Bienvenido a mi mundo

Bienvenido a mi mundo
gracias por la imagen a Germán Banchio

lunes, 30 de diciembre de 2013

Nashville (Robert Altman, 1975)

"Nashville" es la película más anarquista de toda la amplia filmografía de Robert Altman. El guión y la película en sí tienen varias capas que van superponiéndose para lograr el más acabado producto operístico que se haya visto en el cine.
La película comienza con un vehículo de propaganda recorriendo la ciudad con altoparlantes por los que difunde el discurso de un político del "Replacement party", que, para la realidad política bipartidaria estadounidense, se aferra a cosas concretas y esgrime argumentos muy bien logrados desde el punto de vista del ciudadano común "cómo puede ser que un auto cueste más que el viaje de Colón para descubrir América" o "porqué la gente no entiende la letra del himno, porque fue escrita por abogados".
Mientras el vehículo va difundiendo su discurso nos topamos con la segunda capa, el aparato discográfico de la música "campestre" (country music), que es el gran negocio de Nashville.
En una sesión de grabación de Haven Hamilton (impecable actuación de Henry Gibson) se infiltra Opal (Geraldine Chaplin), periodista de la BBC que está realizando un documental. El personaje de Opal es lo más surrealista que haya cruzado las películas de Altman. Aparece en todas las secuencias del film como un fantasma alegórico. Hay quién le pregunta qué es la BBC. En un cementerio de automóviles Opal tiene su momento de oro en el film recitando un discurso sobre un posible cementerio de elefantes, donde élla misma se corrije, "no, eso es demasiado racista".
Haven Hamilton, cantante que basa su negocio en su actitud racista y machista, recorre también varias de las secuencias del film. Está pegado a la cantante folk de mayor suceso, Barbara Jane (Ronee Blakley), quien regresa de su estadía en una clínica de reposo y la reciben en el aeropuerto las autoridades municipales, un desfile de porristas y la televisión local. Barbara Jane está mal de la cabeza, pero canta de una manera hipnótica.
Las letras de las canciones son groseramente sensibleras. "Mi daddy murió en los brazos de mi mammy y yo los recuerdo así y hoy están conmigo aquí" o "No puedo dejar a mi esposa, por tres razones, que son Jimmy, Kathy y la dulce Lorelei".
La tercera capa son la gente común que vaga alrededor de las secuencias del film tratando de ocupar un lugar para ser vistos. Martha (auto renombrada L.A. Joan, en la increíble presencia de Shelley Duvall) que llega a Nashville para ver a su tía enferma pero escapa detrás de todo hombre que se le cruce. El hombre del triciclo motorizado (Jeff Goldblum) que recorre también todos los escenarios de la película. El mujeriego cantante folk Tom Frank (perfecto en la piel de Keith Carradine) que persigue hasta el atosigamiento a la mujer (Lili Tomlin) de un manager de eventos (Ned Beatty).
Hay aún una cuarta capa más y es toda la maquinaria del espectáculo que promueve a los artistas en recitales gratuitos, eventos políticos, bares y cantinas.
Detrás de todo esto, Robert Altman lanza de cuando en cuando frases que son un latiguillo lacerante para la estupidez del circo humano.
La música es una de las grandes dueñas del film y hasta podemos descubrir el aspecto musical de la gran Karen Black. En apariciones especiales están Elliot Gould y Julie Christie (no sé quien es pero ganó un Oscar dice de élla Haven Hamilton).
Hay una canción que recorre varios espacios en la película y es la que Albuquerque (Barbara Harris) canta luego del atentado en el Partenón de Nashville. El estribillo dice "Eso no me preocupa, eso no me preocupa, tú dirás, que no soy libre, pero eso no me preocupa".
It don't worry me
Inolvidable secuencia de "Nashville". Cien puntos para esta increíble película.

jueves, 26 de diciembre de 2013

Si la semilla no muere (Daca bobul no moare) (Sinisa Dragin, 2010)

El director nacido en Serbia, Sinisa Dragin, escribe y realiza este film que se mueve entre las márgenes del río Danubio, de Serbia a Rumania, de Rumania a Kosovo.
Narra las historias de dos padres en busca de sus hijos. Uno de origen serbio que va a Rumania a buscar el cadáver de su hijo fallecido en un accidente automovilístico y el otro, rumano, que busca a su hija desaparecida, estudiante en Bucarest.
El botero que los cruza les cuenta la historia de una iglesia, sumergida en el río, de la que se oyen las campanas cada tanto. Era una antigua iglesia ortodoxa de madera que como el emperador austro-húngaro tenía prohibido a los rumanos construir iglesias ortodoxas, compraron una y en la primavera de 1778, comenzaron a moverla.
La poética de esta película es de tanto nivel que el alma se queda azorada con las imágenes y situaciones que atraviesan la pantalla. Recupera lo mejor del cine de Kusturica, que es mezclar con humor hechos inverosímiles con la realidad descarnada de lo que está sucediendo.
La fotografía es de primer nivel y las escenas filmadas en el río despliegan una hermosura tal que el espectador queda embobado.
Pero las historias son crueles y muestran el tráfico humano a través de las fronteras trazadas arbitrariamente por los poderes políticos de turno.
En Kosovo, se muestra a los estadounidenses de las fuerzas armadas de la ONU en un burdel regenteado por un matón sin corazón. Para llegar a Kosovo, dos de los personajes cruzan la frontera vestidos de cura, pero claro, son descubiertos y llevados presos.
Los desenlaces son tristes, con muertes, pero como se lee en la pantalla, "En verdad os digo que si la semilla del grano no cae en la tierra y muere, no es más que una semilla; pero si muere, producirá una abundante cosecha." Juan, 12:24.
El espectador va a agradecer esta recomendación. "Si la semilla no muere" es una brillante realización que hechiza el alma y los sentidos.
Trailer
Diez puntos para este film serbio- rumano de Sinisa Dragin.

El olor de la papaya verde (Tran Anh Hung,1993)

Mui es una niña que viene de su pueblo a Saigón para trabajar como sirvienta en una casa de clase media en el año 1951. O sea que esta historia transcurre antes que la guerra de guerrillas iniciara las acciones para independizar a Vietnam del colonialismo francés.
Pero no hay ningún mensaje político en la película, la primer vietnamita de la que tenga memoria, antes yo diría que el mensaje es filosófico o místico.
Mui hace sus tareas con alegría y placer. Ama el olor del fruto de la papaya verde y después de rayar la pulpa, abre el fruto en dos para admirar sus semillas. Es ajena a las maldades que le hace el niño menor de la casa, pero no puede evitar estar en contacto con los dramas familiares que acontecen en la familia donde está sirviendo.
Cada tanto, el marido, que pasa sus días tocando el laúd, toma todo el dinero y desaparece por un tiempo. La mujer debe sobrevivir como puede con su tienda de venta de telas. La suegra le dice que es por culpa suya, que no ha sabido mantener a su marido.
A Mui le gusta observar la naturaleza. Las ranas en las hojas, los grillos y hasta las hormigas en su trabajo sin fin.
Al realizador la historia le presta la oportunidad deseada para filmar esa casa increíble, llena de escaleras, rejas y ventanas. Así filma desde el primer piso lo que se ve a través de una ventana que está sucediendo en la calle. En un estilo muy "Fassbinder", el ojo de la cámara gira a través de los ambientes y alrededor de las personas y construye con los colores y las sensaciones, una sinfonía de amor a la vida.
Los dramas, las muertes y los dolores, pasan, como pasa la vida misma y Mui recibe de su ama la promesa que visitará a su madre en tres años.
Cuando se le cae un jarrón de porcelana costosísimo y se rompe en mil pedazos, el ama le acaricia la cabeza y le dice que no se preocupe, pero Mui llora por el dolor de la pérdida.
La vida transcurre y en la última parte de la película, vemos como Mui, ya una joven formada, pasa a trabajar en la casa de un pianista, amigo del hijo mayor de la casa anterior. Mui está secretamente enamorada del pianista. Este empieza a prestarle atención, la dibuja y Mui descubre el dibujo que ha hecho de élla.
La música, hermosamente entrelazada con las imágenes, trae al espectador una suavidad más donde reclinar el alma. Deliciosamente dulce y llena de paz, "El olor de la papaya verde" merece ser vista sin lugar a dudas.
Escena
Véase en esta escena el magnífico uso del punto de vista de la cámara, enfocando a través de una puerta al pianista y al fondo, a través de un pasillo, a Mui haciendo sus tareas.
Diez puntos sin dudarlo para "El olor de la papaya verde"

viernes, 20 de diciembre de 2013

Un asunto real (En Kongelig Affære) (Nicolaj Arcel, 2012)

El cine dinamarqués, casi siempre intimista, se atreve a una gran superproducción.
Una historia de época, narra hechos reales que sucedieron en el siglo XVIII, en la corte dinamarquesa.
Carolina Mathilde (Alicia Vikander), una princesa inglesa, se convierte en reina consorte del rey Christian VII (Mikkel Boe Folsgard) sin siquiera conocer a su marido. Su madre le dice que no tenga miedo, que si consigue que el rey vaya a su cama en la primera noche, va a ser un gran éxito.
Pero el éxito se convierte en amarga desilusión por parte de la reina por los modales de su marido.
En esos años Europa toda está viviendo la aparición de las ideas políticas de la ilustración. Los escritos de Juan Jacobo Rousseau y de Voltaire encienden la imaginación de la gente que quisiera vivir en una sociedad un poco más justa.
Como el rey está buscando un médico, le recomiendan al Dr. Struensee, un doctor alemán que trabaja en el hospital de Copenhage. El Dr. Struensee (Mads Mikkelsen) es un hombre de la ilustración, habiendo publicado incluso manuscritos con sus ideas. Se gana enseguida la buena voluntad del rey y se convierte en su consejero político. También se gana la buena voluntad de la reina, al aconsejar la vacunación de su hijito contra la viruela que está haciendo estragos entre los niños de Copenhage.
Pero su proyecto de vacunar masivamente a la población es rechazado por el consejo de administración. Este consejo está formado por Bernstoff y Hoegh-Guldberg, el primero político y el segundo religioso, los dos al servicio de la reina viuda que conspira para derrocar a Christian y poner en su lugar a su hijo.
Inevitablemente el Dr. Struensee y la reina Carolina van a iniciar una relación amorosa clandestina y ya están todos los condimentos necesarios para hacer de esta película una trama interesante y que cautiva del principio al fin.
La fotografía, los escenarios y el vestuario son de primera calidad y así también lo es la dirección de los actores.
La música es de Gabriel Yared, quien compuso innumerables bandas de sonido para películas, entre ellas, "El paciente inglés".
Trailer subtitulado
Ocho puntos para "Un asunto real". Una película amena, romántica y política que hace disfrutar el tiempo que dura.

martes, 17 de diciembre de 2013

Hannah Arendt (Margarethe Von Trotta, 2012)

Margarethe Von Trotta es una realizadora alemana cuyo lenguaje cinematográfico está dedicado a la reconstrucción de personajes femeninos de la vida real que se hayan distinguido por su labor intelectual y política.
En "Hanna Arendt" elige a esta significativa filósofa y pensadora alemana cuyo pensamiento libre la lleva a enfrentarse con la comunidad judía mundial.
El film comienza con una escena que pretende ser el rapto de Adolf Eichman en Argentina hecho por efectivos del Mosad, quienes lo trasladan a Israel donde va a ser juzgado.
Hanna Arendt solicita ser corresponsal de un diario americano en lo que denominan "el juicio del siglo".
Y el juicio a Adolf Eichman queda muy lejos de ser el juicio a los actos delictivos cometidos por el jerarca nazi para poner sobre el tapete nuevamente el holocausto. Pero lo sorpresivo es que Hannah se encuentra en Eichman con un burócrata cuya facultad de pensar fue eliminada por la ideología nazi y aduce haber actuado cumpliendo ordenes, por "obediencia debida", latiguillo al que luego los tristes militares argentinos se acoplaron para evitar ser juzgados.
Es más, Hannah Arendt elabora que muchas de las muertes de judíos se debieron a lo que los mismos líderes judíos llamaron colaboracionismo. Hannah elabora que entre la rebelión y el colaboracionismo debe haber varias etapas intermedias y no fueron la especialidad de los líderes judíos.
Todo esto escrito en forma de ensayo, es publicado por el The New Yorker, e inmediatamente desata las iras de la comunidad judía en contra de Hannah Arendt a quien automáticamente retiran los honores de su actividad docente y literaria para transformar en una "putita nazi".
La directora muestra sin piedad las reacciones del rebaño humano cuando encuentra alguien a quien poner en la mira del odio. La persecución que se desata sobre Hannah por parte de los pequeños seres que claman por los grandes editoriales con lemas ya aprobados y uniformizados y no por un artículo elaborado filosófica e individualmente.
A todo esto, Hannah lo utiliza para construir su teoría de la "banalidad del mal". El mal no es obra de Satanás y sus seguidores (Hitler y las SS), sino de la gente común, que accede porque no tiene tiempo para pensar, o a quienes el sistema ha extirpado la facultad de pensar.
Hay muchas grandes ideas que se aplican a nuestra realidad actual dichas en esta película.
La "banalidad del mal" diseñada por las mentes nazis para ser exportada a todos los países europeos se cierne hoy como una realidad impuesta por las grandes corporaciones.
En la película Hannah dice que el mal no fue enviar a los judíos a un campo de concentración (o de internación como se denominaron en Francia), sino hacerles sentir que su vida no valía nada, que eran total y absolutamente prescindibles para el género humano. Eso que hoy se vive en las grandes empresas como herramienta para torcer voluntades y destruir a los espíritus libres. La desvalorización del ser humano, que lo lleva inexorablemente a la abolición de su pensamiento individual.
La realización del guión de este film es en sí una obra de arte. Llevar las ideas, los pensamientos políticos y humanos de Hannah Arendt a un guión fílmico resulta ser la mayor proeza de la realizadora.
La magnífica personificación que hace Barbara Sukowa de la pensadora judía la hace merecedora de muchos más premios que los ya recibidos.
A su lado Axel Milberg, compone a Heinrich Blucher, el compañero de vida de Hannah Arendt con magnífico acierto y simpatía personal. Y Janet McTeer, la excelente actriz inglesa, aporta su naturalidad para el personaje de Mary McCarthy, compañera en la universidad donde enseña Hannah Arendt.
Es imposible despegarse de la pantalla durante toda la duración del film. Los diálogos y las escenas son tan imponentes y atractivos que se disfrutan con total interés. Sí, no es una película pochoclera, no, de ninguna manera. Pero como en mis crónicas no incluyo a este tipo de películas, quien me lea estará habituado a este tipo de cine y en este caso, puedo recomendar esta película con total seguridad.
Entrevista a Hannah Arendt
Más de diez puntos a esta realización excepcional.

lunes, 16 de diciembre de 2013

Cafe de Flore ( Jean-Marc Vallée, 2011)

Durante los primeros veinte minutos el argumento de "Cafe de Flore", es un tanto, bastante caótico. La historia mostrada con pantallazos de realidad y recuerdos entremezclados, no se hace presente ni se vuelve una secuencia de hechos, causas y efectos. Luego la historia se empieza a ordenar y reconocemos que hay dos historias, la de Jacqueline y su hijo con síndrome de dawn, Laurent (Vanessa Paradis y Marin Gerrier) y la de Antoine Godin (Kevin Parent), felizmente casado durante veinte años con Carole (brillante actuación de Helene Florent), con dos hijas, que se enamora de Rose (Evelyne Brochu) y deja su familia y su casa para ir con Rose.
Las dos historias van evolucionando por su lado y nos queda la incógnita de en qué punto del universo escrito por el mismo director, van a confluir.
El punto de confluencia es el plato fuerte de esta película. De como se llega a descubrir esa relación entre las dos historias y lo que ese descubrimiento depara a los personajes.
Si bien, como ya dije, el comienzo del film es bastante críptico, una vez que las historias se ordenan, el guión empieza a fluir con mayor felicidad.
Está bien que el caos aporta la complejidad emotiva del que la película carece. Los sentimientos, muy importantes para el significado de esta historia, no fluyen ni aparecen en los personajes. Aún con esta sequía emotiva, las historias son lo suficientemente atrayentes como para despertar la curiosidad del espectador.
De algún modo es una historia de misterio la que se cuenta en "Café de Flore" y el misterio siempre resulta atrayente.
La fotografía es excelente, el montaje, un tanto abrupto en algunas secuencias, en general acompaña el ritmo impactante de la película.
Siete puntos sobre diez para "Café de Flore".

viernes, 13 de diciembre de 2013

Las manzanas de Adam (Anders Thomas Jensen, 2005)

Anders Thomas Jensen es conocido como guionista de la mayoría de las películas de Suzanne Bier y de gran parte de filmes daneses e ingleses de este milenio. En esta película, además de escribir el guión, ejerce la dirección. Y con gran acierto.
"Las manzanas de Adam" cuenta la historia de un preso neo-nazi, Adam (Ulrich Thomsen), sentenciado a trabajos comunitarios en la iglesia de un presbítero ciegamente devoto, Ivan (Mads Mikkelsen).
Es tal la devoción de Ivan que niega su realidad e inventa historias para cambiar el curso de los hechos. Para él, todo es obra del diablo que quiere apartarnos de nuestra meta.
Para Adam, todo esto es una paparruchada imbécil y le resulta imposible contener sus deseos de descargarse violentamente sobre Ivan.
Cuando Adam va descubriendo las desgracias que jalonan la vida de Ivan, es irresistible demostrarle que si hay alguien que lo persigue, ese alguien es Dios. Adam, que acaba de leer el libro de Job en una biblia que Ivan dejó en su cuarto y que cada vez que se cae, cae abierta en el libro de Job, está absolutamente convencido de que es Dios quien atrae los males sobre la inocente humanidad.
Este es a grandes rasgos, el núcleo de la historia brillantemente desplegada a lo largo de 1,30 horas en "Las manzanas de Adam".
Queda a riesgo del espectador el juicio de valores respecto a las actitudes frente a la vida de Adam (el diablo, según él mismo lo confiesa) e Ivan, el párroco que construye su vida alrededor del amor de Dios, sin el cual naufragaría como un bote en una tormenta en alta mar.
La interpretación y la dirección de actores es un plus de esta película. Cada uno en su rol nos deja absolutamente convencidos de la veracidad de los acontecimientos.
Trailer
Nueve puntos sobre diez para esta nueva demostración de calidad del cine danés.

Shuga (Darezhan Omirbayev, 2007)

Estos son mis primeros contactos con el cine kazaco. Del mismo director había visto "La ruta", película ascética donde los sueños y las fantasías toman lugar en espacios de una realidad tan vacía y seca como la de los paisajes kazacos.
"Shuga" sigue las mismas huellas. Basada en la novela "Anna Karenina" de Leon Tolstoi, la trama es simplificada a lo necesario e imprescindible. Los personajes hablan muy poco y sus diálogos están vacíos de contenidos. Pero Shuga, como su antecesora Anna Karenina, termina suicidándose.
Lo curioso de ver en "Shuga" es la transcripción de una novela del siglo XIX a la realidad actual de un país asiático absolutamente desconocido para la sociedad occidental.
El viaje que hace Anna Karenina de San Petersburgo a Moscú, aquí es reemplazado por un viaje, también en tren, de Astaná, la nueva capital del país, a Alma-Aty, la antigua capital.
La modernidad del país está acentuada en todos los aspectos de la película. Como los personajes pertenecen a familias acomodadas, sus viviendas se ven sino lujosas, la característica del film es el ascetismo, ultra modernas.
Pero Shuga, a diferencia de Anna Karenina, es una rara avis en manos del destino. Vronsky es en su versión kazaca, un hijo de padres acomodados, que no trabaja y consigue a Shuga con solo viajar toda la noche en auto acompañando el tren donde Shuga regresa a Astaná. Luego la lleva a París donde hay una escena muy curiosa de un equipo de filmación.
Son interesantes algunas tomas, algunos enfoques y lo novedoso de la transcripción. Pero se pasa del límite con su austeridad. El relato de Tolstoi, siglo XIX, muy cargado de personajes secundarios, queda despojado de significado.
Es Vronsky quien conduce a Shuga hacia su muerte, aunque no esté muy bien explicado, ya que el director confía en el conocimiento de la novela del espectador. Shuga ha abandonado a su hijo y a su marido. De este último personaje, todo lo que la película muestra, es a un señor mayor jugueteando con un jueguito electrónico. Y el hijo aparece en dos escenas para abrazar a Shuga diciendo "madre".
Seis puntos para esta película kazaca.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

En el camino (Walter Salles, 2012)

"En el camino" podría ser entendida como una road movie. Pero no lo es. Es la versión fílmica de la novela de Jack Kerouac sobre su peregrinación juvenil y su relación con Neal Cassady, en la novela llamado Dean Moriarty.
La elección del apellido Moriarty nos da una pista. En las novelas de Arthur Conan Doyle, Moriarty es quien quiere destruir al héroe de sus novelas, Sherlock Holmes. Y eso es lo que escribe Sal Paradise (Jack Kerouac).
Pero como es la novela de Sal Paradise, él puede mencionar sólo aquellos aspectos de la personalidad de Dean Moriarty, que él estima fueron perjudiciales y hasta nocivos para su búsqueda del destino.
Entonces, la película está basada en una novela, en la que el personaje de Sal Paradise es el foco de la realidad y todos los demás son personajes girando a su alrededor.
Pero hete aquí, que entre esos personajes están también Allen Ginsberg (Carlo Marx en la novela), excelente personificación de Tom Sturridge y William S Burroughs (Old Bull Lee en la novela) genial actuación de Viggo Mortensen.
Entonces no todos en la novela o digamos película, son invenciones de Sal Paradise, pero sí son sus miradas, lo que él escribe de sus personajes.
Sam Riley (Sal) y Garrett Hedlund (Dean) son los actores que llevan el peso de la película y lo hacen excelentemente. Los desbordes de Dean están magníficamente actuados por Hedlund o bien magníficamente filmados por Salles.
Estupenda realización de Walter Salles, el principio es un tanto confuso, hasta tanto se delinean los personajes y salen al camino, explícitamente.
Luego, el ritmo es rápido y a veces hasta delirante. Hay drogas y mucho sexo, muchísimo sexo, pero contado nomás, ya que todo es la mirada de Jack Kerouac.
La música, imprescindible, es de Gustavo Santaolalla.
Trailer
Ocho puntos para este último film del brasileño Walter Salles.

martes, 3 de diciembre de 2013

50/50 (Jonathan Levine, 2011)

Esta película es una inusual contribución del cine estadounidense al mundo cinematográfico. No por estilo ni lenguaje cinematográfico, que son absolutamente comunes, sino por el tema que trata.
Adam, es un muchacho de 28 años que gusta de la vida sana y trabaja con seriedad como periodista para una radio. Como tiene fuertes dolores en la espalda acude a una consulta médica. A consecuencia de los estudios radiográficos se detecta que tiene un raro tipo de tumor cancerígeno ubicado junto a la columna vertebral. El médico aconseja iniciar un tratamiento con quimioterapia y postergar la operación. Cuando Adam le pregunta cuáles son sus expectativas de curación, el médico responde, 50/50. De allí el título de esta película.
Lo que se va a desarrollar en la película es la evolución de Adam (interpretado por Joseph Gordon-Levitt, lejos ya del personaje histriónico de "3rd. rock from the sun") consigo mismo y con sus relaciones.
Su pareja, Rachael (Bryce Dallas-Howard), que promete que se va a quedar a su lado y lo cumple mientras puede. Su mejor amigo (Seth Rogen), del que el argumento nos lleva a dudar de su verdadera amistad todo el tiempo, ya que lo muestra con Adam para compartir su marihuana medicinal y para conquistas utilizando el latiguillo de "tengo cáncer". Su madre (Anjelica Houston) que vive dedicada a cuidar a su marido que padece un Alzheimer avanzado. Y por último, su terapeuta, una psicóloga en entrenamiento, Katherine (Anna Kendrick), que también hace lo mejor que puede para ayudar a Adam.
El guión está perfectamente logrado para no necesitar de flash-backs ni de pesadillas ni de fantasías. Adam, después de todo, es un muchacho absolutamente normal a quien el cáncer tomó desprevenidamente.
Sin golpes bajos, sin necesidad de frases de auto-ayuda, la película nos guía en la evolución de la aceptación o no, de Adam, del curso de su enfermedad.
Muy bien actuada, con música muy agradable y dejando que las emociones afloren normalmente en el espectador como consecuencia de las imagenes más que de los textos.
Recomiendo esta película para quien quiera disfrutar de un ameno espectáculo que, si bien no se caracteriza por su profundidad, sí lo hace por la naturalidad con que los hechos son presentados.
50/50
Siete puntos para una comedia de hechos cotidianos no de todos los días.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Amor es todo lo que necesitas (Den skaldede frisor) (Susanne Bier, 2012)

Susanne Bier es una de las grandes directoras de cine de nuestra época. Junto con Anders Thomas Jensen, su habitual colaborador, escribió el guión de esta sencilla comedia romántica, ambientada en algún pueblo de la costa de Italia.
Pero la película comienza con la protagonista, Ida, (una excelente interpretación de Trine Dyrholm), en el consultorio de un hospital. El médico le dice a Ida que no hay metástasis del tumor, así que la quimioterapia ha dado buen resultado. Que por el momento está dada de alta.
Regresa Ida a su casa contenta con la noticia y encuentra a su marido Leif (Kim Bodnia) haciendo el amor con una empleada de contabilidad: Thilde (Christiane Schaumburg-Muller).
Lo que podría ser una fiesta se convierte en una tragedia, cuando Leif le dice que durante toda su quimioterapia hizo el amor con Thilde y que se vaya sola a Italia, que él va a viajar por su cuenta.
El motivo del viaje a Italia es el casamiento de su hija Astrid (Molly Blixt Egelind) con Patrick (Sebastian Jessen).
El padre de Patrick es Philip (Pierce Brosnan) e Ida choca el auto de Philip en el estacionamiento del aeropuerto. Así es como se conocen y viajan juntos a Italia.
La película nos va a contar los prolegómenos y los pormenores de la fiesta y ceremonia de casamiento de Astrid y Patrick y nos va a descubrir, con una deliciosa cadencia, la relación que se entabla entre Philip e Ida, sobre todo desde que Leif arriba a la casa acompañado por Thilde quien dice ser su prometida.
"Amor es todo lo que necesitas" es una deliciosa comedia dramática, donde no hay gags cómicos, sino situaciones que se plantean en las relaciones de los personajes.
Filmada en un palacio-casona con un gran huerto de limoneros alrededor, a orillas del mar en la costa italiana, tiene todo lo necesario, fotografía, ambiente y música, para deleitar al espectador.
Al mismo tiempo, la historia se asienta sobre bases sólidas, no son situaciones inventadas para justificar la película, sino hechos que nos pueden suceder a cada uno de nosotros.
Una muy grata película, muy bien dirigida y realizada. La música muy buena, es de Johan Soderqvist, habitual compositor de las bandas sonoras de películas dinamarquesas.
El mejor trailer.
Les recomiendo ver este trailer. Contiene la esencia de la película.
Ocho puntos para esta comedia romántica de Susanne Bier.