Bienvenido a mi mundo

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gracias por la imagen a Germán Banchio

jueves, 12 de junio de 2014

Baaria (Giuseppe Tornatore, 2009)

Baaria es el nombre en dialecto siciliano, del pueblo de Bagheria, cerca de Palermo, Sicilia, donde nació Giuseppe Tornatore. De algún modo, como lo fuera también Cinema Paradiso, esta es una película autobiográfica.
El argumento del film sigue en más de 50 años, desde 1930 a 1980, la historia de Peppino (Giuseppe) y su familia. Peppino trabaja de pastor para ayudar a la familia y estando en el monte, una cabra se come su libro de escuela. Por esa razón luego será castigado por una maestra que cataloga a sus alumnos en ricos y pobres según la profesión de sus padres.
Son innumerables las anécdotas que se van acumulando con el correr del tiempo en la película y todas éllas están llenas de emociones incontrolables. El fascismo de Mussolini, la maffia y su asociación con los terratenientes, la guerra y los bombardeos.
Por todos estos acontecimientos pasa Peppino. Ya de adolescente anda con su vaca por el pueblo vendiendo leche. La ordeña y entrega el producto en el momento.
Cuando conoce a Mannina, el amor es a primera vista. Toma clases de baile para poder invitarla a bailar. Claro que en esa época las parejas no eran mixtas, las mujeres bailaban con mujeres y los hombres con hombres. Al invitar a bailar a Mannina y ser aceptado, Peppino rompe con esa tradición.
Su afiliación al Partido Comunista y la más que difícil carrera política, ya que, como le dice un camarada, él no ha escrito ningún libro.
En resumen, el film es una epopeya épica sobre la vida de los pobres en la región más pobre de Italia, Sicilia. Como tal emociona y deslumbra. Es una realización magnífica donde no hay momentos de quiebre o de pérdida de continuidad.
A lo largo de 2 horas y media vamos a compartir las vicisitudes de Peppino, su familia, amigos y enemigos.
Si bien el argumento es densamente emotivo y romántico, carece de golpes bajos y las escenas de crueldad están hábilmente dosificadas como para no espantar al espectador.
No es asustar ni escandalizar lo que busca el director, sino pintar un cuadro mural de 50 años en la vida de un pueblo siciliano y lo hace con un inmenso amor a su tierra natal.
Es excelente la actuación, claro que en una película coral como esta, las actuaciones individuales se pierden un poco. También excelentes son la fotografía de Enrico Lucidi y la música de Ennio Morricone.
La natural simpatía de Francesco Scianna (Peppino adulto), tiene mucho que ver con la complicidad que el espectador crea con Peppino.
Trailer
Diez puntos sin lugar a dudas para esta magnífica epopeya de Giuseppe Tornatore.


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