Bienvenido a mi mundo

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gracias por la imagen a Germán Banchio

sábado, 21 de junio de 2014

La noche americana (François Truffaut, 1973)

Hacía tiempo que no disfrutaba tanto de una película como de "La noche americana".
El cine de Truffaut tiene una peculiaridad. Entre los directores de la nouvelle vague, hay algunos de estilo bien definido y claro. Jean-Luc Godard, Alain Resnais, Agnes Varda, Eric Rohmer. En cambio Truffaut es un realizador que hace películas sin espíritu de autor. Sus films no llevan su sello, podrían ser de cualquier otro realizador. Y tampoco se identifican con el cine francés. Son films internacionales. Probablemente el más internacional de sus films sea este, "La noche americana".
En el cine francés se denomina filmar en "noche americana", a filmar de día con filtros para simular que es de noche.
Entonces, lo que Truffaut nos quiere contar es una historia sobre todos los trucos y vueltas de tuerca que hay que dar durante la realización de una película.
Tomada como tal, "La noche americana" es el mejor film que jamás se haya hecho sobre la filmación de una película. Cine dentro del cine, pero cine con todos los matices humanos que nos llevan a entender mejor a estos trabajadores que dedican sus mejores esfuerzos para la concepción y realización de una película.
Los actores son a su vez actores que actúan que están actuando en la realización de una película, pero que también son seres humanos con todos sus deseos y falencias.
Los increíbles Jean-Pierre Aumont y Valentina Cortese nos convencen de que realmente esos son sus problemas y como los manejan para sacar de sí mismos una actuación profesional. Jacqueline Bisset está tan linda que su actuación pasa a segundo plano. Solo queremos ver su hermoso y maravilloso rostro. Jean Pierre Leaud, aquel chico de "Los 400 golpes" y el cineasta de "El último tango en París", crea un personaje a la perfección, dejándonos totalmente convencidos que Alphonse es Jean Pierre Leaud en la realidad.
Todas las lecturas de "cine dentro del cine" se aplican a los demás personajes. François Truffaut es, como no cabía otra posibilidad, Ferrand, el director del film "Je vous presente Pamela" que se está realizando.
Todos los personajes, de una manera u otra, deben lidiar con las crisis personales de los actores y del resto del equipo. Hasta Joelle (Nathalie Baye) asistente del director, carga sobre sus hombros todas las tareas pesadas que aparecen a cada momento. Liliane (Dani) que fue incorporada al equipo por Alphonse, ya que quiere casarse con élla y termina fugándose con el doble de riesgos inglés.
De la cantidad de personajes que pululan por la película, cada uno con su pequeña historia, vamos rescatando el verdadero espíritu de comunidad que conforma un equipo de gente. Y así aparece la magia, de la nada, o de la música del gran Georges Delerue.
Y lo que no es una historia apasionada, donde no hay dramas ni asesinatos, sino solo los esfuerzos de este equipo de gente por llevar adelante una película, se vuelve una historia épica sobre el cine, como nadie antes jamás filmó.
Los cuatro minutos iniciales.
Diez puntos sobre diez para esta gran película de François Truffaut.

Tabú (Miguel Gomes, 2012)

"Tabú" es una película totalmente fuera de serie. No se parece a ninguna otra y dudo que haya otra que se le parezca. Pero la originalidad no es su única virtud.
El argumento, que se inicia con la historia de Pilar en la actualidad (Teresa Madruga), da vueltas y vueltas y casi la mitad de la película es un racconto de algo sucedido 30 o 40 años antes a la vecina de Pilar, Aurora (en su juventud Ana Moreira y en su vejez, Laura Soveral).
Ambas historias son hipnóticas, pero la de Aurora en su juventud transcurre en Africa y hay un cocodrilito (el de la foto) que hace de las suyas en sus huídas.
La película está narrada por el mismo director, Miguel Gomes y su tono de voz ayuda a introducirnos en un mundo hipnótico donde hay personajes que aparecen con una historia en ciernes y desaparecen al próximo minuto dejando inconclusa su historia.
Hay muchos cabos sueltos hasta que finalmente nos encontramos con la historia de amor de Aurora y Gian Luca.
La música al piano de Joanna Sa, acompaña todo el tiempo para mantenernos en clima, pero lo que es realmente sobresaliente es la fotografía de Rui Poças. Filmada totalmente en blanco y negro, los matices de los paisajes y de los rostros son maravillosos.
Creo que hay que mencionar que se trata de una película absolutamente literaria, ya que está narrada todo el tiempo. La banda sonora, que suprime los diálogos de los personajes para hacer primar el relato del narrador, sin embargo mantiene los pequeños sonidos ambiente.
Todo esto crea un clima surrealista, herencia tal vez del gran cineasta portugués Manoel de Oliveira.
El espectador habituado al buen cine la disfrutará por la increíble abstracción que el film realiza sobre nuestras mentes. Todo lo que estamos acostumbrados a ver en una película aquí está levemente modificado o alterado.
Video clip de la fiesta en la casa de la piscina
Nueve puntos sobre diez para "Tabú".

jueves, 12 de junio de 2014

Baaria (Giuseppe Tornatore, 2009)

Baaria es el nombre en dialecto siciliano, del pueblo de Bagheria, cerca de Palermo, Sicilia, donde nació Giuseppe Tornatore. De algún modo, como lo fuera también Cinema Paradiso, esta es una película autobiográfica.
El argumento del film sigue en más de 50 años, desde 1930 a 1980, la historia de Peppino (Giuseppe) y su familia. Peppino trabaja de pastor para ayudar a la familia y estando en el monte, una cabra se come su libro de escuela. Por esa razón luego será castigado por una maestra que cataloga a sus alumnos en ricos y pobres según la profesión de sus padres.
Son innumerables las anécdotas que se van acumulando con el correr del tiempo en la película y todas éllas están llenas de emociones incontrolables. El fascismo de Mussolini, la maffia y su asociación con los terratenientes, la guerra y los bombardeos.
Por todos estos acontecimientos pasa Peppino. Ya de adolescente anda con su vaca por el pueblo vendiendo leche. La ordeña y entrega el producto en el momento.
Cuando conoce a Mannina, el amor es a primera vista. Toma clases de baile para poder invitarla a bailar. Claro que en esa época las parejas no eran mixtas, las mujeres bailaban con mujeres y los hombres con hombres. Al invitar a bailar a Mannina y ser aceptado, Peppino rompe con esa tradición.
Su afiliación al Partido Comunista y la más que difícil carrera política, ya que, como le dice un camarada, él no ha escrito ningún libro.
En resumen, el film es una epopeya épica sobre la vida de los pobres en la región más pobre de Italia, Sicilia. Como tal emociona y deslumbra. Es una realización magnífica donde no hay momentos de quiebre o de pérdida de continuidad.
A lo largo de 2 horas y media vamos a compartir las vicisitudes de Peppino, su familia, amigos y enemigos.
Si bien el argumento es densamente emotivo y romántico, carece de golpes bajos y las escenas de crueldad están hábilmente dosificadas como para no espantar al espectador.
No es asustar ni escandalizar lo que busca el director, sino pintar un cuadro mural de 50 años en la vida de un pueblo siciliano y lo hace con un inmenso amor a su tierra natal.
Es excelente la actuación, claro que en una película coral como esta, las actuaciones individuales se pierden un poco. También excelentes son la fotografía de Enrico Lucidi y la música de Ennio Morricone.
La natural simpatía de Francesco Scianna (Peppino adulto), tiene mucho que ver con la complicidad que el espectador crea con Peppino.
Trailer
Diez puntos sin lugar a dudas para esta magnífica epopeya de Giuseppe Tornatore.


martes, 10 de junio de 2014

Ninfómana (1 y 2) (Lars Von Trier, 2013)


















La última obra de Lars Von Trier consiste en dos películas de casi dos horas cada una de éllas. En realidad es una única película cortada en dos partes. Recomiendo verlas una detrás de la otra porque cada una de éllas por separado no mantendría la consistencia de la obra en su totalidad.
Como es su objetivo en el cine, Von Trier una vez más descubre la hipocresía de la sociedad occidental en que vivimos. Joe es una ninfómana, esto es adicta al sexo, que cuenta su historia a Seligman, un buen hombre. A lo largo de los diferentes episodios vamos entendiendo un poco más la estructura de la sexualidad de Joe y como le resulta imposible dejar su adicción.
Joe se presenta como una mala mujer, tal es como élla vive y siente lo que su adicción le ha llevado a hacer en el transcurso de su vida. Seligman le da explicaciones que hacen que la presunta maldad pierda su peso.
Son casi cuatro horas en las que no hay lugar para desbordes emocionales. Todo se presenta a través de los ojos de Joe, de su mirada interna, que si bien la llena de culpabilidad también hace que se rebele y se vanaglorie de sus hábitos.
Es una obra dura pero no es cruel. Antes bien se diría que Von Trier es casi generoso y compasivo con Joe.
Vamos a ver un film presuntamente violento, así lo hace saber la música rock con que se abre la primera parte, pero en definitiva es sólo la historia de una mujer perdida en su adicción que la lleva al borde de las situaciones normales.
Hay que destacar la actuación de Charlotte Gainsbourg en el personaje de Joe adulta, es quien narra la historia. Ella misma como persona encarna el espíritu de rebeldía y desenfado, con un look erótico tan poco parecido a las starlets del cine de Hollywood, que la vuelven impresionante.
Stellan Skarsgard es la contraparte de Joe, el "hombre bueno", Seligman y lo hace con todo el profesionalismo que le conocemos desde hace tiempo.
En un personaje secundario, pero en una gran performance, tenemos a la increíble Uma Thurman, rescatada al fin de los killis billis que le hicieron perder credibilidad como actriz. El personaje es de una mujer abandonada por su marido que hace una escena de celos a Joe. Pero, ¡qué escena!, realmente tensa la sensibilidad del espectador al máximo.
La cinematografía es excelente, hay alguna escenas filmadas en un bosque con el padre de Joe (un excelente Christian Slater) que bien valen toda la película.
Stacy Martin (Joe joven) carga sobre sus hombros el peso de la mayoría de las escenas escabrosas y mantiene el mismo espíritu de nada en su actuación del que Charlotte Gainsbourg hace alarde.
Shia LaBeouf escapa de sus actuaciones en transformers para devenir actor y jugar también parte en la mayoría de las escenas de sexo.
Aquí un trailer con escenas seleccionadas de las casi cuatro horas de duración:
5 minutos subtitulados
Es muy difícil poner una calificación a una obra que si no fuera por su temática corrosiva sería considerada una de las obras maestras del cine contemporáneo. Vayan entonces 10 puntos para "Ninfómana".

jueves, 5 de junio de 2014

El Grand Budapest hotel (Wes Anderson, 2014)

Una vez más elijo una película de Wes Anderson para dar continuidad a este blog.
Es en este film, donde Anderson hace despliegue de todas sus conquistas cinematográficas. Sus tomas absurdas, sus ambientes oníricos, la escenografía mezclada con la realidad, los movimientos a través de la pantalla o retirándose de élla. La actuación falta de emotividad, como de cartón.
En definitiva sus personajes son como marionetas de un film de animación. En general el maquillaje los vuelve irreconocibles.
Y todo eso lleva a la obtención de su objetivo más buscado, que el mensaje se deslice subrepticiamente por el guión, hasta casi desaparecer de la vista.
Apenas un comentario nos informa que el argumento de "Grand Budapest hotel" está basado en las obras de Stefan Zweig. Y esa es la pista.
De la biografía de Stefan Zweig extraigo lo siguiente:
"En Petrópolis, desesperados ante el futuro de Europa y su cultura (después de la caída de Singapur), pues creían en verdad que el nazismo se extendería a todo el planeta, un 22 de febrero, él y su esposa se suicidaron. Zweig había escrito:
"Creo que es mejor finalizar en un buen momento y de pie una vida en la cual la labor intelectual significó el gozo más puro y la libertad personal el bien más preciado sobre la Tierra."
Su autobiografía El mundo de ayer, con publicación póstuma hacia 1944, es un panegírico a la cultura europea que consideraba para siempre perdida."
Y ahí tenemos el mensaje de Wes Anderson. Su canto de cisne a una cultura desaparecida, la que se desarrolló en el país natal de Zweig, el Imperio Austro-Húngaro.
Pero para decir esto, Anderson pone en marcha a la máquina de hacer cine. Se instala en los estudios alemanes de Babelsberg y genera uno de los sueños más prodigiosos que haya visto jamás en cine.
Con el antecedente de "Las mil y una noches", su historia cuenta la historia del escritor que cuenta la historia del origen de su historia, a quien le cuentan la historia de M. Gustave H, legendario conserje del hotel que da nombre a la película en el año 1932 y de Zero Mustafá, el botones del hotel quien seguirá a M. Gustave en todas sus andanzas.
M. Gustave está encarnado con su habitual maestría por Ralph Fiennes y para el personaje de Zero Mustafá, el casting acertadamente seleccionó a Tony Revolori, un estadounidense de Los Angeles descendiente de guatemaltecos (¿a eso se deberá su perfil maya?) y de sólo 18 años de edad.
Ralph Fiennes por su flemática inglesa y Tony Revolori seguramente perseguido por Wes Anderson para dejar de lado toda posible emoción en su personaje.
Junto a éllos el elenco es formidable. Tenemos a Edward Norton como el oficial de policía, a Adrien Brody como el sangriento príncipe Dmitri, a Willem Dafoe, como el asesino Jopling. A F. Murray Abraham encarnando a Zero Mustafá en su vejez y a Jude Law como el joven escritor, mientras que Tom Wilkinson interpreta al escritor maduro. A Tilda Swinton, absolutamente irreconocible como Madame D. (se supone que tiene 84 años). A Saoirse Ronan en un personaje totalmente alejado de las sádicas adolescentes, ya que es una repostera. A Mathieu Amalric, como el mayordomo que conoce la verdad del asesinato y a Lea Seydoux como la camarera que lo secunda. Y así desfilan por la pantalla Jason Schwartzman, Owen Wilson, Bill Murray, Harvey Keitel, Bob Balaban y Larry Pine entre cientos de actores.
En apenas 1 hora y media, son tantas las cosas que suceden y tantos movimientos de escenarios y actores que parece que la película durase en realidad 5 horas. El ritmo no es acelerado, pero es más bien rápido. Mejor mirarla atentamente o el espectador se perderá alguno de los gags visuales.
Y al final, el mensaje. ¿Porqué el hotel?, porque ya en tiempos de M. Gustave, la Europa que conocimos había desaparecido. El hizo todo lo posible por conservarla.
La música, excelente, es de Alexandre Desplat, autor elegido por los cineastas actuales. La fotografía es un homenaje al cine y a sus posibilidades, paisajes nevados, húmedos, de ensueño. Oníricos en definitiva, para dejarnos llevar por este bellísimo sueño hecho cine.
Trailer
Diez puntos sobre diez para "El Grand Budapest hotel".