Bienvenido a mi mundo

Bienvenido a mi mundo
gracias por la imagen a Germán Banchio

jueves, 31 de julio de 2014

Un ángel en mi mesa (Jane Campion, 1990)

Una película hecha para descubrir a una escritora.
Janet Frame no ganó nunca el premio Nóbel de literatura pero es considerada la más importante escritora neocelandesa. De Nueva Zelanda, ese país-isla, que navega por las aguas del Océano Pacífico, la directora Jane Campion nos ofrece la autobiografía de la escritora Janet Frame, que representa a la perfección el estado de aislamiento de las regiones del sur de este planeta.
Es una autobiografía atroz, sembrada por las desdichas de la vida humana y por la delicadeza de un alma sensitiva. Y la directora, conocida ampliamente por su "Lección de piano", tiene también, como la escritora, la sensibilidad necesaria para, sin caer en el melodrama pastiche, hacer vibrar nuestra alma de espectadores por los infortunios que le acontecen a este ser humano, vida digna de la pluma de Charles Dickens.
Errónameante diagnosticada como esquizofrénica, Janet Frame pasó ocho años de su juventud hospitalizada en un manicomio y sometida a tratamiento de electroshock. Estas bárbaras conductas de los que se llaman a sí mismos médicos, pretendían curar una enfermedad inexistente a través de enmudecer a un yo doliente.
Todavía existen tratamientos bárbaros en la medicina y en la odontología en particular, pero de a poco la institución manicomio, que tanto sufrimiento causara a gente anímicamente perturbada, ha quedado en desuso.
Becada en Inglaterra, en una reunión de artistas, se asombran que haya publicado sus poemas y novelas. Una "artista" de la reunión le dice que nunca conoció a nadie que hubiera publicado.
Y por supuesto nadie la conoce en Inglaterra. Poco después se muda a España, porque es más barato vivir en España y alquila una habitación en un ignoto pueblecito de la ribera malagueña. Allí conoce a un norteamericano que la seduce y disfruta de un verano de aventura gracias a Janet.
De naturaleza ya tímida de por sí, su ondulado cabello rojo y sus dientes cariados hacían que se encerrase aún más en la lectura, su único placer.
La película muestra fielmente cada episodio dentro de la vida de Janet Frame y la fotografía se vuelve espectacular cuando el ambiente es espectacular y retraída y oscura en los interiores del alma de Janet.
La música acompaña perfectamente la narración sin sobresalir ni hacerse notar.
Karen Fergusson, Alexia Keogh y Kerry Fox son las encargadas de interpretar la adolescencia, juventud y madurez de Janet Frame y las tres lo hacen a la perfección, en un personaje cuyas características físicas son tan importantes.
La "esquizofrenia" de Janet Frame.
Ocho puntos sobre diez para esta obra fundamental dentro de la filmografía de Jane Campion.

lunes, 21 de julio de 2014

Ayer no termina nunca (Isabel Coixet, 2013)

Isabel Coixet es un claro exponente del cine inteligente que ahonda en los sentimientos humanos pero sin rastros de telenovelas. Realizadora de obras tan importantes como "Cosas que nunca te dije", "Mi vida sin mí", "La vida secreta de las palabras" y "Elegía", sin olvidar el maravilloso episodio "Bastille" de "Paris je t'aime" (el de la mujer del tapado rojo), elige en este caso un argumento casi teatral.
Todo se desarrolla en unas pocas horas y dentro de una monumental construcción catalana en Igualada que semeja (y hasta es a veces reemplazada por) una caverna, en donde los susurros y las emociones se expanden y dilatan a voluntad de la directora.
El argumento es, a primera vista, muy sencillo. Una pareja separada hace cinco años, los cinco años de la crisis económica que ha dejado a España tan desnuda como la construcción de Igualada (se supone que es una especie de ministerio que está siendo abandonado porque en su lugar se va a construir un ultra moderno y lasveguístico casino) se reencuentra a causa de una carta (nunca sabremos lo que dice). La voz del locutor en la radio no deja de difundir noticias apocalípticas sobre la situación económica española.
De a poco nos iremos enterando que él se fue, una noche víspera de año nuevo, a las 7:10 de la tarde. Que emigró a Alemania donde es ahora profesor en una universidad. En un momento dado él (Javier Cámara, brillante como nunca) le pregunta si élla no ha pensado en emigrar también y élla (Candela Peña en una magistral actuación) contesta que alguien tiene que quedarse a recoger la basura.
Lo que parece ser simplemente las discusiones sin fin de una pareja separada que se reencuentra, se agrava cuando nos enteramos de que ha habido un niño muerto, Dani. Que él ya estaba en Alemania y llegó tarde al hospital. Que élla llevó a su hijo en brazos hasta el hospital y tardaron cinco horas en atenderlo. Otro indicio de la decadencia de una sociedad en crisis económica. La pareja es un receptáculo de esa crisis económica y todo remite al momento de sol donde se conocieron. Ahora llueve y la lluvia penetra por las claraboyas de la construcción.
No hay mucho más que contar. El prodigio está en la escenografía, la fotografía y la actuación de estos dos gigantes del cine español. Y la magia con la que Isabel Coixet hace que las emociones y los sentimientos destilen a través de las escenas.
No es una película lacrimógena. Tampoco hay grandes verdades que se develan. Es el drama de una pareja deshecha a causa de muchas otras tragedias.
En la hora y 50 minutos de duración no hay casi pausas para cambiar de posición en el asiento y como que hasta el espectador se olvida de cambiar de posición. El ambiente es denso pero despojado. Solo esos dos seres humanos exponiendo sus almas, sus fracasos y su inmenso amor.
Trailer
Nueve puntos sobre diez para este hermoso film de Isabel Coixet.

viernes, 18 de julio de 2014

Lola Montés (Max Ophuls, 1955)

Este film ha sido restaurado por la Cinemateca Francesa a su versión original. El color y el sonido también han sido restaurados.
En el momento de su estreno, diciembre de 1955, fue un escándalo sin precedentes. En vista del poco éxito comercial, los productores resolvieron cortar algunas escenas, traducir al francés diálogos en alemán y, en 1956, contra el deseo de su director, el film volvió a ser cortado y re-editado cronológicamente.
Es que viéndolo hoy, con ojos del siglo XXI, el film sigue siendo moderno.
Como realmente sucedió, Lola Montés terminó su carrera en un circo americano, exhibiéndose como si de un animal salvaje se tratara. (Cuántos amantes tuvo, le preguntan).
Peter Ustinov (en una de sus mejores actuaciones) relata la vida de Lola Montés como sketchs del número de circo. Y la escenografía se mueve entre bambalinas del circo y los escenarios reales. El juego de la cámara recorriendo estos decorados es realmente onírico y conmueve hasta la grandeza. Podemos suponer que haya servido de inspiración para las cámaras circulares de Rainer Werner Fassbinder.
Pero atención este film es de 1955. Max Ophuls tiene que haber influenciado en gran medida a realizadores como Richard Attenborough (Oh qué bella guerra), Robert Altman (El volar es para los pájaros) y, más recientemente, a Wes Anderson (Grand Budapest Hotel).
La gran actuación es la de la hermosísima Martine Carol que sin lugar a dudas es tanto o más bella que la real Lola Montés. La ductilidad y precisión con que expresa sus juegos de seducción y su timidez es envidiable.
En el rol del rey Ludwig I de Baviera tenemos al gran Anton Wallbrook, dando otra lección de actuación.
En fin, que es un espectáculo brillante y lujoso. Espectacular como pocos, ya que no era habitual el Cinemascope y el sonido estereofónico para el cine francés de los 50's.
Gracias a la restauración hecha podemos ver la versión original de 110 minutos y no la reducida para los cines norteamericanos de 90 minutos y es un gran hito para nuestra historia cultural que podamos disfrutar de la obra tal y como la concibió su autor.
Trailer de Criterion Collection
La moraleja de la historia es que, lo que hoy nos parece incomprensible, quizás dentro de 70 años sea el lenguaje usual en cinematografía.
Diez puntos sobre diez para la sublime realización de Max Ophuls.

jueves, 17 de julio de 2014

Sucio, inmundo amor (Dirty, filthy love) (Adrian Shergold, 2004)

Una extraña y muy emotiva comedia dramática inglesa, "Sucio, inmundo amor", trata sobre un hombre joven, Mark, cuya vida, trabajo, pareja, se derrumba a causa de sus trastornos compulsivos obsesivos con síndrome de Taurette.
Un excepcional enfoque de esta discapacidad psíquica se logra a través de este drama mostrando como la vida de un ser humano puede ser malograda gravemente.
El guión de Jeff Pope y Ian Puleston-Davies es brilantemente puesto en escena a través de la dirección de Adrian Shergold.
Podemos ver como la medicación tradicional con antidepresivos no surte efecto en problemas de orden psíquico como el que sufre Mark. Y que toda su vida llevó a cuestas, como su cruz. En un pasaje cuenta como teniendo 7 años no podía patear jugando al fútbol porque temía tener la bragueta abierta. Los complejos vericuetos de la mente aparecen en carne viva cuando narra cuáles son sus problemas al sentarse y cómo lo está sufriendo.
Para el espectador sensitivo, aquel para el que la empatía funciona, será todo un ejercicio de sentimientos no ponerse a llorar frente a tanto dolor.
Mark (Michael Sheen) se cruza con Charlotte (una brillante actuación de Shirley Henderson), quien padece de los mismos trastornos compulsivos obsesivos y lleva a Mark a un grupo de auto-ayuda.
Pero el divorcio surte efectos devastadores en la mente de Mark y hace que se pierda en sus neblinas, de las que sólo Charlotte volverá a rescatarlo.
Con un final digno de "Tiempos modernos", esta película nos deja el sabor tierno y amargo del dolor humano en una sociedad que no está preparada para incluir a este tipo de enfermos psíquicos.
Perdiendo el pelo
Si vieron estas escenas estoy seguro que ya querrán ver la película completa.
Mi calificación es de 8 puntos sobre diez.

domingo, 6 de julio de 2014

Poesía (Lee Changdong, 2010)

Es muy interesante como un título puede seducir y hasta imponer cierto aura a una película. Nunca mejor aplicado este dicho que para "Poesía".
En su guión, muy inteligente y hábilmente desarrollado, vamos a enterarnos de la vida de una mujer coreana de 66 años, muy elegante y que acude al hospital por los cosquilleos en su brazo derecho. En la entrevista también desliza que está olvidando las palabras. Luego en su departamento nos enteramos que vive con su nieto, un adolescente grosero y desamorado que todo lo que pretende es un nuevo teléfono móvil.
La vemos ir a trabajar cuidando a un anciano y haciendo la limpieza de su casa y sabemos que lo hace día por medio.
Pero Mija, tal el nombre de la anciana, quiere escribir poesía y se las arregla para participar en un curso sobre el tema. También participa de salones de lectura de poesía, pero siempre pregunta, cómo puede llegar a escribir poesía.
Los hechos se acumulan con paso lento, pero seguro. Los estudios médicos anuncian que tiene un Alzheimer en ciernes. Una compañera de colegio de su nieto se suicida tirándose al río y según algunos padres, esta actitud es debida a que 6 de sus compañeros la violaban sistemáticamente.
Uno de esos 6 compañeros es Wook, el nieto de Mija.
Frente a todos estos hechos de la realidad, Mija persiste en escribir poesía y toma nota de cuanto le llama la atención en su cuaderno.
Es una película fría. Con la habilidad de un cirujano el director Lee Changdong, maneja el escalpelo de los hilos de la historia a través de los personajes. No hay emociones, no hay grandes penas, ni siquiera vemos cuando la chica se suicida.
Pero la herida llega hasta el final, cuando los hechos se desencadenan fríamente. Por supuesto que no voy a contar el final, pero aunque lo hiciera, seguiría valiendo la pena ver esta película.
Por su forma ordenada y simple de contar las poesías que se deshilachan dentro de la cotidiana ordinariez de la vida.
Un elogio aparte para la actriz que interpreta a Mija, Yun Hunghee. Su trabajo está realmente fuera de serie y vale la pena ver la película para saborear sus actitudes, gestos y pequeños matices.
El espectador sensible e inteligente va a valorar mucho esta película, por su sencillez y profundidad humana.
Recuerdos de Mija
Nueve puntos sobre diez para "Poesía".

La vida de Adele (Abdellatif Kechiche, 2013)

Al ganar la Palma de Oro del festival de Cannes, "La vida de Adele" apareció en la mira de todos los amantes del cine. Al poco tiempo nos enteramos que había escenas lésbicas de alto contenido erótico y eso le impuso un freno al interés y una bifurcación en el camino de su evaluación.
La realidad es que sí: la película contiene una cantidad desmesurada de escenas de sexo lésbico y, según mi punto de vista, sin ninguna clase de aportación a la riqueza del film. Quizás generar tensión entre los espectadores no habituados al cine porno, no más que eso.
La verdad es que "La vida de Adele", es el retrato de Adele, una adolescente algo desorientada con respecto a su orientación sexual, que se enamora de una artista plástica, ella sí definidamente lesbiana.
Es muy interesante la pintura que el director hace de Adele, sus ideas, sus indefiniciones, su falta de ambiciones, su deambular por una vida que no parece se le hubiera brindado fácil ni serena. Es todo un hallazgo la actuación de Adele Exarchopoulos. Su expresión de desagrado, sus sonrisas fugaces, sus miradas llorosas, hacen mucho para pintar a esta adolescente que quiere ser maestra.
Su contraparte, al menos en las escenas de sexo, es Emma, la estudiante de artes plásticas, interpretada muy eficazcmente por Lea Seydoux, en un papel con mayor vitalidad y con rasgos definidamente dramáticos..
Pero el devenir de la película es la vida de Adele y los que por su vida van pasando. Su desasosiego al descubrir que le gustan las mujeres y al mismo tiempo su sinceridad consigo misma.
Si por alguna razón podemos entender la Palma de Oro, es por la sencillez extrema de recursos con la que el director plasma su película. No hay grandes escenas, no hay grandes actuaciones, ni hablar de efectos especiales. Solo está eso, la vida de Adele.
Después la película está llena de los pequeños gustos burgueses, los platos de pasta con salsas exquisitas, los vinos generosos, el champagne, los cafés y las inauguraciones de salones.
Por todo esto deambula Adele, sin saber muy bien a dónde se dirige, con su única real pasión, que es su amor por Emma y el gusto por enseñar a los chicos.
Hay algunas escenas de la marcha de orgullo gay, como otras de bares homosexuales, pero son anecdóticas, ni siquiera imponen su existencia al espectador.
Trailer
Desde mi punto de vista es una película bien hecha, pero absolutamente descartable. Quien no la vea no va a perder nada importante en su formación fílmica. Siete (7) puntos para la Vida de Adele.