Bienvenido a mi mundo

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gracias por la imagen a Germán Banchio

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Reconstrucción (Christoffer Boe, 2003)

El cine, como séptimo arte, debe mucho en su construcción, a la literatura. Muchas veces hermosos filmes han tenido como origen una excelente, o no tanto, novela.
Sin embargo, salvo para algunos realizadores amantes del surrealismo, es poco y nada lo que el cine llega a absorver de las estructuras literarias.
"Reconstrucción" es la excepción. Desde su primer escena la pseudo-realidad fílmica se ve alterada por un cambio de rumbo en la narración de la película. "Un hombre solo, no, en realidad, no estaba solo.".
De ahí en más, Christoffer Boe  nos va a deleitar con cambios de rumbo y figuras dignas de la mejor novelística contemporánea. Es casi un Julio Cortázar describiendo en "Rayuela" a sus personajes. Y así los hace viajar por una realidad onírica, pero no por eso menos real. Ojo, no estoy diciendo que la película esté repleta de sinsentidos, todo lo contrario, pero los sentidos son maleables. Y en una película se puede manipular la memoria y la causalidad.
Así el pobre Alex (Nicolaj Lie Kaas) va a dejar a su novia Simone para ir al encuentro de Aimée. Tanto Simone como Aimée interpretadas por Maria Bonnevie.
¿Dos personajes distintos en la novela? o quizás ¿el mismo personaje con dos avatares?. Y, en realidad, Alex existe, o es una creación literaria de August, el marido de Aimée.
La dirección, magnífica, nos lleva con brillantes apuntes cinematográficos, a estar magnetizados por la dilación que la relación de Alex sufre. "¿Vamos a Roma?", le pregunta en un primer encuentro a Aimée. Un primer encuentro que luego repetirá con variaciones para deleite del espectador.
Es una película fácil de ver si uno acepta las reglas de magia que el director ha planteado con franqueza desde la primer escena. Si uno quiere explicaciones y una regla estricta de causa-efecto, se va a frustrar, porque no es eso lo que la película tiene para ofrecer.
Hermosos apuntes de sonido con el "Adagio para cuerdas" de Barber acompañan la dramaticidad de algunas escenas, solo lo suficiente para crear la expectativa de belleza.
La fotografía es impecable al igual que el montaje, del que depende en mucho el suceso de este film.
Primeros 6 minutos de "Reconstrucción"
Diez puntos para esta hermosa realización cinematográfica que nos devuelve al mundo de los cuentos y de los sueños y del buen cine.

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