Bienvenido a mi mundo

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gracias por la imagen a Germán Banchio

domingo, 28 de octubre de 2018

Caminando (Aruitemo, aruitemo) (Hirokazu Koreeda, 2008) 🌟🌟🌟🌟🌟

La historia, escrita como así también el guión, por el director Hirokazu Koreeda, cuenta la reunión en la casa paterna de una familia en conmemoración del hermano mayor.
El padre Kyohei Yokoyama (Yoshio Harada) ya retirado, mantiene en su presencia el caracter de su profesión de médico, aunque la clínica donde ejerció se haya cerrado y el ya no profese. Aún lamenta que ninguno de sus dos hijos haya estudiado su profesión. Su mujer, Toshiko Yokoyama (Kirin Kiki) ha sido y es el alma mater de la casa y cuida muy bien de su marido, aunque las peleas seam frecuentes entre ellos.
La hija menor, Chinami Kataoka (You), hace ejercicio de un humor muy saludable y de una ironía mordaz, mientras intenta sonsacarle a su madre las recetas de comidas que guarda para sí misma. Su marido, Nobuo Kataoka (Kazuya Takahashi), también siempre de buen humor, es un inútil bueno para nada pero que afronta a la familia de su mujer con una sonrisa. Sus hijos, Mutsu y Sazuki Kataoka, son traviesos y libres como todo niño debiera ser.
El segundo hermano mayor, Ryota Yokoyama (Hiroshi Abe) es un poco el eje de la historia. El conflicto con su padre se arrastra de larga data. Ryota, contra la voluntad del padre, ha hecho de la restauración de obras de arte su profesión. Pero son frecuentes las comparaciones con lo que su hermano muerto hubiera hecho. Ryota se casó con una viuda, Yukari Yokoyama (Yui Natsukawa) que tiene un hijo de su primer marido, Atsushi Yokoyama (Shohei Tanaka), quien es y no es aceptado por sus abuelos adoptivos.
Durante casi dos horas, el director hace que la cámara gire alrededor de sus personajes, mostrándonos sus conflictos y desdichas, sus frustraciones y melancolías.
Sin lugar a dudas, es una película melancólica. El altar casero donde mora el alma de Junpei, el hijo mayor muerto, es visitado por una variedad de vecinos y amigos que concurren a la casa en conmemoración del fallecido.
En una escena memorable, Ryota con su mujer e hijo y su madre, van a visitar la tumba de su hermano. La madre vierte agua sobre la losa conmemorativa diciendo que hace falta agua para calmar la gran sed. En el camino de retorno, se cruzan con una mariposa amarilla y la madre cuenta que las mariposas amarillas son las blancas del año anterior que han podido regresar.
Con estas y muchas otras escenas intimistas, Koreeda construye una sólida historia donde las emociones brillan como estrellas en el cielo. Los espectadores no podrán sustraerse a estas ondas de dulzura agridulce con la que los personajes nos dejarán algo perplejos y pensativos.
Trailer con subtítulos en inglés
"Caminando" es sin lugar a dudas una película trascendental y una historia absorvente para todos más allá de que muestre el corazón de una familia japonesa. Diez puntos sobre diez es mi calificación.

sábado, 20 de octubre de 2018

Happy End (Michael Haneke, 2017) 🌟🌟🌟🌟🌟

"Happy End", irónico y mordaz título, es una fotografía de los restos de una familia burguesa europea, los Laurent.
Comienza con Eve (Fantine Harduin) filmando con su celular a su madre en el baño y luego mostrando como un experimento qué sucede con su hamster si le da a comer las pastillas antidepresivas de su madre.
El guión de Haneke no lo muestra, pero luego el experimento de Eve continúa con su madre y con medicación anti-malaria.
Al estar internada su madre, Eve va a vivir con su padre, Thomas Laurent (Mathieu Kassovitz) quien vive en la vieja casona de la familia en Calais. En la casona también habitan el padre de Thomas, Georges Laurent (Jean-Louis Trintignant), quien tiene como único objetivo su suicidio y la hermana de Thomas, Anne Laurent (Isabelle Huppert).
Anne es la directora a cargo de la empresa familiar de construcciones, de la que también está tratando de deshacerse, luego de un desastre edilicio con derrumbe bajo investigación de la empresa de seguros. Quien estaba a cargo de la construcción era Pierre Laurent (Franz Rogowski), hijo de Anne, quien lucha a favor de los refugiados de Calais.
Thomas vive con su segunda mujer, Anais (Laura Verlinden) y su bebé de menos de un año y ya está teniendo una aventura, de la que al enterarse Eve le pide que si se va la lleve con él y no la encierre en un pensionado.
Todos dependen en la casa del que hace el papel de mayordomo, Rachid (Hassam Gancy) y de su mujer Jamila (Nabiha Akkari).
Con todos estos caracteres, Haneke construye una película suavemente cruel, donde la burguesía es retratada en toda su inútil y enfermiza decadencia.
La película es rápida, muy al estilo al que Haneke nos ha acostumbrado a lo largo de los años de su carrera como cineasta. Tiene dos o tres aciertos en cuanto a escamotear las escenas y brindar luego al espectador la continuación de la historia con contenidos que han cambiado abruptamente.
Trailer subtitulado en castellano
 Si bien es una película amena de ver, el resultado para el espectador será el desasosiego al identificar a nuestra sociedad agonizante a punto de estallar. De suicidarse como sucediera con el imperio romano en su tiempo. Diez puntos es mi calificación.

viernes, 19 de octubre de 2018

24 Frames (Abbas Kiarostami, 2017) 🌟🌟🌟🌟

Enigmática, única, fantasmagórica, plena de alegorías y mensajes ocultos tras las imágenes pero que dejan bien en claro los sentimientos del gran director iraní sobre el mundo en el que nos ha tocado vivir.
"Siempre me pregunté hasta qué punto el artista pretende representar la realidad de una escena. Los pintores capturan solo un cuadro de la realidad y nada antes o después de él.
En 24 Frames comencé con una famosa pintura, pero luego cambié a fotos que he tomado a través de los años. Incluí alrededor de cuatro minutos y medio de lo que imaginé pudo haber sucedido antes o después de cada imagen que yo había capturado. Abbas Kiarostami."
Con este sencillo prólogo, Abbas Kiarostami nos da acceso al imaginario de su mundo real.
El espectador está en todo su derecho a declararse aburrido y dejar de verla en la décima o duodécima imagen. Claro está que probablemente ya se haya perdido gran parte del mensaje implícito en lo que ha visto y ni decir del que está en las imágenes que no ha visto.
El espectador diligente, que se entregue a la película como un acto de meditación, puede que deba verla una o dos veces más hasta que la emoción del mensaje lo desborde y la hermosura de lo minimalista lo impacte en toda su plenitud.
No me queda sino recomendarla como quien recomienda escuchar la música de Richard Wagner. No tienen mucho para contar, pero están llenas de la sublime esencia de la vida.
Ultima de las 24 Frames
Nueve puntos sobre diez es mi calificación para esta obra maestra póstuma del gran director iraní Abbas Kiarostami.