Bienvenido a mi mundo

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gracias por la imagen a Germán Banchio

sábado, 24 de septiembre de 2016

Están todos bien (Giuseppe Tornatore, 1990) 🌟🌟🌟🌟🌟

En base a un guión escrito por Massimo De Rita, Tonino Guerra y el mismo director, Giuseppe Tornatore encuentra la clave para convertir una película en un imborrable recuerdo de todas y cada una de las vidas de los seres humanos.
La memoria, el haber hecho las cosas más o menos bien. El haber educado y formado a los hijos para triunfar o para ser felices, el haber vivido una vida productiva para el bien de los demás, el conservar intacta la cultura popular con todos los refranes que encierran la más grande sabiduría.
Matteo Scuro (Marcello Mastroianni) es un siciliano retirado de Trapani, que al ver frustrado su proyecto de reunir a sus hijos para las vacaciones decide ir a visitarlos él mismo.
Con este objetivo en mente inicia una peregrinación por Italia toda, de la cual nuestro héroe va a regresar más viejo y enfermo, pero un poco más honesto y sabio.
En Nápoles no puede encontrar a su hijo Alvaro. En Roma se va a cruzar con Canio (Marino Cenna), a quien cree un político con una carrera firme. Luego irá a Florencia, a visitar a su hija Tosca (Valeria Cavalli), de quien supone haber llegado a ser una modelo súperstar. De allí a Milán, para ver a Guglielmo (Roberto Nobile), un músico formado y triunfal, que resulta ser un intérprete de timbal y finalmente a Turín, para ver a Norma (Norma Martelli), una funcionaria pública de carrera que en realidad recibe telegramas por teléfono.
En el camino, durante un viaje en tren, se va a cruzar con una señora de edad como él (Michele Morgan) que está haciendo un viaje para jubilados, a quienes llevan a visitar las playas de Rímini en pleno invierno.
Contado así no se puede descubrir la magia que, a pesar del director, encierra la película. Un poco de melancolía y de tristeza al contrastar los proyectos de vida con la realidad. Los ensueños de todos los padres, quienes deseamos tener hijos triunfantes, sin darnos cuenta que lo que realmente importa es su bienestar, el que éllos mismos elijan y como lo encuentren en los caminos de la vida.
En la escena cuando le cuenta a su mujer que sus hijos "Están todos bien", es donde al espectador sensible va a dejar escapar alguna lágrima, pero sobre todo es por la emoción que solo Marcello Mastroianni es capaz de transmitir a su personaje.
Si no la han visto intenten conseguirla y verla, al menos una vez, es una experiencia que merece ser vivida. Ah, la música de Ennio Morricone es hermosísima.
Escena del sueño
Por haber hecho resucitar mis emociones diez puntos para Tornatore.

1 comentario:

  1. extraordinaria película, emocionante de verdad, además muy hermosa.Esa es la realidad, muy bueno el relato .

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