 de octubre de 2013

Bella addormentata (Bella durmiente) (Marco Bellocchio, 2012)

Esta "bella durmiente" no se despierta con un beso apasionado de un príncipe azul.
Marco Bellocchio plantea en su película, de diferentes maneras, acercamientos al problema de conciencia que nos plantean los seres humanos que han entrado en coma y permanecen con vida vegetativa debido a los adelantos técnicos de la medicina. Y las pequeñeces subjetivas de los que están envueltos en estos dramas.
Dicho más claro, el problema que se debate en las diferentes historias que cruzan por la película, es el derecho a mantener con vida a quien ha dejado de vivir por diferentes razones.
Toni Servillo encarna a un senador italiano con problemas de conciencia para aprobar una ley que su partido exige que sea aprobada, pero con la que él no está de acuerdo.
Isabelle Huppert es la "madre" abnegada y muy religiosa, de una muchacha que permanece en vida vegetativa. Por cuidar a su hija, descuida a su hijo vivo y que también la necesita.
Alba Rohrwacher es María, la hija del senador italiano, combatiente católica por los derechos a la vida, que vuelve a la vida cuando se enamora de Roberto (Michele Riondino).
Roberto tiene la vida consagrada a cuidar de su hermano, activista ateo (y psicótico) por los derechos a morir que tienen las personas conservadas con vida.
Pier Giorgio Bellocchio es el Dr. Pallido, quien se obliga a mantener con vida a Rossa (Maya Sansa), drogadicta y suicida, quien no quiere conservar su propia vida.
El submundo de los senadores, en un baño romano, consumiendo anti-depresivos, para poder sobrevivir a las críticas de la gente.
Todas estas historias, van circulando por el film, sin que se pierda el hilo de la historia y en todas el último sentido es el mismo, el derecho a decidir sobre la propia muerte que tenemos los seres humanos.
Impecablemente realizada, con la solvencia que le dan sus años de experiencia en cine, Marco Bellocchio nos lleva a replantear esta situación que además de ser política es profundamente humana.
Diez puntos para "Bella addormentata".
Trailer oficial


lunes, 28 de octubre de 2013

Los últimos días del mundo (Arnaud y Jean-Marie Larrieu, 2009)

Basada en una novela de Dominique Noguez, "Los últimos días del mundo" narra el viaje en busca de su destino que emprende Robinson (Mathieu Amalric) en los que aparentan ser los últimos días del mundo tal como lo conocemos.
Una guerra nuclear ha estallado en el mundo y los síntomas de la decadencia final están diezmando la sociedad europea.
Pero Robinson va en busca de su amada Lae (Omahyra Mota), a quien ha perdido un tiempo atrás.
A través de diferentes raccontos nos enteramos de como Robinson abandonó a su mujer y a su hija para ir detrás de Lae. Y como a su vez Lae se deshizo de él.
En el transcurso vamos descubriendo cómo ha llegado a su inactividad en las playas de Biarritz, donde una librera le ofrece un libro de cocina con espacio para tomar notas en reemplazo de los cuadernos que ya no existen y donde Robinson escribirá su historia.
La librera (Catherine Frot) volverá a cruzarse una y otra vez con Robinson y juntos se encontrarán en su huída a España, en Pamplona, para las fiestas de San Fermín. Allí también se suceden los atentados y deberán huir una vez más.
Robinson quiere llegar a Zaragoza, donde vive la madre de Lae, para preguntar por élla. Ombeline, la librera, deja atrás a su marido que se ha fugado con Iris (Clotilde Hesme), la hija de un tenor español, amigo de Robinson, Theo (Sergi Lopez).
En Toulouse se va a encontrar con una ciudad desierta luego de que el presidente francés anunciara que deja el gobierno porque ya es un sinsentido. Se va a encontrar con su ex-mujer Chloe (Karin Viard) quien trabaja para el ejército francés. Ella le ofrece huir de la ciudad pero él no quiere irse, por lo que élla decide acompañarlo, pero un misil va a frustrar su posible reencuentro.
Como verán la historia es apocalíptica y muy compleja y tiene miles de vericuetos y está tan bien realizada que ninguno de éllos hace agua o naufraga en las arenas movedizas de la insensatez, probablemente porque el guión escrito sobre la novela de Dominique Noguez le aporte verosimilitud al desarrollo de la historia.
Hasta último momento estaremos siguiendo el periplo de Robinson, quien luego de una pesadilla en el castillo de la Marquise d'Arcangues (Sabine Azema en una aparición triunfal), decide retornar a Paris.
Y no sigo contando la historia para que la vean por ustedes mismos.
Muy interesante película, sin huecos, perfectamente realizada y con equipos en Francia y en España muy bien coordinados.
El ritmo es constante en las dos horas de duración y la atención no decae un instante.
Ocho puntos para la película de los hermanos Larrieu.



sábado, 26 de octubre de 2013

El dulce viaje (Voyage en douce) (Michel Deville, 1980)

Lucie y Helene han sido amigas desde la infancia. Ahora temen afrontar la crisis de los 30 años cuando sus relaciones de pareja colapsan.
Helene debe viajar a la Costa Azul para alquilar una casa de veraneo e invita a Lucie para que la acompañe.
Lucie está encarnada por Geraldine Chaplin y Helene por Dominique Sanda.
Con estas dos maravillosas actrices y un libro más que interesante, Michel Deville construye una hermosa película sobre la relación de las dos amigas entre los paisajes de la Provenza.
Recuerdos, hechos imaginados y pesadillas afloran a la memoria de las dos amigas durante ese fin de semana y así son vividos por una cámara inteligente, que sin mantener una relación demasiado íntima con las dos actrices, registra todas las emociones que pasan por sus cuerpos.
Hay momentos emotivos, momentos cargados de erotismo y momentos tremendos, como cuando Lucie narra la violación de la que fue objeto. La cámara sigue de lejos el paseo de las dos amigas por la campiña mientras el sonido narra en tiempo real lo que Lucie está contando a su amiga. Sublime momento del cine.
Una película muy "dulce" para ver, haciendo mención a su título, sin crispaciones ni histerias.
Vayan 9 puntos para "El dulce viaje".
La escena de la violación
Si no la encuentran no desesperen, ya aparecerá alguna copia en internet.

jueves, 24 de octubre de 2013

Blue Jasmine (Woody Allen, 2013)

¡Qué difícil ser Woody Allen! y al mismo tiempo, qué placer extraordinario se debe sentir al largar al mundo, año tras año, estas maravillosas creaciones.
Para ser original consigo mismo, esta vez efectúa una transposición de "Un tranvía llamado deseo" de Tennessee Williams. Es una adaptación libre y cargada de miles de pequeños detalles que hacen tan sabroso al producto final.
Y para el personaje de Blanche elige a Cate Blanchett, toda una redundancia. Y está todo dicho. Dudo mucho que Cate Blanchett pueda encontrar en toda su carrera un personaje más rico que el de Jasmine, con una caracterología tan fuerte y tan colmada de emociones liberadas y reprimidas.
Jasmine llega a San Francisco (novedad absoluta en la filmografía de Woody Allen), con una carga muy pesada que la película entre raccontos y situaciones de riesgo, se va a encargar en ir develando, gota a gota, poco a poco. Al mismo tiempo, su reinserción en la sociedad humana, le provocará miles de nuevos conflictos que por no resignarse a dejar quien fue no logra resolver adecuadamente.
Su hermana, encarnada magistralmente por Sally Hawkins, va a ser el contrapunto constante de Jasmine. Hermanas, hermanastras en realidad, las dos adoptadas, representan en un mundo maniqueo creado por Woody Allen, una a las personas cultas y refinadas, parte de una sociedad adinerada y la otra a la gente ordinaria, las chicas de barrio. Cajera de una tienda, con dos hijos absolutamente comunes que tuvo con un marido albañil y que tiene a un novio obrero (genial actuación de Bobby Cannavale). Esos dos mundos, van a luchar palmo a palmo, por adaptarse a convivir uno con otro y según la visión de Allen, sin tener resolución.
No hay mucho humor en esta versión despiadada de la despersonalización de Blanche-Jasmine, en la sociedad. Más bien es un drama traumático en el cual Allen apuesta todo por el todo a las chicas de barrio.
Van nueve puntos sobre diez en mi calificación, porque el final está resuelto con aceleración y Woody Allen no recupera de su admiración por Bergman, la conclusión lenta y precisa de sus personajes.

viernes, 18 de octubre de 2013

Un hombre de suerte (Lindsay Anderson, 1973)

Basada en una idea original de Malcolm McDowell, "O Lucky Man", es la Odisea de un joven héroe de la sociedad británica de los años 70.
Idealista y ambicioso, obtiene su primer trabajo gracias a su sonrisa y allí va a ejercer sus dotes de vendedor. A los pocos días de asentado en su zona le comunican que debe extender su zona al norte también. En busca de la entrada a una base militar, lo detienen por espía y lo llevan encapuchado a interrogar. Bajo los efectos de la picana eléctrica confiesa lo que quieran sus captores. Firma una confesión, pero en ese momento suena la alarma de evacuación y sus interrogadores huyen, solo queda la mujer de la cafetería que dice, "siempre dejan todo sucio".
Allí comienza la pesadilla donde un poco arriba a los tumbos, siempre en función de su idealismo y su ambición, vuelve a caer un poco más abajo.
Al final de su recorrido, de vuelta en Londres, tras haber pasado unos años en la cárcel, sale otra vez lleno de ideales y ambiciones y esta vez la caída es completa.
Vagando sin rumbo por la ciudad encuentra un hombre que distribuye volantes de una búsqueda de actores y se presenta. Al director de la selección, casualmente el mismo director Lindsay Anderson, le gusta su mirada y lo hace llamar, le sacan fotos con libros bajo el brazo y con una metralleta (un deja vu de su anterior película juntos "If..."). Le piden que sonría y él dice con qué motivo, no importa el motivo, que sonría, dice que no tiene razón de sonreir, el director entonces le pega un carpetazo en la cabeza y, lentamente, mientras la cámara se acerca, empieza a esbozar una sonrisa.
Esto es sólo un extracto muy reducido de lo que esta inmensa película alberga. Es tan actual hoy como en 1973 y las costumbres y errores de nuestra sociedad no han cambiado mucho. Es más diría que se han intensificado.
La música es algo especial, ya que los clips musicales de la banda de Alan Price están fundidas con el argumento de la película. Las letras son muy elocuentes. "Si tienes un amigo en quien confiar, eres un hombre de suerte, si tienes una razón para vivir y no morir, eres un hombre de suerte".
Es una maravilla descubrir a una Helen Mirren terriblemente joven y a un elenco que va rotando en los diferentes caracteres que hay en la película. Ralph Richardson por ejemplo hace de vecino del cuarto de hotel y del multi-millonario sin prejuicios.
Es muy difícil no emocionarse con el carpetazo final, ya que todos, de una manera u otra, hemos vivido el purgatorio de los males de este mundo y muchas veces no tenemos un motivo para sonreir.
Alan Price - O Lucky Man!
Diez puntos para esta genial realización de Lindsay Anderson, donde todos los males de nuestro mundo tienen cabida. Experimentos genéticos, explotación del empleado, guerras en países tercermundistas, millonarios inescrupulosos, ejércitos de salvación sin salvación posible. Bandas de vagabundos sucios y violentos. Todo pasa por el lente de Lindsay Anderson en "Un hombre de suerte".

miércoles, 9 de octubre de 2013

Wakolda (Lucía Puenzo, 2013)

No es un secreto, en los primeros minutos de la película ya se sabe que Josef Mengele, uno de los criminales de guerra nazis más violentos, es el alemán que sigue a esta familia por los caminos de la Patagonia con rumbo a Bariloche.
El argumento de la película gira en torno a Lilith (extraordinario debut en el cine de Florencia Bado) y sus padres, Eva (una magnífica Natalia Oreiro) y Enzo (un correctísimo Diego Peretti), pero el fantasma que ronda en toda la película es el de Josef Mengele, una estupenda actuación de Alex Brendemühl.
Los dibujos que cubren las hojas de su cuaderno son notas amenazantes desde el mismo comienzo de la película.
Lilith ingresa a un colegio alemán de la ciudad de Bariloche, donde algunos de sus profesores y alumnos forman parte de una sociedad de protección a los criminales nazis refugiados en Argentina.
Este submundo de partidarios nazis es mucho más amenazante para el espectador que la presencia de Josef Mengele.
Elena Roger, personifica a Nora Edloc, una caza nazis que infiltrada en el mismo colegio, reúne información acerca de los criminales en Argentina.
Como Lilith sufre un retraso en su crecimiento, Mengele promete a la madre hacerla desarrollar y a su vez la utiliza como objeto de sus experimentos.
Hay que felicitar el excelente trabajo de dirección de Lucía Puenzo, porque con todos estos datos, la película podría convertirse en un thriller demoníaco. Pero no. La tensión dramática está más bien contenida, como los paisajes montañosos con lagos de ensueños y va desarrollándose con naturalidad y falta de enjuiciamiento moral.
Es una película de la cual no hay ni un minuto que esté de más y donde el ritmo cinematográfico es lo suficientemente tranquilo como para poder absorver los datos reales sin caer en la exasperación.
Ocho puntos para esta excelente obra cinematográfica.

Más allá de las colinas (Dupa dealuri) (Cristian Mungiu, 2012)

Esta película del director rumano Cristian Mungiu, recibió premios a la mejor actriz (para las dos intérpretes principales, Cosmina Stratan y Cristina Flutur) y al mejor guión, del mismo director, en el festival de Cannes 2012.
Estos antecedentes ya la hacen candidata a ser vista, pero además, la historia que cuenta, es muy sugestiva y atrayente.
Dos huérfanas que se han separado luego de finalizar los estudios en el orfanato, vuelven a encontrarse en el convento donde una de éllas, Voichita, ha profesado como monja. La que llega, Alina, viene de Alemania, donde trabajó como camarera, pero precisa conseguir algunos documentos para poder volver a trabajar en Alemania. La relación amorosa que las unió en los días del orfanato, sigue aún muy viva para Alina, la recién llegada, mientras que para Voichita, la monja, todo ha quedado atrás y piensa que su único destino es sobrevivir en el convento a través de su entrega espiritual.
El convento es un mundo aparte para las monjas que viven en él. Es su refugio frente a la violencia del mundo exterior. Pero a su vez también la entrega debe ser total. Las reglas son férreas y deben cumplirse sin el menor atisbo de crítica o intento de cambio.
Alina quiere forzar a Voichita, para que viaje con élla a Alemania y, al no conseguirlo, reacciona violentamente. Es entonces cuando el mundo silencioso y pacífico del convento, reacciona.
El desarrollo de la trama no da mucho tiempo para que el espectador se acostumbre al rumbo que toman los hechos y el desenlace se viene encima estrepitosamente.
Es una película que agita y conmueve. Por lo cercanos que estamos todos a este tipo de soluciones para ocultar la violencia de la sociedad actual frente al disconforme o al individuo en búsqueda de su verdad.
No se trata de que todos vivamos en el convento, pero en los trabajos de nuestra sociedad, el acatamiento de las normas que se deben cumplir o sino, dejar el lugar que nos permite vivir en paz en tanto no nos salgamos del guión establecido, es igual de estricto y no difiere en mucho del del convento.
No es extraño que este mensaje nos llegue desde uno de los países que más sufrió la dictadura del comunismo, donde con más saña los individuos estuvieron presos de un regimen de terror.
El contraste entre la violencia cotidiana de los personajes fuera del convento, el orfanato, el hospital y la dulzura y sometimiento de las monjas del convento, es tal que uno diría que se trata de dos países distintos, sin embargo no, es el mismo país y el mismo sometimiento.
Es excelente la cinematografía de todo el film. Hay escenas que conmueven con la belleza ascética del convento.
Creo que es una película digna de ser vista por todo aquel amante del cine. No se va a arrepentir.
Diez puntos para "Más allá de las colinas".


domingo, 6 de octubre de 2013

Contratiempo (Bad timing) (Nicolas Roeg, 1980)

En los años 70's, Nicolas Roeg se hizo muy famoso gracias a su película "Venecia rojo shocking", donde ponía a Julie Christie y Donald Sutherland a navegar por el laberinto de puentes y canales de Venecia, en busca de un asesino. Pero "Contratiempo", filmada solo siete años más tarde, pasó desapercibida por la crítica y los fans.
Sin embargo, la estructura de "Contratiempo" es tan o más compleja que la de "Venecia rojo shocking", claro que sin enano.
El film comienza con la sensual Milena (Theresa Russell) siendo transportada en una ambulancia al hospital a causa de una sobredosis de pastillas. La acompaña quien se declara, "sólo un amigo", el Dr. Alex Linden (Art Garfunkel, sí, el mismo de Simon & Garfunkel).
Desde este momento en adelante, la película va a avanzar y rebobinar muchísimas veces, para devolvernos escenas de la relación entre Theresa Russell y Art Garfunkel.
Vamos a conocer a ritmo de cuentagotas, los vericuetos del laberinto de sus encuentros y desencuentos. Theresa Russell, una mujer joven, divorciada de un marido eslovaco (el magnífico Denholm Elliott), no se entiende muy bien porqué, que se siente atraída por este profesor de psicología estadounidense.
Todo esto, no lo dije antes, sucede en las calles de Viena, pero no hay valses. Solo unos empujones para aquí y para allá, hasta que aparece el detective que sospecha de la culpabilidad de Art Garfunkel. El detective es un jovencísimo Harvey Keitel.
Y este personaje es el que va a llevar los hilos de la investigación, en la narrativa y en la acción de los recuerdos para que sincronicen con los hechos.
En fin, que uno no puede soltarse así nomás de la trama, porque cautiva y seduce.
Del principio al fin filmada con la seriedad que Nicolas Roeg impuso a sus películas. La fotografía es todo un acierto. El uso de colores sobre-cargados condimenta la escena de tensiones adicionales.
Para no perderse un segundo de la acción. Recomiendo que la vean tranquilos y relajados para poder disfrutar en todo su trama excepcional.
Vayan 8 puntos sobre diez para "Contratiempo".

El sol del membrillo (Víctor Erice, 1992)

"El sol del membrillo" es un documental sobre la realización de un cuadro.
"El sol del membrillo" es un pseudo-documental filmado durante la realización de un cuadro, con anécdotas y situaciones marginales.
"El sol del membrillo" es una película de ficción donde se filma lo que realmente el pintor Antonio López quiere llegar a plasmar del sol brillando entre los frutos del membrillo durante el otoño de ese año.
En "El sol del membrillo", se muestran todos los pasos que sigue el pintor Antonio López para trasladar a su pintura la magia de este árbol en su madurez otoñal.
Como lo protege de las lluvias y los temporales para que no caigan los frutos, cómo toma medidas de control para asegurarse tener la misma exacta perspectiva.
En una visita al árbol Antonio López declara que no es lo mismo trabajar con una fotografía que usar al modelo en vivo, al arbolito que está allí en su patio, mostrando su belleza y los fantásticos colores de sus hojas y sus frutos.
Pero, ¿es o no es un documental?.
Sabemos que Víctor Erice trabajó en complicidad con Antonio López para filmar esta, su obra mayor. Que adoptó los mismos criterios de control para asegurarse que tendría siempre la misma perspectiva de sus personajes, el pintor y el árbol.
En una de las últimas escenas, el trípode de la cámara reemplaza las piernas del artista.
En una exuberante obra de arte, que despliega belleza, calma y reflexión, Víctor Erice muestra mucho sin decirlo, sin siquiera sugerirlo, simplemente con estar ahí filmando.
No es una película de acción. No, si es eso lo que buscan ni se les ocurra ver esta película. Es un film para disfrutar con el corazón y los ojos.
Aunque el mismo director sugiere que también su obra quedará inacabada, los frutos del membrillo se reparten entre los que visitan la casa. Hay unos albañiles polacos o rusos o algo así, que están trabajando en la planta alta de la casa, que se reparten uno de los membrillos en su comida. Hay algo ahí.
También en los otros personajes que comparten el caserón. Hasta en el perro que nunca entra en la casa.
Para los que amamos el cine es un film para quedarse absorto, dejando que las imagenes paseen por nuestras mentes como por cuartos vacíos, buscando un lugar donde quedarse quietitas, un rincón donde guarecerse de los delitos diarios.
Diez puntos sobre diez para esta magnífica realización de Víctor Erice.

lunes, 30 de septiembre de 2013

12 (Nikita Mikhalkov, 2007)

Nikita Mikhalkov es uno de los grandes directores que el cine ruso ha dado a la cinematografía. Sus películas, cálidamente agradables, comedias y tragedias, fueron muy bien recibidas en el resto del mundo. Especialmente en EE.UU., donde su película más realista y dramática, "Sol ardiente", que refleja el fin de una época de sagas heroicas y el comienzo del terror en la dictadura estalinista, fue muy bien recibida.
Luego de esta tremenda tragedia de 1994, Mikhalkov filma una extraña película en 1998, "El barbero de Siberia", donde aborda la historia dramática de un romance trunco entre Jane (Julia Ormond) y un joven oficial (Oleg Menshikov) quien es exiliado a Siberia. Jane pasará los próximos diez años buscando a su amado.
Y luego, en 2007, casi diez años más tarde, aborda la realización de una remake del film clásico de Sidney Lumet, "Doce hombres en pugna" de 1957.
Si bien el esquema es el mismo, los doce integrantes de un jurado que deliberan sobre la culpabilidad o no del acusado, en este caso un joven chechenio, de haber asesinado a su padre adoptivo, un militar del ejército ruso, la historia está desde el vamos enquistada en la cultura rusa.
Un racista conductor de taxis, un cirujano, un vacilante ejecutivo productor de TV, un judío sobreviviente del holocausto, un artista-músico ambulante, un director de cementerio y, sobre todo, un físico que rechazado por el sistema ruso debió vender su invento a una empresa extranjera y que es quien inicia la discusión sobre el tema. Todos ellos representan una parte de los restos de una sociedad fragmentada en la Rusia post-comunista.
Si bien se conservan las líneas generales de la historia en cuanto a las pruebas reales o no del homicidio, los dramas personales de los integrantes del jurado son absolutamente únicos y llenos de humanidad.
Sobre todo, "12", es un film que habla a los seres humanos, enfrentando las contradicciones de una sociedad donde los odios son más importantes que la esperanza en un mundo mejor, que pareciera definitivamente perdido.
Es impecable el ritmo, las reconstrucciones de la historia de la guerra en Chechenia, la honesta creación de cada personaje donde no queda lugar para verdades declamadas sino que surge la condición humana como componente vital de cada ser.
El final, que no voy a contar, es terriblemente sensible y nos habla de la posibilidad de hacer algo, aunque más no sea individualmente, para mejorar nuestra sociedad que a primera vista pareciera no tener salida.
12
No creo que un honesto espectador pueda desprenderse de la realidad que Nikita Mikhalkov nos muestra. Pero no es una realidad asfixiante, sino que rescata por sobre todas las cosas, la absoluta imposibilidad de juzgar cuando las miradas están teñidas de resentimientos, racismos y prejuicios.
Vayan nueve puntos (9), para esta impecable remake de un film de antología.