Bienvenido a mi mundo

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gracias por la imagen a Germán Banchio

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Elena (Andrei Zvyagintsev, 2011)

Ante todo hay que destacar la perfección con que ha sido realizada esta película. La fotografía, los tiempos y su ritmo, las actuaciones, la dirección de cámara y de los actores y la música.
La primera escena nos deja ver una casa de alto nivel adquisitivo y como está amaneciendo a través de las ramas de un árbol. Ya esta primera escena nos llena de maravilla.
Y luego nos iremos adentrando en la historia de Elena magníficamente interpretada por Nadeshda Markina. Una mujer mayor, que fue enfermera y atendió a su actual marido, Volodya (Andrei Smirnov) cuando sufrió una intervención por peritonitis y hace ya 3 años que se han casado.
Para Elena su mayor preocupación es la familia de su hijo Sergei (Aleksei Rosin) y su manutención. Sergei no tiene trabajo así que Elena lo mantiene, a él y a su familia, con su jubilación. También hace algunos gastos extra con su tarjeta de crédito, que son pagados sin saberlo por Volodya.
Volodya no ve con buenos ojos ese comportamiento de parásitos de Sergei y su familia. Pero Elena le reprocha que él no mira la conducta abandonada de su hija Tatyana (Evgeniya Konushkina).
Ahora la preocupación de Sergei es que Volodya les preste dinero para conseguir librar a su hijo de 17 años del servicio militar, ya que es un riesgo enviar a un chico al ejército.
Elena lo habla con Volodya, pero él sostiene que debería ser preocupación de su padre liberar a su hijo del servicio militar y que es lo mejor que le podría pasar.
Estos son los términos del planteo de conductas entre los personajes de Elena.
Volodya sufre un ataque cardíaco y queda dependiendo de su mujer. Elena va a una iglesia a poner velas al santo que intercede por la salud de los enfermos.
Cuando Volodya vuelve a su casa, Elena vuelve a preguntar por el pedido de Sergei y ahí nos enteramos que ya le debe dinero que pidió y nunca devolvió.
Todo esto desata el conflicto que Elena resuelve con frialdad.
El planteo de las escenas es formalmente perfecto. La música, que nos prepara para el ataque cardíaco de Volodya y para los restantes momentos de tensión de la película, es del magistral Philip Glass. Es curioso encontrar su música en una película de origen ruso, pero es única para realzar la dramatización de una imagen pobre en sentimientos.
A la conclusión de la película nos preguntaremos si ese es el pobre estado actual de la situación social en Rusia, resultado del liberalismo para la población en general.
Diez puntos para "Elena", una genial obra maestra de este nuevo director ruso.
Trailer con la música de Philip Glass.

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