Bienvenido a mi mundo

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gracias por la imagen a Germán Banchio

jueves, 24 de marzo de 2016

Mil veces buenas noches (Erik Poppe, 2013) 🌟🌟🌟🌟🌟

Rebecca (Juliette Binoche) es una de las mejores fotógrafas de guerra del mundo. Comienza la película con élla siguiendo paso a paso el sacrificio de una mujer que se va a inmolar en Afghanistán en un atentado. El enterramiento iniciático, el baño ceremonial, la colocación del armamento en forma de chaleco bajo sus mantos. Rebecca pide acompañar a la mujer un trecho en su viaje al lugar del atentado. En medio de un mercado, pide bajarse y exige que se detenga el vehículo, pero quiere tomar aún dos fotos más y eso despierta la curiosidad de los soldados que revisan la camioneta, Rebecca huye despavorida y a unos metros grita "aléjense, es una bomba" sin tiempo para que la gente huya despavorida. La camioneta vuela por los aires y todos lo que se encontraba a una cuadra a la redonda, la misma Rebecca. Pero aún herida reacciona y consigue tomar unas fotos más de los heridos y la confusión existente antes de caer desvanecida.
La próxima vez que despierta está en un hospital en Dubai y su marido Marcus (Nicolaj Coster-Waldau) está con élla. En unos días más puede viajar de regreso y vuelven a su casa en Noruega.
En la casa los esperan sus dos hijas, Steph (Lauryn Canny) una adolescente introvertida y Lisa (Adrianna Cramer Curtis) con los amigos que se han hecho cargo de éllas durante el tiempo que Marcus viajó a Dubai.
Finalmente Marcus habla con Rebecca y su pregunta es, "qué estabas haciendo allí" y a continuación le dice todo lo que ha callado durante ese tiempo. "Es la última vez que me quedo esperando que me llamen para reconocer tu cuerpo y tener que decírselo a nuestras hijas, no lo tolero más". Rebecca jura y perjura que será la última vez, pero Marcus no le cree.
La oye hablar por la computadora con su editora en Estados Unidos, Jessica (Chloe Annett) y decirle que se va a retirar, que no va a trabajar más. Que tiene esposo y dos hijas.
Steph tiene que hacer un trabajo sobre Africa para el colegio y le cuenta a su madre que una compañera encontró una foto horrible que élla había tomado. Se la muestra y Rebecca le dice, sí, es una mujer a quien los guerrilleros en el Congo le habían cortado las orejas y los labios como escarmiento para su aldea. Steph le pregunta cómo llegó a involucrarse con ese trabajo y Rebecca le cuenta que desde jóven estaba llena de ira ante las atrocidades que la violencia causa en el mundo. La manera que encontró de descargar su ira fue fotografiar y mostrarle a todo el mundo esos horrores para obligarlos a enfrentar una realidad donde los poderosos roban a los pueblos sus bienes y les dan armas a cambio llevándolos a una vida de violencia. Steph le pregunta cuándo va a saciar tanta ira y Rebecca le contesta que no lo sabe.
"Mil veces buenas noches" es una película sencilla pero de una profundidad aterradora. Un alma que busca desnudar las atrocidades del mundo aunque para éllo haya que sacrificar de su vida personal a su marido y a sus hijas. Una carrera sin fin contra los empresarios del horror.
Con una magnífica Juliette Binoche, más humana que en cualquier otra película en que la haya visto.
El de los fotógrafos de guerra es un dilema que el director no se preocupa en solucionar. El mismo fue fotógrafo corresponsal de guerra y como tal fue laureado por la prensa noruega y por la World Press Photo. Así que conoce perfectamente lo que está contando y evidentemente Rebecca es su alter ego.
Película que hace al espectador vibrar con las emociones y sentimientos de todos los personajes. La música es de Armand Amar y la dirección de fotografía de John Christian  Rosenlund.
Todas las actuaciones son excelentes, especialmente la de Lauryn Canny, como la hija adolescente de Rebecca, pero Juliette Binoche nos deja atónitos con su increíble interpretación de la fotógrafa obsesionada por retratar los horrores de este mundo.
Tremenda escena
"Daring to love" por Ane Brun
Diez puntos para una película que hizo que me encontrara conmigo mismo en la misma encrucijada de vida. Excelente película de Erik Poppe.

miércoles, 16 de marzo de 2016

Sara (Dariush Mehrjui, 1993) 🌟🌟🌟

Henrik Ibsen escribe "Casa de muñecas" en 1879. Ambientada en la rígida sociedad luterana de Noruega (de la que el mismo autor se exiliaría años más tarde), la obra cuenta el drama que va a ser el motivo de todos los problemas de pareja en la sociedad occidental durante el siglo 20.
El sinsentido de los roles del hombre y la mujer en el matrimonio, en este caso de Nora y de Torvald, no es el de la mujer independizada ni el del hombre promiscuo, no. El estricto lenguaje al que la pareja debe someterse en una sociedad orquestada por los hombres impide que puedan llegar a conocerse y con más profundidad, a amarse verdaderamente.
Como el mismo Ibsen describe en -Notas para la tragedia actual-: "Existen dos códigos de moral, dos conciencias diferentes, una del hombre y otra de la mujer. Y a la mujer se la juzga según el código de los hombres. [...] Una mujer no puede ser auténticamente ella en la sociedad actual, una sociedad exclusivamente masculina, con leyes exclusivamente masculinas, con jueces y fiscales que la juzgan desde el punto de vista masculino". 
Dariush Mehrjui transcribe a la sociedad iraní de fines del siglo 20, la historia de Nora y Torvald. 
Con algunas pequeñas modificaciones, la obra matiene su estructura. Sara (Niki Karimi) es la típica mujer de clase media iraní, personaje al que nos hemos acostumbrado a conocer a través del magnífico cine de ese país. Se ocupa de la casa, se ocupa de su hija y se ocupa de su marido. Más sacrificada que Nora, que junta el dinero haciendo pequeños robos de los gastos de la casa, trabaja haciendo costuras durante la noche para conseguir el dinero que necesita para amortizar su deuda con Goshtasb (Khosro Shakibai), Hessam (Amin Tarokh), su marido, mantiene la profesión de Torvald: es ejecutivo de un banco, el mismo en el que va a dejar de trabajar Goshtasb, desencadenando la tragedia que va a llevar a que Sara y Hessam deban mirarse cara a cara por primera vez en sus cinco años de matrimonio.
Simi (Yasman Malej-Nasr) es la amiga de Sara que retorna después de vivir unos años fuera de la ciudad. Simi no es un ama de casa. Simi ha tenido que trabajar para ganarse la vida y de esa independencia es de donde nace su posición frente a la vida. Ella podría salvar a Sara del enfrentamiento con su marido, pero prefiere que se digan la verdad de una buena vez por todas.
Las actuaciones son buenas, aunque molestan mucho los tonos agudos que utiliza Niki Karimi cuando debe dotar a Sara de caracter. Tampoco Khosro Shakibai sale muy bien parado. Su actuación linda con la histeria y hace que el personaje pierda su entereza.
La fotografía es excelente y también lo es la banda de sonido.
"Casa de muñecas" no pierde su intensidad al estar trasladada a la sociedad iraní y aunque es muy difícil derrumbar la falsedad hipócrita de una sociedad tan patriarcal como la iraní, aporta su granito de arena para constribuir a una mejor integración de la pareja.
Mejor integración que la sociedad occidental no ha logrado todavía en el siglo XXI. Las mujeres y los hombres son ahora independientes, pero más debido a las necesidades de la sociedad capitalista de alienar con el trabajo a los seres humanos, que de una verdadera integración. El matrimonio está fracasando por esa razón.
Trailer en inglés
Ocho puntos sobre diez para una muy buena re-lectura de "Casa de muñecas". En esta versión Nora no deja a sus hijos, sino que se lleva a su hija, una muy buena acotación del director.