Bienvenido a mi mundo

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gracias por la imagen a Germán Banchio

domingo, 16 de agosto de 2015

Sagan (Diane Kurys, 2008) 🌟🌟🌟🌟

Hacer una película sobre la vida de Françoise Sagan es más que tentador para un realizador.
En base al guión escrito por Claire Lemarechal, Martine Moricone y la misma directora Diane Kurys, vamos a espiar en los entretelones de la escandalosa vida de esta gran escritora francesa.
Sylvie Testud tiene a su cargo personificar a la caprichosa, brillante y auto-destructiva Françoise Sagan y lo hace maravillosamente.
Vamos a asistir al alumbramiento de su primer novela, cuando aún se llamaba Françoise Quoirez, pero que en virtud de un comentario de reproche por parte de su madre, cambió a Sagan. Es que "Bonjour tristesse", fue un escándalo, no solamente en Francia sino en el mundo entero.
De buenas a primeras, Françoise se vio metida en una vida pública y en notas bizarras en las tapas de las revistas. De allí en más, liberada a sus propios deseos y emociones, dejó que la vida la llevara donde quisiera. Rodeada de amigos, aduladores según su hermano Jacques (Guillaume Galienne), dilapidó cuanto dinero obtuvo.
Por una única vez, en que había ganado en el casino ocho millones de francos, los invirtió en comprar una casa en Normandía que se convertiría en su refugio y castillo de protección.
Después de un accidente automovilístico, que si bien no le costó la vida, le acarreó meses de rehabilitación y, lo más grave según la opinión de la propia Françoise, la adicción a las drogas, porque la medicaron con morfina. Esa adicción de la que no se iba a despegar nunca más.
Dos matrimonios fallidos, del último le quedó un hijo, por el que nunca sintió nada y al que mantuvo alejado de su vida en todo lo posible.
Dos parejas lesbianas, Paola, la que dio el nombre a su hijo (Dennis Paolo) y de la que se separó al casarse con el norte-americano Bob Westhoff (William Miller) y la que fuera probablemente su gran compañía, Peggy Roche (Jeanne Balibar) y a la que perdió víctima del cáncer.
Es una vida llena de vaivenes y dolor, dolor al que sobrevivió a fuerza de drogas.
La película no emociona, pero es tierna y dulce, como las reflexiones de la escritora que llena los momentos de soledad del personaje.
Hasta su propio epitafio, que dejó como legado a la humanidad:
"Françoise Sagan hizo su aparición en 1954, con una novela corta, "Bonjour tristesse", que fue un escándalo mundial. Su desaparición después de una vida y obra tan agradables como imperfectas, sólo fue un escándalo para ella misma. Françoise Sagan".
Hay que mencionar la magnífica banda sonora de Armand Amar. Es la síntesis perfecta del espíritu melancólico y dulce que impregna la película.
El espectador va a resultar sorprendido por los detalles particulares de esta vida tan apasionante como romántica y va a disfrutar tanto de la película como de la lectura de sus novelas.
Trailer (en francés)
Nueve puntos sobre diez para esta fantástica versión de Diane Kurys.

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